- Papá, no quiero hacerlo. - un pequeño JungWon de 9 años sollozó.
- Ya hablamos de esto, JungWon. - fue la única respuesta de su padre.
JungWon odiaba cómo se sentía todo de él en aquellos momentos. Odiaba no parar de llorar, pues sabía que gracias a ello vendría un castigo peor, odiaba la sensación que se instaló en su pecho cuando sus ojos se conectaron con los del ciervo en la lejanía.
- Dispara ya. - la voz de su padre le sobresaltó.
- Es que... No quiero. - hipó. - ¿Por qué tengo que hacerlo? No quiero... ¡Por favor, papá, no quiero!. - rogó, sintiendo cómo más grandes y calientes lágrimas brotaban de sus ojos acuosos.
Pronto sintió una mano apretarle el rostro de forma brusca para girarlo y encontrarse con unos ojos tan gélidos como el más cruel invierno.
- Si no eres capaz de matar a un simple animal, no serás capaz de proteger a nadie, o dime, ¿cómo piensas tomar mi lugar en un futuro, JungWon?. - preguntó, soltando su rostro con rudeza. - Quizá haya sido bueno que tu madre ya no siguiera viva. Yo podría morir y su único hijo no puede ni disparar un arma. Jamás la habrías puesto a salvo. No eres digno de ser un Alfa.
JungWon abrió sus ojos de golpe. Su boca se sentía seca y su cuerpo tembloroso.
Otro mal sueño.
Él no solía soñar demasiado, pero cuando lo hacía solían ser recuerdos que él creía ya haber olvidado.
Soltó un suave quejido y se removió en la cama, notando el nuevo entorno y cómo aún no amanecía. Giró su vista hacia la cama donde YoungJae debería estar y se levantó con rapidez al notar que no estaba.
Salió de la cabaña a paso rápido, sintiendo su alma regresarle al cuerpo cuando lo vio a lo lejos con Shin. El Alfa mayor cortaba leña y YoungJae estaba sentado en un tronquito a varios pasos de él, sólo observándole como si eso fuese entretenido.
Yang sintió movimiento detrás de él y se giró, encontrándose con nada. Incluso creyó notar una apenas perceptible estela de olor a Vino de Arroz y Olivo.
- Así que tú eres el nuevo Alfa. - JungWon se sobresaltó y se giró enseguida, encontrándose con un Omega pelinegro, el cual sonreía de forma adorable gracias a aquellos ojos en medias lunas.
- Sí... JungWon, un gusto. - le dio una suave reverencia. El Omega rio.
- ¿Por qué haces eso? Las cortesías de ese tipo quedaron en el mundo que pereció hace años. Mi nombre es HanJin, llámame como se te acomode. - Yang sonrió nerviosamente y asintió.
- HanJin, la mesa no va a armarse sola. - un Alfa pelinegro pasó por detrás del Omega y HanJin rodó los ojos.
- Ya lo sé, cariño. Sólo estaba conociendo al nuevo Alfa. - el mayor le dio un rápido vistazo a JungWon antes de lanzarle un cuchillo, un cuchillo de cocina que Yang atrapó sin problemas.
- ¿Nos ayudas a preparar el desayuno?. - preguntó y JungWon asintió.
Se acercaron hacia YoungJae y JungHwan, quienes ahora recogían la leña y la apilaban en una gran fogata.
Yang ayudó al Alfa pelinegro DoHoon, a descamar y limpiar el pescado y a picar las verduras. Poco después el Alfa que conoció ayer, HeeSeung, llegó junto a un Beta pelirrubio, el cual se presentó como SungHoon.
Entre todos pudieron llenar la larga mesa con el desayuno del día para la manada justo a tiempo cuando el sol comenzó a levantarse, bañando todo de unos finos rayos dorados. Sólo era un amanecer, pero desde ahí, ver aquel sol levantarse fue algo hermoso para JungWon.
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SUSURROS DEL CORAZÓN
FanficJungWon fue criado por su padre para ser "un Alfa perfecto". SeonWoo sólo está enamorado. O En un mundo renaciente, JungWon es enviado a un lugar apartado y lejos de su hogar como el guardaespaldas del hijo Omega del capitán, y el futuro Alfa de la...