~TELARAÑA DEL DESTINO ~

Capítulo 22: Sombras de Duda

El baile llega a su fin y Dazai se despide cortésmente de Fyodor, quien le dedica una última sonrisa enigmática antes de desaparecer entre la multitud. Chuuya se acerca a Dazai con pasos rápidos, su mirada llena de interrogantes mientras lo alcanza en el camino hacia sus aposentos.

Chuuya: "Dazai, ¿quién era ese alfa con el que estabas bailando? No lo reconocí."

Dazai, sintiéndose resentido por la atención que Chuuya prestó a Yuna durante la fiesta, responde con frialdad.

Dazai: "Es solo un amigo, Chuuya. No te preocupes por él."

Las palabras de Dazai caen como un peso en el corazón de Chuuya, quien percibe la tensión en el tono de su voz. Sin embargo, antes de que pueda decir algo más, Dazai continúa caminando hacia sus aposentos, dejando a Chuuya atrás con una sensación de desolación que lo consume.

A medida que Chuuya sigue a Dazai en silencio, las sombras de la duda se ciernen sobre su mente, dejando un amargo sabor en su corazón. Se pregunta qué ha causado el distanciamiento entre ellos, por qué Dazai parece tan reservado y distante.

Cuando finalmente llegan a sus aposentos, Chuuya se enfrenta a Dazai con determinación, su mirada buscando respuestas en los ojos de su amado omega.

Chuuya: "Dazai, ¿qué está pasando? ¿Por qué estás tan distante conmigo esta noche?"

El silencio que sigue a su pregunta es ensordecedor, dejando a Chuuya con el corazón lleno de incertidumbre y temor. Mientras tanto, en lo más profundo de su ser, Dazai lucha con sus propias emociones tumultuosas, preguntándose si alguna vez podrá superar los obstáculos que amenazan con separarlo de Chuuya para siempre.

Con un portazo resonante, Chuuya cierra la puerta del cuarto de Dazai, dejándolos a ambos encerrados en un silencio cargado de tensión. Dazai levanta la mirada hacia Chuuya, sus ojos destellando con una mezcla de sorpresa y exasperación.

Dazai: "¿¡Chuuya, estás loco!? ¿Qué demonios estás haciendo?"

Chuuya, con los puños apretados y la mandíbula tensa, se enfrenta a Dazai con una determinación feroz.

Chuuya: "¡Quiero saber qué está pasando, Dazai! Estás actuando de manera extraña toda la noche y me estás preocupando."

La ira palpita en las venas de Dazai, su rostro enrojecido por la frustración y la confusión que lo abruman.

Dazai: "¡No pasa nada, Chuuya! ¡Déjame en paz!"

Antes de que pueda decir más, Chuuya se abalanza sobre Dazai, acorralándolo contra la cama con una determinación implacable. El corazón de Dazai golpea con fuerza en su pecho mientras se ve atrapado por la proximidad abrumadora de Chuuya, su cuerpo reaccionando instantáneamente al contacto cercano.

Chuuya lo mira fijamente, su expresión llena de intensidad y pasión.

Chuuya: "No me digas que no pasa nada, Dazai. Te conozco mejor que nadie. Dime qué está pasando."

El rubor se extiende por las mejillas de Dazai mientras se enfrenta a la mirada penetrante de Chuuya, sus defensas cediendo ante la fuerza de su determinación. Con un suspiro resignado, Dazai se rinde ante la presión de Chuuya, sus labios temblando mientras finalmente admite la verdad que ha estado tratando de ocultar.

Dazai: "Estoy... confundido, Chuuya. No sé qué está pasando, pero... no puedo soportar verte con alguien más."

El peso de las palabras de Dazai cae sobre ellos como una manta pesada, envolviéndolos en un silencio cargado de emociones. Chuuya siente el dolor en las palabras de su omega, su corazón apretándose con la angustia de ver a Dazai tan vulnerable y perdido.

Sin decir una palabra, Chuuya baja la guardia, permitiendo que sus emociones se desborden. Con un suspiro tembloroso, se inclina hacia adelante y captura los labios de Dazai en un beso profundo y apasionado.

Los labios de Dazai responden con fervor, sus manos aferrándose desesperadamente a Chuuya mientras se sumerge en el abrazo reconfortante de su amado alfa. Las lágrimas comienzan a deslizarse por las mejillas de Dazai, mezclándose con el beso y las emociones que lo abruman.

Entre besos entrecortados y suspiros entrelazados, Dazai y Chuuya se sumergen en el remolino de su amor, dejando de lado las preocupaciones y las dudas que los han separado. En ese momento de conexión profunda, el mundo exterior desaparece, dejando solo espacio para la intensidad de su vínculo y el calor reconfortante de su amor mutuo.

Sin embargo, incluso en medio de su pasión desbordante, los celos de Chuuya arden como una llama ardiente en su interior. La idea de Dazai con alguien más es casi insoportable, despertando un instinto protector dentro de él que lo impulsa a reclamar a su omega con fuerza y ​​determinación.

Mientras se sumergen en el abrazo apasionado, los dos amantes se aferran el uno al otro con una intensidad desesperada, jurando nunca volver a separarse y enfrentar juntos cualquier desafío que la vida les depare. En ese momento de pura entrega y amor desenfrenado, el mundo se desvanece a su alrededor, dejando solo espacio para el brillo eterno de su conexión inquebrantable.
A medida que el beso se va desvaneciendo lentamente, Chuuya se aparta con ternura de los labios de Dazai, su mirada llena de determinación y amor.

Chuuya: "Dazai, lo siento. No debería haber permitido que los celos me consumieran de esa manera. Yuna es solo una amiga de la infancia, no significa nada para mí comparado contigo. Por favor, perdóname."

Dazai mira a Chuuya con los ojos llenos de gratitud y amor, sintiendo el peso de la disculpa de su alfa en su corazón.

Dazai: "No tienes que pedir perdón, Chuuya. Entiendo tus preocupaciones, pero confío en ti. No permitiré que los celos nos separen."

Mientras Dazai habla, Chuuya siente un impulso instintivo recorrer su cuerpo, una necesidad primal de marcar su territorio y reclamar a su omega como suyo y solo suyo. Siguiendo su instinto de alfa, Chuuya deja su aroma impregnado en el aire del cuarto y en la ropa de Dazai, una afirmación de su posesión y protección.

Al sentir el aroma de Chuuya, Dazai siente una mezcla de vergüenza y gratitud, avergonzado por la intensidad de las emociones que han surgido entre ellos, pero también agradecido por el amor y la devoción inquebrantables de su alfa.

Con una risa suave y dulce, Dazai envuelve a Chuuya en un abrazo reconfortante, sintiendo cómo la calidez y la seguridad de su alfa lo envuelven como un manto protector. En ese momento de paz y conexión, los dos amantes encuentran consuelo en la certeza de que su amor es más fuerte que cualquier duda o temor que puedan enfrentar juntos.