°°••°°Capítulo 6••°°••

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Probablemente JungWon haya sido engañado toda su vida y en realidad sea un Omega.

O al menos así se ha estado sintiendo en los últimos 4 días.

Desde que hizo la Terram Nexum aquella noche no ha parado de llorar y ser un mimoso.

SeonWoo había enviado a JiWoo a casa de una de sus amigas para poder tener la casa sólo para él y JungWon. El menor estaba muy avergonzado, pero lo hubiera estado más si YoungJae lo veía hecho una bola de lágrimas y mocos.

Sólo se quedaba hecho un ovillo en la cama del mayor, con la nariz y los rabillos de los ojos rojizos, hipando y derramando suaves lágrimas cuando las emociones eran demasiadas.

SeonWoo no se había quejado ni un poco. Le gustaba llegar de sus rondas y hacer cucharita con el menor, dándole mimos y suaves besos para tranquilizarlo.

También le alimentaba. No se lo había dicho hasta ahora, pero la comida de SeonWoo era muy sabrosa.

Aunque estaba triste y aún algo asustado, no iba a negar que disfrutaba cuando llegaba la hora de dormir, pues el mayor lo pegaba a él, contándole en voz baja cualquier cosa mientras liberaba aquel olor a Vino de Arroz y Olivo. JungWon aún no podía creer la paz que eso le traía, tranquilizándolo al instante.

Enterraba su nariz en el cuello del Alfa y pronto el sueño llegaba. JungWon no recuerda dormir jamás tan bien. Y, aunque al despertar SeonWoo ya no estaba, JungWon podía sentir el fantasma de un beso en su cabello y por supuesto, haber sido marcado con el aroma del mayor, manteniéndole relajado hasta que el efecto pasaba y la culpa volvía a él.

Había intentado no pensar demasiado en ello, alejarlo de su mente por completo, pero, ¿cómo podría simplemente dejar todo de lado cuando se habían encargado de grabárselo a fuego en cada parte de sí?.

JungWon soltó un pequeño sollozo mientras abrazaba sus piernas. No quería ser un mal hijo, no quería ser una decepción.

Cuando la puerta se abrió, JungWon no miró. Se sintió horrible por ser un insoportable indeciso.

- Hey. - saludó el mayor con voz dulce.

- Mmh. - el azabache se limpió las lágrimas e inhaló profundo, intentando alejar el llanto.

SeonWoo se sentó en la cama, descansando su espalda en la cabecera de ésta y posteriormente estiró sus brazos hacia JungWon.

- Ven aquí. - murmuró.

Y JungWon no necesitaba que se lo dijera 2 veces. Gateó de forma obediente hasta el Alfa, subiéndose y acomodándose en éste. Escondió su cara en el cuello del pelirrojo y moqueó.

- Shh, está bien, no pasa nada. Aquí estoy. - sobó su espalda con cariño y JungWon sintió otra vez el maldito nudo en su garganta.

- Lamento que tengas que lidiar conmigo. - murmuró. - Sólo tengo miedo, no puedo evitarlo.

- Yo no dije nada. - habló el mayor. - Saca todo lo que debas sacar, despeja tu corazón y mente.

- Mi papá va a odiarme. - soltó. - Él siempre quiso que estuviera con un Omega...

- ¿No crees que pueda entender?. - preguntó el mayor. Yang negó.

- Él jamás entendería. Me echaría de allí, ¿qué haré si me rechaza como su hijo por ello? Yo... No quiero ser malo, no quiero perder mi hogar allá. - negó nuevamente.

- Mmh. Pues, tienes un hogar aquí. - le aseguró el mayor. JungWon se apartó para mirarlo a los ojos.

- ¿Qué van a decir tus padres?. - preguntó el menor y SeonWoo le sonrió de forma tranquilizadora.

SUSURROS DEL CORAZÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora