and we would talk all afternoon

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—Minho —mamá exclamó suavemente a mi lado.

Estábamos en la sala de unos completos desconocidos, y es que los Bang acababan de mudarse justo al lado y como buenos vecinos (eso había dicho mi madre), unas horas más tarde caminamos hasta su puerta para dejarles un postre casero como bienvenida al vecindario.

La señora Bang nos dejó pasar con una sonrisa enorme en los labios, y sus ojos cristalizados. Nos dirigió a su sala que estaba a medio acomodar y minutos más tarde llamó a su esposo y a sus hijos. Yo que yacía sentado al lado de mi madre en el único sofá de la habitación que no tenía cajas encima, noté cuando un pequeño bajó por las escaleras, luego una chica que usaba auriculares, se acercaron a nosotros y saludaron tímidamente. Nuestras madres nos presentaron y crucé un par de palabras con ellos. Eran menores que yo, lo supe por la señora Bang. Me sentía incómodo porque no sabía qué decirles.

—¿Dónde se ha metido este chico? —escuché de los labios de nuestra nueva vecina— ¡Christopher! —exclamó alzando un poco la voz sin perder la dulzura de su tono.

De pronto escuché pisadas fuertes en los escalones del segundo piso y mis ojos captaron la figura de un chico. El cabello oscuro y ondulado me hizo perderme un poco de lo que pasaba a mi alrededor. Entonces, bajé la vista y la bonita sonrisa en sus labios me obligó a tragar saliva.

—Minho —volvió a llamar mi madre y torpemente me levanté del sofá viéndola, lo que pareció que hizo reír al chico que yacía al lado de sus hermanos menores en la entrada a la sala de estar— Christopher te ha saludado. ¿Qué tienes en mente, Min? —se rió negando con la cabeza haciendo reír a los señores Bang y a mi padre.

Escuché cómo su charla se basó en el cambio de los jóvenes hoy en día. Y fue cuando me giré para ver al único de los hermanos en la sala.

—Lo siento... Soy Minho. Un gusto conocerte.

—El gusto es mío, Minho.

Sonrió y me fue imposible no hacerlo yo también. Su sonrisa me había hecho sonreír.

Me acerqué, ignorando la charla de los adultos a mi espalda y volví a hablar.

—Bienvenido al vecindario, Christopher.

—Gracias. Creo que ya me está gustando este lugar —sus ojos se clavaron en los míos y un extraño revoloteo se sintió en mi estómago.

—¿Si? No es lo mejor de la ciudad pero déjame decirte que tenemos lo nuestro.

—¿Y qué es eso?

—¿No me estás viendo? Creo que eso lo explica todo —bromeé, lo que le hizo ensanchar la sonrisa.

—Justo iba a decirte eso —continuó la broma haciéndome reír.

—¿Vienen de muy lejos? —Ignoré la tonta broma que había hecho con un nuevo tema de conversión y entonces me di cuenta que inconscientemente estábamos caminando hacia la puerta de cristal que dirigía, a lo que supuse, era el patio.

—Australia.

—Oh, vaya. Ya tengo quien me enseñe inglés.

—Cuando quieras —sonrió nuevamente— ¿Hay algo que deba saber de aquí?

—Sí —respondí seriamente mientras detenía mis pasos obligándolo hacer lo mismo— Si ves un gato naranja corriendo en tu jardín no te asustes. A Soonie le encanta estar aquí y no entiendo la razón.

Entonces, lanzó una pequeña carcajada que me hizo sonreír.

—Por un segundo me asusté, creí que dirías que habían ladrones o incluso fantasmas.

—Cuidado eh, si te descuidas Soonie puede robar tu comida.

—Tendré mucho cuidado entonces —sonrió de lado mientras abría la puerta de vidrio y me permitía cruzar primero— ¿Hay algo más que deba saber... de ti?

El repentino cambio de conversación me obligó a observarlo, dándome cuenta de que él ya estaba viéndome. Mordí el interior de mi mejilla, por alguna razón me sentía nervioso y no era una persona antisocial para nada. Hacer amigos, conocer nuevas personas, no era difícil para mí. Pero había algo diferente esta vez... algo diferente en él.

Después de unos segundos en silencio, y de aclarar mi garganta, bromeé preguntándole la razón de querer saber más sobre mi. Así, terminamos hablando toda la tarde. De su vida en Australia, sus gustos musicales, pasatiempos, estudios, e incluso sobre nuestros planes para el futuro.

Así comenzó nuestra amistad.

𝐭𝐡𝐞 𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐬𝐢𝐝𝐞 .☽˚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora