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Rivers terminó de verter la leche en la tasa con el café instantáneo que había comprado el día anterior. Se giró hacia la puerta ahora cerrada y mordió su mejilla. Suponía que el hombre que había llevado Cellbit al departamento seguía ahí, pero le estresaba más el no poder verlo.

Tomó su café y lo llevó hasta la sala. Sentada en el sofá se preguntó si prender la televisión o esperar más. Richarlyson y Cellbit se habían quedado en casa y ninguno estaba despierto aún, por lo que no quería ser ella quien los levantara.

Decidió entonces despertar en silencio y esperar a que Cellbit se levantara para hacer algo más. Sopló su taza y estuvo a punto de degustar el primer sorbo de su café cuando la puerta fue tocada.

—Que la chingada, ¡pasa! —gritó.

Hubo un silencio incómodo por unos cinco segundos hasta que la puerta fue tocada de nuevo. Rivers bufó y dejó su taza sobre la mesa, levantándose para abrir la puerta.

Giró la perilla con la intención de regañar al contrario, tan pronto lo viera, pero la persona del otro lado no era el guardaespaldas. Era un chico un poco más bajo que Cellbit con cabello castaño y una expresión suave.

Notó su expresión flaquear un poco cuando la vio, pero se recompuso de inmediato.

—¿Cellbit está aquí?

Rivers lo miró confundida.

—¿Quién eres?

—Roier, el chico del bar.

La mujer asintió y dejó la puerta abierta.

—Voy por él. Quédate aquí.

El otro frunció el ceño con aquella orden, pero se quedó ahí, esperando mientras Rivers iba a la habitación de Cellbit y de Richarlyson.

Abrió la puerta con delicadeza y encontró a su amigo dormido profundamente. Richarlyson también estaba dormido, abrazado a uno de los peluches que su papá le había regalado años atrás. Se resistió de acercarse a acariciar sus rizos y fue directo a la cama individual de su amigo.

—Cell —habló con suavidad, sacudiéndolo desde su hombro para hacerlo despertar.

El chico apenas se movió en sueños y Rivers bufó, sacudiéndolo con más fuerza.

—Cellbit, por amor a dios.

Después de unos segundos más sacudiéndolo hasta que Cellbit se despertó con un jadeo largo.

—¿Qué pasó?

—Despiertas bien raro —Rivers lo reprendió—. Tu amigo está afuera. El del bar.

Cubrió sus ojos con cansancio y soltó un fuerte quejido.

—¿No pudo venir más tarde?

—No me preguntes a mí, no es como que yo lo haya invitado —se giró hacia la cama, planeando el mantenerse en la habitación junto a Richarlyson y salir solo de ser necesario. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que la cama estaba vacía—. Cellbit, tu hijo escapó.

El hombre entonces se levantó alarmado, aun en sus pijamas, y salió corriendo fuera de la habitación con Rivers siguiéndolo como podía.

Levantó a Richarlyson del suelo antes de que pudiera ir hacia la puerta y se enfocó en él antes de mirar a Roier.

—Ve con tu tía, ¿sí? Anda —le susurró y lo bajó para que pudiera ir con Rivers.

Sus ojos al fin terminaron en el hombre de la puerta, quien parecía divertido por su conjunto. Cellbit bufó.

Reckless Devotion [Guapoduo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora