Londres, Inglaterra
Agosto 10, 1980
No sabía si extrañaría eso. El ruido de Londres era demasiado, a veces abrumaba a Severus pero tampoco estaba seguro de querer volver a Malfoy Manor. Llevaban varios días en Londres, en un departamento que la familia Malfoy poseía cerca del Ministerio de Magia, era amplio y más que elegante pero debido a su ubicación casi a cualquier hora había ruido.
—¿Estás cansado? —preguntó Lucius acercándose hacia su novio en el comedor.
—Para nada, estaba revisando unas cosas. —Severus alzó la cabeza de su pergamino.
—¿Comiste algo mientras estuve fuera?
Severus rememoró y se dio cuenta de que no había comido nada desde que Lucius se había ido en la mañana. Negó un poco y recibió una mirada de regaño.
—Lo siento, me concentré demasiado pero no te preocupes, iré a cocinar algo.
—Espera ¿Qué tal si vamos a comer fuera? —preguntó Lucius con una sonrisa y al ver el gesto afirmativo de Severus—. Excelente, conozco el lugar perfecto.
Juntos salieron del departamento después de asegurarse de que todo estuviera en orden. El edificio donde estaba el departamento era antiguo y, por lo que había visto Severus, era para muchas familias mágicas lo que ayudaba a cuidar el secreto ante los muggles.
Las calles de Londres a media tarde estaban repletas de gente aunque nadie los miraba demasiado, era tan común pasar desapercibidos que dejaba ver la cantidad de gente que vivía en la capital del país.
El restaurante se encontraba a 20 minutos de su departamento, fueron caminando ya que no tenían prisa de llegar. Cuando llegaron los recibieron solo con mencionar el apellido de Lucius, se fueron a sentar a una mesa cerca de una de las ventanas que mostraban el exterior.
Durante la comida estuvieron charlando alegremente, Lucius le contó sobre su día y las cosas que había tenido que hacer para no abrumarse en los asuntos de los negocios de los Malfoy. Nunca le había dicho a Severus de que iban los negocios de su padre, no por nada ilegal pero sentía que era más sencillo para él no hablar de trabajo con su novio.
Todo a su alrededor hacía sentir a Severus en un tipo de sueño, un lugar que jamás creyó pisar o comida que jamás creyó comer. Era una forma tan extraña de vivir, no era mal agradecer a su novio pero cuando huyó de casa y llego con los Potter nunca sintió lo mismo, aquello era como en los cuentos muggles; una chica pobre le gustaba lo suficiente a un hombre como para casarse con ella y así tener un final feliz pero eso nunca pasaba.
Cuando era niño su madre amaba contarle esos cuentos que había conocido en el mundo muggle, ella misma había pasado de ser una princesita sangre pura a una mujer muggle sin poder huir de su esposo abusivo. Eileen siempre parecía feliz de vivir su "cuento de hadas", siempre estaba orgullosa de haber dejado todo por amor ¿Cómo podía creer que era buena la forma en la que vivían? ¿Acaso él era igual? Él también había huido de su casa por amor pero también por supervivencia ¿Eso lo hacía igual de iluso que su madre? ¿Lucius llegaría a golpearle cuando se cansará de ser el príncipe azul? ¿Soportaría eso como su madre?
—¿Hasta dónde están yendo tus pensamientos? —La voz de Lucius lo hizo sobresaltarse. Esa era la pregunta que se hacían cuando notaban que el otro se empezaba a ir en su mente.
—Nada, solo pensaba en la vida.
Lucius lo observó un poco y Severus trató de fingir que nada malo había llegado a su mente; la mirada de escrutinio que le dedicó su novio lo puso aún más nervioso pero luego vio a Lucius encogerse de hombros.
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Amor en Londres #2
FanfictionSer adulto no es fácil. Los merodeadores lo saben muy bien, ahora todos están buscando cumplir sus sueños y mantener sus relaciones estables pero la vida nunca es sencilla, problemas seguirán llegando a sus vidas sólo que ahora no están en un castil...