i never thought it would be you

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—¡Oh, vamos Min! Tú eras el que estaba emocionado por venir aquí, ¿no es así? —exclamó el chico frente a mí con su helado casi derritiéndose en su mano— ¡Pues vamos a divertirnos!

Ni siquiera me dio tiempo de negarme pues me había tomado de la muñeca y arrastrado entre las personas que disfrutaban de la feria.

—Quita esa carita triste, gatito. Ese tipo es un imbécil por dejarte plantado. Pero mira, soy como tu ángel guardián a este punto. ¡Qué suerte que estaba por aquí! —vi como sonreía hacia mí mientras continuaba caminando entre la multitud.

Christopher Bang es mi vecino, y puedo decir que también es un muy buen amigo. Nos llevamos muy bien desde que sus padres y él se mudaron a la casa de al lado unos seis años atrás. Chris es un chico muy fácil de tratar, es amable, atento, dulce y también muy protector. Nos llevamos bien de inmediato pues, mientras nos conocíamos descubrimos que tenemos muchas cosas en común. Lo que hizo que nuestras cortas charlas durante reuniones entre ambas familias se convirtieran en salidas al parque, a los videojuegos, conoció a mis amigos e incluso tardes de estudio juntos cuando él se inscribió en la preparatoria.

Los años pasaron y la amistad se reforzó aún más. Entramos a la universidad, conocimos nuevas personas pero eso no evitó que nuestro lazo amistoso siguiera igual de fuerte que desde el primer día. Siempre nos contábamos todo, hablamos de todo y nada. Y no fue la excepción cuando le dije que mi crush de la clase de canto, Kim Seungmin, me había invitado a salir.

Estaba tan emocionado que una semana antes preparé la ropa que usaría, y en lo que Chris también ayudó. Así que, no podía controlar mi expresión de tristeza y decepción cuando recibí un mensaje, justo en la entrada de la feria, diciéndome que no podría venir porque le había surgido algo importante. Casi lloré leyendo el mensaje y sus muchas disculpas por tener que cancelarlo.

Estaba a punto de volver a casa, ¿por qué, qué caso tenía quedarme allí? No sería divertido estar solo, pero de pronto me encontré con esos ojos avellana que me miraban con curiosidad y la sonrisa que mostraba sus hoyuelos desapareció. Corrí mi vista a su lado dándome cuenta que sus amigos también estaban allí. Los saludé con la mano y estos lo devolvieron con sonrisas.

"Adelántence, chicos" había dicho Christopher a estos para luego notar como todos caminaban a mi lado, hacia el interior de la feria. Claro que había notado mi estado y claro que se había quedado conmigo. Incluso, cuando me negué muchas veces y le pedí que fuera con sus amigos, se quedó a mi lado. Me llevó de juego en juego, hasta que nos encontrábamos allí, comiendo helados frente a las cabinas de fotos.

No iba a negar que me había divertido mucho con él. Era fácil estar a su alrededor pero... no dejaba de pensar en cómo hubiera sido si hubiera sido Seungmin en su lugar.

—Min. Si no te sientes bien podemos ir a casa —escuché su voz nuevamente después de que me hubiera perdido en mis pensamientos y noté que estábamos de pie justo al lado de las cabinas de fotos.

Negué entonces y apreté el agarre de mi mano sobre la suya. ¿En qué momento sujetó mi mano?

—Aún nos falta algo de la feria.

—Y eso... ¿qué es? —inquirió. Claro, Christopher era un curioso de primera.

—Un recuerdo.

Expliqué mientras sonreía y giraba mi vista a la cabina a mi lado. No hicieron falta más palabras para que ambos nos adentramos a esta. Nos fue difícil elegir qué accesorios usar de todos los divertidos y tiernos que estaban disponibles para hacerse fotos. Además, de los helados en nuestras manos que nos limitaba el movimiento.

Al final optamos por diademas con orejitas de un lobo y Chris había dicho que yo debía usar unas de gatito porque me parecía mucho a uno. Y sinceramente que me llamara así ya no me avergonzaba, es más, me había acostumbrado y con ello también al calor agradable en mi pecho. Así que, solo golpeé su hombro como broma causando que él riera. Y después de poner el dinero en la máquina nos acomodamos para esperar el primer flash.

Ambos sonreímos viendo hacia la cámara. En la segunda fotografía comimos nuestro helado riendo por el desastre que estábamos haciendo al este derretirse. Yo, que tenía el control para hacer la foto, logré que inconscientemente tomara la tercera mientras Chris limpiaba el helado que había ensuciado parte de mi mejilla y la comisura de mis labios. No voy a mentir que aquella acción si logró ponerme nervioso. No solo estábamos sentados realmente cerca sino que nuestros rostros también lo estaban y me fue imposible no ver sus expresiones mientras limpiaba delicadamente mi mejilla.

Me alejé un poco al sentir como mi rostro se calentaba y evitaba que nuestras miradas se encontraran. Escuché una risita proveniente de él y cuando iba a girarme para encararlo, sentí su cabeza en mi hombro y entonces noté que esa acción había acelerado estúpidamente mi corazón.

—¿Qué esperas para tomar la foto, gatito?

—Ah... l-la foto... si —hablé torpemente que me hizo darme una, no, dos bofetadas mentales. Escuché su risa nuevamente. ¿Por qué estaba actuando de esa manera? No era la primera vez que Christopher hacía algo así. ¿Qué estaba mal conmigo?

—¿Quieres hacer más? —preguntó reincorporándose en el asiento, alejándose de mí y comiendo de su helado que finalmente estaba por terminarlo. Yo negué y le presté más atención a mi propio helado ignorando lo que estaba sintiendo— Bien, haré una copia y podemos irnos a casa.

No podía dejar de sonreír mientras miraba nuestras fotos. Eran realmente lindas y eso hizo que me sonrojara y que Christopher terminara burlándose de mí todo el camino a casa.

𝐭𝐡𝐞 𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫 𝐬𝐢𝐝𝐞 .☽˚ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora