Comencé a bailar de manera provocativa, moviendo cada centímetro de mi cuerpo que estaba cubierto solo por una lencería roja muy reveladora y sexy. Las luces tenues del privado resaltaban mis curvas mientras sentía las manos ásperas del cliente explorando mis caderas y recorriendo cada parte de mi ser con avidez. La atmósfera cargada de deseo y el ritmo sensual de la música me envolvían mientras continuaba seduciéndolo con mi danza.
—¡Oh chica, ese baile provoca a cualquiera!. dijo con una voz ronca, mientras su mano se deslizaba por mi cadera hasta apretar mi trasero con firmeza. La música resonaba en la habitación, envolviéndome en un aura de seducción mientras continuaba moviéndome al ritmo de la melodía. Decidí dejar pasar su comentario y seguí bailando, cada movimiento más sensual y cautivador que el anterior.
Mis movimientos se volvieron más lentos y deliberados, permitiéndole explorar cada centímetro de mi cuerpo con sus manos ávidas y su mirada lujuriosa. El brillo de las luces del privado iluminaba mi piel, resaltando cada curva y cada contorno mientras me entregaba por completo al momento.Decidí detenerme de repente, haciendo una pausa dramática frente a él. Mis ojos se encontraron con los suyos, llenos de deseo y anticipación. Con una sonrisa juguetona, pasé mi mano por mis senos cubiertos por la lencería, provocando un suspiro de admiración por parte del cliente.
Lentamente, me incliné hacia adelante, dejando que mi cabello cayera en cascada sobre mis hombros mientras me acercaba más a él. Cada movimiento estaba cuidadosamente calculado para mantener su atención y aumentar su deseo. Mis dedos acariciaron su pierna con suavidad y subí mis dedos tocando su bulto haciendo que aumentará su tamaño enviando escalofríos de excitación por su cuerpo.
La atmósfera en el privado era eléctrica, cargada de tensión y pasión mientras continuaba seduciéndolo con cada movimiento.Cada mirada, cada roce, alimentaba el fuego que ardía en su mirada, haciendo que la tensión entre nosotros se volviera palpable. Con un movimiento lento y seductor, llevé uno de los dedos con los que lo había tocado a mi boca, saboreando la excitación que flotaba en el aire. Mientras continuaba bailando, podía escuchar sus quejidos de excitación, lo que solo avivaba aún más el deseo que el sentia hacia a mi pero claramente yo no compartía.Sin embargo, justo cuando la intensidad del momento alcanzaba su punto máximo, el sonido de golpes en la cortina interrumpió nuestra conexión. Un destello de frustración cruzó por los ojos del cliente, pero sabía que la magia del momento se había acabado y ya se había acabado el baile privado.
Mientras me alejaba del privado, el eco de la música resonaba en cada rincón del club nocturno. Aún no me había acostumbrado por completo a esta vida, pero sabía que era necesario si quería proporcionarle un buen sustento a mi madre. Tenía que ganar suficiente dinero para comprar un boleto de avión y cumplirle el sueño de tener su propia casa. Cada semana era agotadora, con al menos veinte privados cada noche. Pero por fin había llegado mi día de descanso, y mientras yacía en mi cama, reflexionaba sobre las dificultades que la vida me había presentado.
Recordé el amargo sabor del engaño cuando me casé, y cómo esa traición me había llevado a este lugar, a trabajar en un teibol. Si mi madre se enterara de lo que hago, sé que estaría destrozada. Sin embargo, sé que debo seguir adelante, luchando por un futuro mejor para ambas.
Decidí dejar de sobre pensar y salí a dar un paseo por las calles, tratando de despejar mi mente. Fue entonces cuando me encontré frente a una tienda de lencería. Sabía que necesitaba adquirir prendas más provocativas si quería ganar más dinero y captar la atención de los hombres en el club. Así que entré decidida, dispuesta a elegir las piezas que me ayudarían a aumentar mis ingresos y mantener a flote nuestras esperanzas de un futuro mejor.Regresé caminando a casa con las bolsas de las compras en la mano, reflexionando sobre mi reciente falta de apetito. Sabía que mantenerme en forma y seguir manteniendo mi figura sensual era crucial para mi trabajo en el teibol, así que decidí seguir con mi dieta estricta. Una vez en casa, decidí darme un pequeño capricho y disfrutar de un baño de espuma en la tina, acompañado de una copa de champagne para relajarme.
Mientras el agua caliente acariciaba mi piel, me sumergí en un estado de tranquilidad, dejando que todas las preocupaciones del día se desvanecieran. Después de un rato, salí de la bañera, envuelta en una suave bata, y me dirigí a mi habitación. Al ver todas las prendas de lencería que había comprado esparcidas sobre la cama, una sensación de anticipación recorrió mi cuerpo.
Una por una, tomé cada conjunto de lencería y lo probé frente al espejo. Desde un atrevido conjunto de conejita hasta un sugerente uniforme de colegiala, cada prenda realzaba mis curvas de una manera única. Pero fue el conjunto de una tanga de hilo y dos corazones que tapaban mis senos lo que más llamó mi atención. Al verme reflejada en el espejo, sentí una mezcla de emoción y satisfacción por la mujer sensual que veía frente a mí.
Después de un rato de probarme diferentes conjuntos y admirar mi reflejo, finalmente decidí guardar las prendas en mi armario, ansiosa por estrenarlas en el escenario del teibol. Sabía que con estas nuevas adquisiciones, podría cautivar aún más a mis clientes y asegurarme de mantener mi posición como una de las bailarinas más deseables del club. Con una sonrisa en los labios, me acosté en la cama, lista para descansar y enfrentar otro día lleno de desafíos y oportunidades en este mundo tan singular en el que me había sumergido.
+Cada capítulo es de 5000 palabras osea que se dividen en páginas por así decirlo)
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Lujuria
AksiVictoria es una joven que ha experimentado el dolor de la traición por parte de quien creía ser el amor de su vida. Para reunirse con su madre, que vive en otro estado, se ve obligada a trabajar en un club nocturno. Sin embargo, su vida toma un giro...