Era la criatura más hermosa que jamás había visto.
La boca, perfectamente roja y perfilada, tenía labios carnosos y ligeramente húmedos, perfectos para un beso. Una chaqueta de cuero grisáceo se ceñía a su cuerpo junto con la blusa negra debajo, sus piernas, ciertamente muy voluptuosas y suaves, estaban adornadas con abrigos igualmente oscuros, dándole un aire de poder y sensualidad.
Pero Nicklaus sabía que su ropa estaba lejos de ser una de las razones por las que ella le resultaba atractiva.
— Hola — saludó la otra mujer, pequeña y de pelo puntiagudo. — ¿Eres Nicklaus Mikaelson?
Habría sido una criatura insignificante e invisible para Klaus si no hubiera hablado.
Por qué sus ojos híbridos solo podían enfocarse en la diosa frente a él. La desconocida con una belleza iluminada que destilaba un Jasmin intenso y exótico. Eso destruyó todos los cables que lo ataron a la vida durante mil años y se convirtió en la razón de su existencia.
Su compañera.
Lo cual nunca había pedido.
— Depende amor. — los ojos azules de Niklaus se apartan del lado de la mujer desconocida. — En los días de buen humor, sí. Pero no creo que hayas tenido tanta suerte hoy.
Podía sentir la tensión en su cuerpo. Era casi palpable. Cada centímetro del cuerpo de esa modelo era duro como una roca. Y podía maldecir con tanta frialdad como un muerto.
Ciertamente, se sorprendió al encontrarla.
Quizás ni siquiera se lo esperaba.
— Lamento su mal día, señor. Mikaelson. Pero creo que mi hermana y yo necesitamos hablar francamente con usted. — anuncia la delicada voz de la pelinegra.
— Lo siento amor, pero tengo problemas mayores que resolver.— dice sin ninguna emoción. — Ahora, si me disculpas...
Caminó hacia la puerta. Pasando justo al lado de la mujer morena, y bastante lejos de su hermana. A él no le importaba lo que ella pensara.
Pero su camino fue interrumpido por un fuerte agarre en su brazo. Deteniendo sus piernas por la fuerza, Niklaus miró hacia donde la mano delgada y delicada de la mujer lo había agarrado.
Para una criatura de ese tamaño, era bastante astuta.
O muy tonta.
— Creo que no lo entendiste. — habló despacio y enojado. — Tengo cosas que arreglar.
Rosalie bajó la cabeza al escuchar la frialdad en sus palabras. Cada centímetro de su mente se arrepiente de haber venido aquí.
— Te darás cuenta de que ninguno de tus problemas puede ser mayor que lo que tenemos para contarte. — su delicada voz de hada cortó sus oídos.
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MY MIRACLE; Klaus X Rosalie Hale
FanfictionDonde Rosalie Hale pidió un milagro. Y Klaus Mikaelson lo cumplió. NO RECOMENDADO PARA MENORES DE 18 AÑOS. historia original de @petrovasaltavore