✮Mᴀ́s ᴀʟʟᴀ́ ᴅᴇ ɴᴜᴇsᴛʀᴏ ᴅᴇsᴛɪɴᴏ✮ೊ

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Había pasado un par de años, los dos jóvenes se encontraban en la biblioteca a cargo de Alva, Tonelico miraba con asombro y total atención a su tío, este le explicaba sobre la magia, mientras que Link, se encontraba aburrido, era  incapaz de usar magia, así que no era algo que le interesará, miraba por la ventana, notando como su primo, entrenaba con la espada, Alva al notar como su hijo ni tan siquiera prestaba atención, le dio una leve palmada en la cabeza.

Alva: Link, ¿por qué no vas con tu tío Asto?, estoy seguro de que estaría encantado de enseñarte a usar una espada—dijo con una leve sonrisa

Link solo sonrió, se levantó de su asiento y salió lo más rápido que pudo, pero regreso de nuevo.

Link: Gracias papá—dijo con emoción—Nos vemos a la hora de la comida Tonelico—Se despidió de la joven princesa y de su padre

Este fue en busca de Asto, encontrandolo justamente a las fueras de la torre, corrió hacia él con emoción, contándole lo que su padre le dijo, Astotelia un poco dudoso lo miro, lo medito por unos instantes para luego aceptar, este lo guió hasta el campo de entrenamiento, mirando a los demás caballeros que estaban ahí practicando y justamente vio a su prima, de una forma magistral, había vencido a su oponente, ella con total elegancia, se seco el sudor y se dirigió hacia la banca y tomó asiento, Link estaba maravillado, él quería ser tan bueno como ella.

Mientras el pequeño estaba distraído, Asto tomó prestadas unas espadas de madera, tomó al pequeño de la mano y se lo llevó  a un sitio algo alejado, para evitar interrupciones, Link se sorprendió al ver que no entranarian en el mismo lugar que su prima, eso lo dejó un poco desconsertado, sin embargo acato las órdenes de su tío, al estar lo suficientemente lejos, Asto inicio con lo más básico, ejercicios de calentamiento, Link esperaba algo distinto, él ya quería intentar algo como lo que hacían otros caballeros y expresó su disgusto, a lo que Asto tuvo que explicarle varias cosas.

Tras una corta conversación, Link acato lo que su tío le decía, tras estar un rato haciendo ejercicios básicos, fue que Asto le entregó la espada de madera, le enseñó lo necesario, lo primero la postura y la forma correcta de usar una espada, ejercicios muy básicos en realidad, y que esto era práctica se tomó las molestias de enseñarle de una forma más tranquila.

A pesar de no haber hecho mucho por ese día Link se sentía cansado, cuando fue la hora de la comida, apenas si podía sostener los cubiertos, Tonelico lo miro con cierta preocupación, pero sin decir ni una palabra Link simplemente le sonrió y ella lo entendió de inmediato.

No había necesidad de preocuparse, eso era lo que el pequeño le dijo con sólo una sonrisa, al ser tan cercanos, había cosas que sólo ellos entendían entre sí, para los demás no eran más que gestos y cosas de niños, sin embargo Ariana era perspicaz y se daba una idea de lo que hermana y primo se decían con solo miradas y gestos, era como su propio lenguaje, uno que usaban cuando ninguno quería expresarlo abiertamente ante otros.

Ariana solo sonrió, ante tal comportamiento, el cual le parecía adorable, quiso preguntarle a Link sobre su entrenamiento con su tío, pero estaba casi segura de que el pequeño no le diría nada, después de todo Link se parecía en algunas cosas a su tío Alva, eran de pocas palabras la mayoría del tiempo.

Después de la comida, ese día siguió con calma.

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Los años transcurrieron, y una guerra inevitable se hizo presente, Link para ese momento ya tenía la edad más que suficiente para ir a la guerra y así fue, Tonelico se despidió de él con lágrimas en los ojos, sabía que era lo suficientemente capaz como para protegerse, pero aún así ella temía por su vida, no había garantía de nada, Alva sólo le dio un fuerte abrazo sin decirle nada a su hijo, no era capaz de decirle algo, pero antes de que el pudiera marcharse la joven princesa lo tomó de la mano y puso en su muñeca un brazalete, ella pronunció algunas palabras, pero estas fueron opacadas por las de comandante que lo llamaba, fue incapaz de oír lo que ella le dijo, subió a su caballo y se fue, el parecía un lunar entre todos los demás, ya que era el único con una armadura diferente, una armadura que fue hecha sólo para él, nadie le dijo nada, puesto que el emperador mismo lo permitió.

Era normal, ninguno de los soldados sabía quién era realmente Link, incluso el comandante sólo creía que era el amigo de la joven princesa y nada más, y es así como desde a lo lejos, tanto su padre como Tonelico lo vieron partir, y perderlo de vista conforme más avanzaba, pero al verlo marchar, ella se propuso una meta, volverse lo suficiente fuerte, como para evitar que de nuevo alguien tenga que ir a la guerra.