Todo lo que se había imaginado y por lo que había intentado mentalizarse cuando fue tomada de su casa comenzó a disiparse con el pasar de los días. La hermana de Cellbit la cuestionó una sola vez antes de desaparecer, dejándola sola en una habitación cerrada con una televisión, una cama y un cuarto de baño. Era una prisionera.
Por suerte no perdió la cabeza después de días seguidos de mirar nada más que programas basura por horas y comer comida que sabía a nada. Le afecto más que nada en que el temor de que le sacarían la información a la fuerza desapareció casi por completo.
Ese día en particular, se encontraba picando un pedazo de lechuga con el tenedor de plástico sin filo que le habían dejado sin ser capaz de levantarlo. Se estaba comenzando a frustrar en exceso cuando la puerta se abrió sin aviso. Rivers dio un respingo y miró a la mujer rubia frente a él.
Mientras más la veía más comprobaba que tenía la cara de Cellbit.
—¿Ya estás lista para hablar?
Rivers suspiró y regresó su mirada a la ensalada. Levantó un bocado de pollo y tomate con el tenedor y masticó.
—Te dije todo lo que sé —habló con la boca llena.
Bagi hizo una mueca y se cruzó de brazos. No se lo creía, ¿cómo podía esa mujer no saber nada después de haber pasado tanto tiempo con su hermano?
—Vuelve a decírmelo entonces.
La mujer suspiró y dejó el plato sobre su regazo con una expresión cansada.
—Se asustó por una llamada, supongo que la tuya, llegó a contármelo en la noche y cuando desperté sus cosas no estaban ahí. Se llevó a su hijo y desapareció, ni siquiera dejó una nota.
—¿Es todo?
—Es todo —afirmó levantando el plato otra vez—. Sé que quieres saber donde está, yo también, es mi mejor amigo y su niño es la luz de mi vida, pero yo no sé nada.
Era sorpresivo como era capaz de mentir de esa manera. Tomó otro bocado, observando como Bagi fruncía el ceño y pensaba por unos segundos antes de dejar salir un largo suspiro.
Pasó una mano por su cabello antes de sacar algo de su bolsillo. Rivers reconoció su propio celular de inmediato y por poco y entra en pánico. ¿Cellbit habría enviado algo?
—Te llamó, tres veces ya. Está vivo, si es lo que te preocupa.
Lanzó el teléfono y este cayó a un lado de ella en la cama. Estuvo a punto de tomarlo, pero se detuvo.
—¿Puedo...?
—Tómalo. Supongo que tu familia debe estar preocupada. Te mantuvimos aquí suficiente tiempo.
Rivers rio con suavidad.
—Tomando en cuenta que no hablo con mi mamá hace como tres meses, dudo que esté preocupada —mencionó con ironía.
Bagi ya no estaba molesta con ella después de todo. Le creía. Su hermano era escurridizo y desaparecer no era extraño en él. Fue entonces que la empatía reemplazó la molestia y la hizo quedarse en su sitio.
—¿No te llevas bien con ella?
—Lo he intentado, no es lo que ella quiere —se encogió de hombros, aparentemente revisando textos. No podía enviarle nada a Cellbit, sería algo estúpido sabiendo que apenas se había salvado de aquel extraño secuestro—. Pero no importa. Así ha sido siempre.
Bagi caminó hasta la cama y, sin invitación, tomó su lugar a un lado de la chica. Rivers la miró confundida, dejando el celular a un lado.
—Lo creas o no, te entiendo.
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Reckless Devotion [Guapoduo]
FanfictionMudarse en México debía ser el cambio de página que Cellbit necesitaba. Lejos de su familia, con nuevo aire para él y para su niño, Richarlyson. Sin embargo, esconderse de su pasado nunca ha sido fácil, y cuando un altercado con su hermana pone en p...