04. wild cards

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Lo único que iluminaba la habitación era la lamparilla en la mesa de noche

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Lo único que iluminaba la habitación era la lamparilla en la mesa de noche. Durante la tarde, ella había logrado empacar nuevamente sus cosas, puesto que hoy se iría de regreso a Miami. La semana había pasado de manera muy acelerada y eso a Minnie no le parecía bien. Si fuera por sus emociones, se quedaría hasta que él se fuera. Pero Noah había sido demasiado comprensiva y hasta le había sugerido que era más conveniente que la joven pasara la estancia con Agustín. Tal como Minnie había presentido, Noah y Agustín se habían llevado de lo más bien. La chica se terminaba de arreglar en el baño y se aseguró de que no hubiese dejado nada suyo allí. Salió y vio al hombre, el cual se encontraba dormido. No se explicaba como él podía dormir plácidamente luego de la acción que había ocurrido hace apenas una hora atrás. Consideró apropiado irse antes de que se despertara.

—¿Te vas sin despedirte?— habló Agustín agarrándole la muñeca con suavidad, él mantenía los ojos cerrados.

Minnie solo rió y se soltó del agarre.

—No quería despertarte— respondió con tono suave— Además, escuché a tu publicista decir que tenías un día largo mañana— recalcó

La publicista sospechaba que su talento estaba viéndose con alguien, pero no se imaginaba quien era. Era mejor que por ahora no lo supiera, puesto que lo usaría a su favor y Minnie no quería ser utilizada, al menos no para eso.

—¿Ahora escuchas conversaciones ajenas?— abrió los ojos y los entrecerró para enfocar a la chica enfrente de él

Minnie rodó los ojos.

—Agustín, yo estaba a tu lado cuando escuche la conversación— mencionó— Me despido rápido, Noah debe estar esperándome— dijo

—Noah me cae bien, aunque es brutalmente honesta— expresó el hombre mientras poco a poco se levantaba de la cama

"Agustín, por Dios... ponle voluntad al outfit. Vas a salir con Minnie Costas, no vas a comprar verdura en el mercado de la esquina" recordó Minnie el día que decidieron ir al teatro y Noah pretendía que su nuevo amigo vistiera como para una gala de premios.

—Pues ella me espera y ella no es muy paciente— dijo Minnie

—¿Cuando nos volvemos a ver?— preguntó Agustín

Minnie no sabía la respuesta. No podía darse el lujo de que la atraparan en la jugada y no quería tampoco involucrarse de lleno con él. Las ganas estaban, pero ella tenía orgullo y no lo iba a perder tan rápido. Pero la idea de verse a escondidas, el sabor de lo prohibido y lo indecente le comenzaba a gustar.

—Solo... avísame cuando llegues de nuevo a Miami. Ya después veremos que hacemos— comentó sintiendo una punzada en el corazón

Agustín la miró con algo de nostalgia. Él sabía que estar de nuevo con ella era un riesgo. Ambos guardaban secretos, ambos tenían una reputación que proteger y sobretodo, ambos habían cambiado en seis años. Pero estaba seguro que en el fondo, él seguía enamorado de aquella chica que conoció por pura casualidad en el momento más vulnerable de su vida.

—Dalo por hecho— respondió no forzando la despedida

Claramente, Minnie quería salir sin decir adiós.

📆 Algún día de marzo, 2017📍QUITO, ECUADOR

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📆 Algún día de marzo, 2017
📍QUITO, ECUADOR

Minnie intentó hacer el menor ruido posible para salir de la habitación de hotel. Ya la gente sospechaba de que ella se veía con alguien y los chismosos hacía fila para atraparla en la jugada. A ella no le convenía gritar a los cuatro vientos que estaba en una relación, no cuando ante los ojos del público ella comenzaba a salir con el Joel Pimentel, integrante de la "boyband latina" CNCO. La relación era una movida publicitaria para ambos: Minnie estaba haciendo sus jugadas para convertirse en solista y dejar Suramérica y Joel necesitaba limpiar su reputación con respecto a su preferencia sexual. Comenzaba a experimentar sentimientos reales por Agustín, pero no podía ser 100% libre.

¿Lo peor? Él sabía las consecuencias, él sabía en qué lío se estaba metiendo. Pero no le importaba, porque estaba jugando todas la cartas para salir ganador. No era la primera vez que Minnie se iba sin despedirse. Era mejor así, o al menos, eso pensaba.

—¿Ya te vas?— preguntó Agustín aún con los ojos cerrados

La había pillado huyendo, nuevamente. Se detuvo y sin voltear, suspiró antes de emitir alguna palabra.

—Hoy CNCO viene para el Ecuador. Debo encontrarme con Joel— expresó

No estaba mintiendo del todo. Ese día venia el grupo a realizar una serie de conciertos por el pais, pero ellos no llegaban hasta la noche. Esta vez, Agustín era más listo.

—Él no viene hasta la noche, Lucy— expresó mientras que poco a poco abría los ojos, acostumbrándose a la claridad que se colaba por la puerta de cristal

Minnie estaba pensando una excusa para evadir situaciones incómodas.

—Lo se, pero viene su madre y sus hermanos a verle. Me esperan— mencionó tratando de zafarse

Realmente no sabía si venía toda esa gente, pero necesitaba salir de allí y era de inmediato.

—¿Hasta cuando seguiremos viéndonos a escondidas?— comenzó a cuestionarle—¿Hasta cuando fingir que estas en una relación con ese tipo, cuando ni tan siquiera duermen juntos?— preguntó

Minnie volteó para encararle.

—Agustín, Joel necesita sacarse de encima a la gente que le cuestiona su sexualidad. Él no está preparado para salir del closet aún— respondió Minnie

No podía decirle que necesitaba estar con Joel para tener mayor reputación y poder irse del país a emprender su carrera en solitario. No estaba lista para esa serie de problemas.

—Además...— continuó diciendo— Tu estuviste de acuerdo con tener una relación en secreto, sin cámaras ni luces— replicó

Era verdad. Ambos estaban ahi por mutuo acuerdo. Claramente, ambos tenían sentimientos fuertes pero las reglas del juego eran claras.

—No es para que estés a la defensiva— mencionó Agustín levantándose finalmente de la cama

Tenía razón. Estaba pasándose un poco con su actitud. Él tenía bien definido su lugar en la relación y ella también.

—Dame un tiempo, Agustín— expresó luego de unos segundos de silencio— Después ya veremos como resolvemos el asunto pendiente— mencionó intentando convencerlo o mejor dicho, convencerse a sí misma

A él le pareció bien, aunque traía ciertas dudas. Minnie no era de hablar sobre lo que pasaba por su cabeza. Trataba siempre de ser general cada vez que le preguntaban "¿cómo te sientes?". Pero cuando Agustín lograba que se expresara libremente, fácilmente podía estar horas. No obstante, en esta ocasión la historia era otra.

—Espero tu llamada, Lucy— comentó acercándose a ella

A eso Minnie no podía resistirse. Se besaron y ambos no querían que la fantasía acabara. Pero estaban muy equivocados.

NEW ROMANTICS • Agustín PardellaWhere stories live. Discover now