V

361 28 109
                                    

Darling be careful with me,
cause' there's parts of me that you don't know

"¿Sabes una cosa?" Preguntó Rocco desde el piloto del auto.

"A ver." Respondió Santiago.

"Cuando abandone a mi vieja para unirme a la milicia jamás pensé que acabaría uniéndome a la mafia." Santiago le miro fijamente desde el asiento trasero. "Y cuando abandone el ejército tampoco lo hice pensando que acabaría espiando políticos."

Santiago sonrío. "¿Y como pensaste que sería?"

"¿Honestamente?" Santiago asintió. "Como Capone. Siempre imaginé que acabaría muerto en algún callejón, siendo perseguido por los matones del gorila de turno en el grupo rival..."

Santiago no pudo evitar reírse.

"¿Que parte de esto no es como Capone?" Preguntó Fernando desde el interlocutor.

"Todo." Cuando ninguno de sus compañeros le respondió, continuó. "Me refiero a que rara vez matamos a alguien."

"A mi eso me parece buenísimo." Respondió Esteban, hablando por primera vez desde que habían abierto la señal. "¿Sabían que es carísimo sacar la sangre de los trajes en el dry clean?"

Todos se rieron.

"Bueno, che, si tenes razón pero a veces... no lo sé. ¿Me gustaría un poco más de acción?" Santiago sacudió la cabeza, ignorándolo. "Digo, ¿creí que trabajábamos para el jodido Jefe de la Sangre más poderoso de la Republica? ¿Que hacemos espiando a los corruptos miembros del gabinete de Pardella?"

"¡Eh!" Habló Rafael. "Cuidado, Rocco. Enzo tiene acceso a estas cosas..."

"Como si a Enzo le importara una mierda..."

"¡Exacto, Rafa!"

"Pero, y si no le importa, ¿que estamos haciendo acá?" Siguió Fernando. "¿Que de beneficio tiene para Enzo saber lo que Martín Aldama haga de su vida, más que robarle al Estado?"

Todos guardaron silencio. Esteban miró su reloj.

Santiago iba a continuar la perorata cuando de pronto un automóvil azul marino, camioneta, aparcó a toda velocidad al otro lado de la calle. De esta bajo una mujer joven, bastante desarreglada. Corriendo en sus tacones entró al complejo de apartamentos y tras unos cuantos minutos regresó con un paquete en sus manos.

Se lo entrego a quien sea que estuviera dentro de aquel vehículo y luego de aceptar su pago, la camioneta se marchó.

"¿Que fue eso?"

"No tengo idea, pero lo vamos a averiguar" Rocco encendió el auto y con rapidez comenzó a perseguir a la camioneta azul a través de la carretera. Si se rompieron leyes de tránsito poco o nada importaba. Cuando menos esperaron se encontraban en el barrio rojo de la poli.

"Subí la ventana, me fastidia este olor." Santiago obedeció, a el también le jodia el olor a drogas y sexo que inundaba los alrededores. Rocco aparco a unos metros más adelante de donde la camioneta se había quedado, del interior bajo el Ministro Aldama, en sus manos el paquete negro que acababa de recibir.

"¿A donde va?" Pregunto en voz baja Santiago.

"¡Eh! ¿Que está pasando?" La voz de Fernando se escuchó por el interlocutor. "¿Donde están?"

"La Zona Roja."

Silencio. Rocco y Santiago compartieron una mirada antes que el primero se bajara del vehículo. Santiago saco su teléfono y comenzó a grabar.

Little Dark Age | matienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora