Capítulo 3: Motivaciones...

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Aunque ella parece tranquila a mi lado, como si no le preocupara nada ni temiera que algo pudiera pasar o hacerle, todas las demás me observan como halcones mientras me guía hacia el deslizador y algunas hasta aprietan con fuerza el arma entre sus manos, sus dedos sin un mínimo temblor sobre el gatillo. Parece que estuvieran listas para que, si siquiera alzo un dedo en dirección a la peliblanca, termine con un hoyo en el medio del pecho, como mínimo, si no es que en otro lado o con más de uno.

La verdad es que no tengo ningún tipo de intensión de lastimarla o siquiera considerar en hacerle algún tipo de daño, ha sido muy amable (si quito la parte de la persecución con disparos como si fuera un animal de cacería, que siendo sinceros, tampoco puedo culparla porque, bueno, soy un intruso en su mundo y, en su defensa, podría ser un visitante no deseado del tipo hostil, ellas no lo sabían, solo protegen su mundo), y su rostro inspira confianza, de ese tipo de personas en quienes, a penas la conoces, en seguida te sientes cómodo.

En cuanto alcanzamos el vehículo, y aún con el claro descontento de las demás que nos acompañan, me hace una seña de que suba y, luego de que ella se acomode junto a mí sobre la plataforma, sin ponerse otra vez el casco, hace una seña y la que bajó primero y se subió antes, niega con la cabeza antes de agarrar los controles y hacer que nos movamos.

Me sorprende la forma en la que nos deslizamos, creí que necesitaría agarrarme de algo o que la fuerza del movimiento me haría caerme hacia atrás o, mínimo, dar un par de pasos en reversa, sin embargo, no fue así, ni siquiera noto la brisa, imagino que, al frente y quizás surgiendo del centro de mando del aparato, debe de haber algún tipo de campo de fuerza, o barrera invisible, que contrarresta el efecto del movimiento o nos cubre del mismo, evitando que debamos mantenernos sujetos a algo.

También me resulta interesante la forma tan ligera en la que avanzamos, pues es rápida y, salvo por el zumbido, no hay un ruido real de motor. Tampoco pareciera que los vehículos emitieran cualquier tipo de gas o residuo, lo que me hace sentir curiosidad por la forma de su mecanismo de desplazamiento, por el motor que los impulsa a la velocidad a la que nos movemos. Entiendo por qué me alcanzaron tan rápido a pesar de haber estado lejos.

En tanto que considero todo esto, el deslizador literalmente se comió la distancia hasta el lugar al que deseaban llevarme y, antes de que lo note, ya nos hemos detenido y la peliblanca me indica que baje, cosa que obedezco para luego seguirla.

Frente a nosotros veo lo que parecen ser escombros y trozos de metal retorcido a los que no consigo encontrarles forma, incluso algunos están quemados y cubiertos por una especie de espuma blanca sólida, lo que me dificulta aún más el comprender qué es lo que estoy viendo. Solo el descubrimiento de un logo de un cohete sobre una estrella de ocho puntas en color azul y dorado, me ayuda a finalmente comprender qué es todo esto y por qué me trajeron aquí.

-Ésta era tu nave, ¿no es así?

No puedo hablar, estoy en shock, ¿qué fue lo que pasó? ¿Cómo o por qué la nave terminó hecha semejante desastre? La voz suave a mi lado es quien me saca un poco de mis dudas, aunque no del todo.

-Vimos la nave entrar a la atmósfera y estrellarse aquí hace unas horas. Estaba prendida fuego y destrozada como la ves, por lo que tuvimos que apagar el fuego, por eso la espuma, es un extinguidor expansivo que, a medida que siente el calor del fuego, lo consume y lo utiliza para su crecimiento. Cuanto más fuego hay, más grande crece hasta eliminar la amenaza por completo. La espuma puede retirarse luego sin que lo que está por debajo sufra daños, fue creada para extinguir incendios en lugares con maquinaria o circuitos que no podían ser humedecidos.

-Entiendo...

-También encontramos algunas cápsulas con seres como tú en su interior, solo que ninguno estaba con vida. Todas estaban averiadas y creemos que eso causó que la animación suspendida en la que estaban fallara y ellos perdieran la vida.

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