1. Rabbit Hole

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Londres, Inglaterra

Agosto 8, 1980

Era la primera vez en 3 meses que se juntaban todos en la cafetería. Todos decidieron verse para festejar a Regulus, además de ponerse al día con sus vidas porque llevaban ya demasiado tiempo sin poder pasar ni un rato todos juntos. Las responsabilidades de la vida adulta eran lo que más les causaba problemas para verse como antes.

Para Peter era un poco más complicado por su cafetería, Rabbit Hole, el lugar que él y Barty pusieron en cuanto se graduaron. El negocio había ido creciendo con el tiempo y pronto pudieron vivir de eso con tranquilidad lo que les ayudó mucho para poder vivir juntos en el apartamento que existe arriba del local. En un principio Peter lo quería como un almacén para guardar insumos pero cuando apenas alcanzaba para pagar la renta del local y de un apartamento se mudaron al piso de arriba, aunque tuvieron que remodelarlo y acoplarlo para ser su hogar.

La mayoría de sus amigos se pasaba por ahí al menos una vez a la semana y los merodeadores iban una vez cada dos semanas para pasar tiempo juntos como el grupo de amigos que eran inicialmente. Trataban de no cancelar esos días porque ponerse de acuerdo para cubrir esa reunión a veces era un dolor de cabeza.

El festejo de Regulus había terminado un rato atrás y los demás los ayudaron a acomodar todo en la cafetería. Ya en ese momento Peter estaba guardando lo que se utilizó para hacer la comida, escuchaba a Barty detrás de él revisando las cantidades de comida que quedaban para la semana para saber cuánto pedir; su novio se tomaba muy enserio lo de llevar las cuentas del negocio.

—Ya estoy anotando que necesitamos pedir —dijo Barty guardando todo con calma.

—¿Es mucho?

Barty negó apoyándose contra la barra que dividía las mesas y el resto del local. Se cruzó de brazos mirando a Peter con una sonrisa de lado.

—Te veías feliz de ver a Lucius y Sev —dijo Peter quitando lo que quedaba fuera de lugar.

—Sí, fue bueno verlos.

—¿Pasa algo?

—Solo estaba pensando en Sev, me preocupa a veces lo que puede pensar ¿sabes?

—¿En qué sentido?

—Sigue teniendo mucho odio por su padre, Lucius me ha dicho que está preocupado por eso.

Peter se colocó a su lado y lo miró.

—¿Creen que podría hacerle daño?

—No tenemos idea pero no queremos que él siga incrementando ese odio o quien sabe que puede hacer.

—Sé que encontrarán una manera de ayudarlo. —Peter se acercó más a Barty esperando un poco antes de abrazarlo.

Barty extendió sus brazos para que Peter lo abrazara. Este no dudó y se apegó a su novio de inmediato, incluso después de tanto tiempo de relación una sola caricia de Barty podía causar que Peter se pusiera nervioso de mil formas posibles. Sus cuerpos ya estaban acostumbrados al contacto del otro, estaban acostumbrados a la presencia del otro incluso cuando dormían juntos. Peter creyó que algún día dejaría de ponerse nervioso ante la mirada intensa de Barty o cuando lo tocaba con tanta posesividad pero descubrió, con el tiempo, que eso al parecer nunca se iría.

Estaban por apagar la luz del local y subir a su hogar cuando escucharon la puerta. Barty, ya acostumbrado a ser él quien abría, se acercó a la puerta. Del otro lado estaba Lucius, le sonrió a su amigo y este lo dejó pasar con tranquilidad.

—Disculpen, olvide algo y no puedo volver a casa sin eso —dijo señalando el lugar en el que había estado hacía un rato.

Ni Peter ni Barty habían visto aquello cuando recogieron y limpiaron pero como estaban tan absortos hablando pensaron que había sido por eso. Lucius se acercó y tomó un pequeño bolso que colgaba de su silla.

Amor en Londres #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora