Durante las próximas dos semanas. Hunter me usaba cada vez menos. Sólo me dio una cerilla cuando se atrevió a hacerlo.
El martes anterior a Evolución. Me pusieron en un partido contra Samoa Joe. Ese partido resultó ser una guerra.
Cuando terminó, apenas había roto el Coquina Clutch y me puse mi propia Garra de Garganta.
Joe se desmayó sólo unos minutos después. Había ganado, pero por poco. Hunter hizo una aparición sorpresa después de mi partida y preguntó: "Entonces, Daniel, con Crown Jewel en el horizonte después de Evolution. ¿Te gustaría que te dieran una partida en la tarjeta?"
Miré a Hunter. Luego a la multitud. Ashley había subido al ring y se paró a mi lado. La miré y ella se encogió de hombros.
Tomé el micrófono de la mano de Hunter, "Me estás preguntando si quiero una pelea en un evento que tendrá lugar en un imperio y reino mosógino. Uno de los últimos que aún no han crecido con el resto de las naciones del mundo".
Hunter asintió "Hunter. No soy como tú. No tengo en alta estima el dinero. Prácticamente pienso que es el fin de toda existencia. Tú y tu esposa podrían hacerlo. Pero yo no. Para mí, amigos, familia. Esos dos elementos tienen prioridad y precedente por encima de todo en mi opinión y en mis creencias. Puede que tengas mucho en común con esa cultura primitiva que alberga Crown Jewel. Pero afortunadamente no lo tengo. Nunca me verás tratando a una mujer como a un objeto o como si fuera invisible. Nunca me verás entre una multitud animando a que se mutilen los genitales de una mujer. Eso también es sacreligioso desde mi punto de vista. Y debería estar prohibido en todo el mundo. En otras palabras, Hunter". Sonreí y dije: "Normalmente diría que aguanten. Pero como estamos hablando de una nación donde las mujeres no tienen derechos, tendré que decir chúpenme las pelotas y sáquenselas el culo colectivamente". Dejé caer el micrófono y Hunter se enojó tanto que intentó dispararme, pero lo agarré del brazo y le abrí el Kimura Lock.
Estaba golpeando mientras yo presionaba su brazo sobre su espalda, más y más, hasta que escuché un chasquido.
Sonreí salvajemente ya que le había dislocado o roto el brazo a Hunter. Lo empujé fuera de mí y salí del ring mientras Ashley me daba palmaditas en la espalda mientras yo rodeaba su cintura con mi brazo derecho.
En Evolution ese domingo, el combate de Ashley fue el de la Última Mujer en Pie por el Campeonato Femenino de Smackdown.
Y como no se me permitía estar en primera fila, simplemente observé su combate desde el gorila. Hubo algunas ocasiones durante su partido en las que quise salir y ver si estaba bien.
Pero el momento más sorprendente fue cuando Becky la pasó por la mesa de comentaristas y trató de enterrarla bajo una enorme pila de sillas de acero y sillas de oficina.
Y a la cuenta de siete. Mi reina. Mi Ashley salió de la pila para sorpresa mía, de los fans y también, y más importante, de Becky Lynch.
Cuando Charlotte tenía una mesa preparada y Lynch estaba boca abajo sobre ella.