3. Telas

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Londres, Inglaterra

Agosto 12, 1981

Todo era un desastre. Sirius estaba demasiado cansado, llevaba cerca de 2 horas intentando acomodar las telas que su proveedor había llevado el día anterior. Veía telas por todas partes de su estudio en el departamento, encima de su mesa de trabajo, en su silla y cerca de su máquina de coser.

Sirius no sabía a que entraba cuando decidió estudiar en el mundo muggle, él nunca se consideró como alguien muy interesado en estudiar después de Hogwarts. Primero porque no pensaba en una profesión que le llamará la atención como para querer dedicarse a eso el resto de su vida y luego, cuando su tío murió y le heredó su fortuna tampoco tenía necesidad de trabajar. Sin embargo, cuando Remus empezó a buscar trabajo y su hermano, después de graduarse, empezó a jugar quidditch se quedaba solo todo el día.

Al principio pasaba el tiempo con sus demás amigos: James, Lucius, Severus, Peter y Barty. Hasta que cada uno empezó a tener trabajo, estudios o sus propias actividades así que pronto volvió a pasar sus días solo o eso era hasta que un día después de conocer a un par de chicos muggles que lo elogiaron por su ropa consideró que podía dedicarse a algo relacionado con eso.

Y un par de semanas después estaba buscando donde estudiar algo que le interesara en lo más mínimo, fue entonces que encontró Moda, arte y diseño y con mucha ayuda de Remus para conseguir lo necesario para poder estudiar eso. Hasta el momento, Sirius, consideraba está una de las mejores decisiones que había tomado en su vida.

O eso creía hasta que estaba rodeado de tantas telas que ya no sabía hacía donde mirar. Tenía mucho que poner en práctica, pronto volvería a clases y tendría que demostrar que lo aprendido estaba ya en su mente. Pero, en esos momentos, que intentaba no tirar nada de lo que estaba sobrepuesto encima de más cosas estaba cuestionando sus decisiones.

—Mierda —dijo Sirius después de golpear su escritorio con su cadera y tirando todo lo que tambaleaba.

—¿Estás bien Pads? —La voz de Remus hizo sobresaltar a Sirius. No lo había oído llegar, ni siquiera se había dado cuenta de que hora era.

—No, ya no se como acomodar tantas cosas que pedí ¿Por qué me dejaste comprar tanto?

—Porque me amenazaste con que me golpearías si te detenía.

El leve puchero que apareció en el rostro de Sirius hizo reír a Remus. Este se acercó con cuidado al mayor de los Black, tomó su mano despacio y acarició el dorso de forma cariñosa.

—Puedo ayudarte a recoger y acomodar —sugirió con una sonrisa—. Se me da bien el orden.

—Tu ayuda me puede ser muy útil, gracias.

Juntos comenzaron a recoger las telas, para Remus no era raro estar rodeado de tantas cosas ya que vivir con Sirius era una constante de desorden y caos incluso en Hogwarts. Sabía que no lo hacía con una mala intención, en realidad así era Sirius, su mente era caótica y tan dispersa que podía saltar de temas de conversación con demasiada rapidez.

El estudio comenzó a retomar su orden o al menos en una pequeña escala. Remus se agachó a recoger unas hojas del block de dibujos de Sirius, en él había varias imágenes de él mismo lo que lo hizo sorprenderse.

—¿Por qué me dibujaste? —preguntó levantándose para ver a Sirius.

Este se sonrojó un poco y trató de quitarle los dibujos a Remus pero este simplemente alzó la mano evitando que Sirius los tomara.

—¡No se suponía que los encontrarías! —respondió intentando aún quitárselos.

—Solo dime ¿por qué lo hiciste?

Amor en Londres #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora