Capitulo 3

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Cassius estaba tan sorprendido como la chica que tenía frente a él. Había conocido a la descendiente de Blancanieves, la hija de la enemiga de la madre de Eve, y para su asombro, no se parecía mucho a su madre. Aunque había heredado su belleza natural y la piel blanca como la nieve, Apple White era rubia, algo que la distinguía claramente de su famosa madre.

Apple no podía dejar de observar con asombro al chico recién conocido. Había escuchado que los hijos de los villanos elegidos por Ben y los reyes incluían a los descendientes de Jafar, Cruella, la Reina Malvada —aquella que intentó matar a su madre— y, según todos, la peor de todas: Maléfica. Desde pequeña, sus padres le contaban historias sobre la hechicera que le causaron pesadillas. La imagen que Apple tenía de ella era la de un monstruo que se transformaba en dragón a voluntad. Pero frente a ella no estaba un monstruo, sino un chico ligeramente más alto que ella, con ojos celestes profundos y cabello negro como la noche. Y, para su sorpresa, resultaba ser muy educado y divertido, con gustos similares en la lectura. A pesar de la revelación, no se sentía amenazada, aunque ahora un leve nerviosismo se apoderaba de ella. No sabía cómo empezar una conversación tras lo que había descubierto.

—Yo... aa...—intentó articular Cassius, pero no se le ocurrió nada. Sus ojos se posaron en los libros caídos a causa de su tropiezo—. Debo colocar estos libros en su lugar, con su permiso—dijo rápidamente, tratando de desviar su nerviosismo mientras recogía los volúmenes esparcidos.

Apple lo observaba colocar los libros, pero notó que aún faltaban algunos en las estanterías más altas. Decidida a ayudar, fue en busca de una escalera cercana. Mientras caminaba, una idea cruzó por su mente: No se parece en nada a su madre...

Mientras Cassius organizaba los libros a su alcance, la misma idea revoloteaba en su mente: No se parece en nada a su madre.

Bueno, en algo se parece... pero... Cassius no sabía qué pensar. Aquella chica le había desordenado la cabeza por completo. Colocaba el último libro en su lugar cuando escuchó pasos acercándose. Apple regresaba con una larga escalera.

—Creo que podrías necesitar esto—dijo ella, posicionando la escalera frente a los huecos vacíos—. Sostén la escalera mientras coloco los libros—añadió mientras se acercaba a tomar los libros.

—No tienes que hacerlo, es mi trabajo—respondió Cassius, reacio a aceptar la ayuda—. Además, fui yo quien los derribó.

—Bueno, no los habrías derribado si no fuera por mí. Así que... compartimos la culpa, ¿no crees?—dijo Apple, sonriendo mientras comenzaba a subir la escalera.

Apple leía cada título antes de colocarlos en su lugar, para asegurarse de que estuvieran en orden. De vez en cuando, giraba la cabeza para mirar a Cassius, quien sujetaba la escalera con ambas manos y miraba hacia otro lado, lo que la hizo sonreír. Su comportamiento había sido amable desde el principio, a pesar de no conocerse. Una idea cruzó por su mente: No estaría mal conocerlo mejor.

—Entonces, Cassius, ¿cómo es tu madre?—preguntó de repente, curiosa.

—¿Perdón?—respondió Cassius, sorprendido por la pregunta.

—Solo quiero saber un poco más de ti—respondió Apple—. Sinceramente, no pareces el hijo de Maléfica.

—Bueno, el sentimiento es mutuo. Nunca habría imaginado que fueras la hija de Blancanieves—afirmó Cassius.

—Déjame adivinar, es por mi cabello, ¿no?—dijo Apple, sonriendo con complicidad.

—Sí, en parte. No esperaba que la hija de Blancanieves fuera rubia—admitió Cassius.

—Bueno, yo tampoco esperaba que el hijo de Maléfica fuera tan... agradable. Además, todos saben que Maléfica tiene esos ojos verdes brillantes, como su magia—comentó Apple, curiosa.

Descendientes: Cambiando el LegadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora