En un sombrío orfanato en las afueras de Yokohama, Dazai vivía una vida de sufrimiento y abusos. Huérfano desde una edad temprana, había sido abandonado por el mundo y entregado a la crueldad de los cuidadores despiadados. Cada día, Dazai soportaba golpes, humillaciones y maltratos físicos y emocionales.
A pesar de su corta edad, Dazai poseía una inteligencia excepcional y una astucia innata. Sabía que para escapar de aquel lugar debía idear un plan meticuloso y cuidadosamente ejecutado. Durante semanas, observó y estudió cada detalle del orfanato, buscando debilidades y oportunidades.
Finalmente, llegó el día en que Dazai decidió poner su plan en acción. Esperó pacientemente hasta la noche, cuando todos en el orfanato estaban dormidos, y luego comenzó a poner en marcha su plan. Con movimientos silenciosos y calculados, evitó las cámaras de seguridad y los cuidadores, deslizándose por los pasillos como una sombra en la oscuridad.
– No puedo cometer ningún error. Mi libertad depende de esto. — murmuro para si mismo.
Con cada obstáculo superado, la determinación de Dazai crecía. Sabía que no podía permitirse ser descubierto, no después de todo lo que había soportado. Finalmente, llegó al último obstáculo: la puerta principal del orfanato, cerrada con llave y custodiada por los cuidadores.
Dazai respirando hondo, es ahora o nunca.
Con un movimiento rápido y preciso, Dazai abrió la puerta con un gancho improvisado y salió corriendo hacia la libertad. El viento frío de la noche le azotaba el rostro mientras corría por las calles, sintiendo una mezcla de miedo y emoción por lo que le deparaba el futuro.
Después de horas de correr sin rumbo fijo, Dazai finalmente se detuvo para tomar un respiro. Miró a su alrededor, sintiendo la libertad en el aire y la esperanza en su corazón. Sabía que el camino por delante sería difícil y peligroso, pero también sabía que nunca más volvería a permitir que lo encadenaran a un lugar lleno de dolor y sufrimiento.
Después de escapar del orfanato, Dazai se vio obligado a recurrir al robo para sobrevivir en las calles implacables de Yokohama. Su agilidad y su inteligencia superior lo convertían en un ladrón excepcional, capaz de burlar cualquier seguridad y salir impune.
Los rumores sobre un ladrón capaz de anular habilidades especiales comenzaron a circular por las calles, llegando finalmente a oídos de Mori, el temido líder de la mafia local. Interesado en el decidió mandar a investigarlo y dar con su paradero.
Mori observaba a Dazai con interés - Así que tú eres el niño prodigio del que todos hablan, ¿Verdad?
– ¿Quién eres tú? — preguntó Dazai, su voz firme pero con un ligero temblor de nerviosismo.
El hombre se inclinó ligeramente y se presentó con un tono sereno pero autoritario. — Soy Mori Ogai, el líder de la Mafia Portuaria. He oído hablar de tus habilidades especiales, Dazai-kun, y estoy intrigado por verlas en acción.
La revelación del nombre de Mori Ougai hizo que Dazai se tensara ligeramente. Había oído hablar de la reputación del líder de la mafia y sabía que no era alguien a quien se debía subestimar.
Mori continuó, su mirada fija en Dazai. — Tienes un talento único, Dazai-kun. Creo que podrías ser un activo valioso para nuestra organización. ¿Qué dices? ¿Te gustaría unirte a nosotros?
Dazai consideró la oferta con seriedad, sintiendo la presión de la decisión que tenía que tomar. Por un lado, la mafia ofrecía poder y protección, pero por otro lado, también significaba adentrarse en un mundo peligroso y oscuro del que quizás no podría salir ileso.
Después de unos momentos de reflexión, Dazai finalmente respondió, con voz firme a pesar de los nervios que sentía. — Acepto la oferta.
Mori asintió con aprobación, una sonrisa sutil curvando sus labios. — Bienvenido a la familia, Dazai-kun. Te aseguro que no te arrepentirás de tu decisión.
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Echoes of Love: A Bittersweet Promise (Soukoku)
Fanfiction- Dazai, lo logramos - murmuró Chuuya.