Cinco

121 17 3
                                    


Acostado en el sillón recibiendo atención medica de la mano de Sasuke no dejaba de pensar el por qué tantas chicas guapas babeaban el piso por donde pisaba ese intento de galán. Si, era "guapo" ¡No era ciego! Pero no era tan guapo como para recibir tanta atención ¡Un poco más y su vecina le pedía matrimonio!

—Deja de mirarme.

—Es que eres tan feo, pero tan feo, mientras más te miro más fealdad veo ¡¿Cómo puedes ser eso posible?! Muévete, voy a vomitar de lo feo que eres.

Sasuke metió alcohol en la herida de cigarro haciendo maullar a Naruto.

—Deja de reflejarte en mis ojos, pequeña esposa.

Naruto no entendía la gracia de ser llamado así, pero luego de ese beso ese apodo se convirtió en algo extraño. Sonrojándose ligeramente golpeo la frente de Sasuke. El chico se quedó inmóvil, desenterrando cadáveres del pasado.

—¿Para qué viniste a mi casa, feo?

Sasuke se quedó helado, del otro lado de la aldea se escuchó un grito.

—¡¡NARUUTOOOOOOOOOOOOOOOOO!!


—¿Esa es Sakura? —preguntó Naruto tapando sus oídos sensibles. Sasuke lució inocente terminando de cubrir la herida, frunció el ceño al ver que se había curado antes de ser tapado, tiró la gasa y empezó a guardar su botiquín, era un verdadero desperdicio.

—Tenemos una misión fuera de la aldea a las 7:15.

—¡Ya son a las 8!

Se levantó despavorido, agarró su mochila y empezó a tirar cosas dentro de ella como si fuera un pozo sin fondo, Sasuke con calma fue a la cocina y empezó a guardar latas de atún y botellas de agua en un rollo.


Llegaron a la entrada a las 8:24, Sakura estaba que hervía y Kakashi por primera vez sintió lo que era tener compañeros irresponsables como él.

—Con que así se siente —pensó mirando a sus alumnos recibiendo una reprimenda de Sakura.


La misión en si era bastante sencilla: atrapar a un ladrón común que estaba acosando a un pueblito en el oeste, pero todo se complicó cuando este ladrón común resulto ser uno de los 7 maestros espadachines acompañado de un niño con un doujutsu impresionante. Casi no la cuentan, pero con el ingenio de Sakura y la fuerza de Naruto lograron vencerlos, Sasuke y Kakashi habían recibido un rayo directamente intentando protegerlos por lo que debieron quedarse en la posada donde se asentaban. Sakura estaba preocupada por Naruto, estaba muy serio desde la muerte del niño y solo se dedicaba a cuidar de Sasuke y Kakashi sin casi comer, ella se había ofrecido, pero como se debía bañar y curar las heridas en partes privadas la anciana de la posada la obligó a retroceder.



No había diferencia entre él y el niño que mató, ambos eran herramientas. Lo sabía, por supuesto que lo sabía, desde pequeño sabía que dentro suyo se ocultaba una maldad que no debía ser desatada. Aún las palabras del hombre que lo engañó resonaban en su mente. Temía que algún día por su idiotez lastimara a sus seres queridos como él lo dijo, por lo que quería ser fuerte por ellos, pero sentía que no podría. Cubrió con delicadeza el muslo de su compañero con una nueva gasa.

—Que bendición, mi pequeña esposa es mi enfermera —agonizo Sasuke con una sonrisa burlona intentando sentarse, Naruto lo detuvo enojado.

—No te muevas, idiota, y no digas esas cosas, Kakashi-Sensei está acá —Sasuke tuvo la decencia de sonrojarse—. Creo que ese rayo te dejó más tonto de lo ya eras.

Cocina mi Corazón| Sasunaru - NarusasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora