Capítulo 2: Las Amazonas.

56 6 1
                                    

Sin importar ni saber hacia dónde me dirijo, rápidamente me lanzo a la carrera para escapar, porque si ya de entrada han empezado a dispararme sin siquiera haberme visto, entonces no se trata precisamente de seres amistosos. No es algo que no esperara, la gente de la Tierra también siempre fue hostil con los visitantes de otros mundos. Incluso hace cientos de años, se contaban rumores de varios aterrizajes que terminaron mal y que, el gobierno de distintos países siempre negó su existencia y ocultó la evidencia, haciendo que surgieran cientos de teorías y misterios sobre los hechos y sitios como la mitológica "Área 51", así que, si soy honesto, no es como si esto fuera muy extraño.

Aun así, desde que era niño, siempre quise conocer a seres de otros mundos, una de las razones también para haberme ofrecido al proyecto de colonización de HOMER-II, pero no precisamente de ésta forma. Quizás es por la manera en la que llegué, porque mi cápsula debe haber parecido un objeto extraño y quizás amenazante al ingresar al planeta. No lo sé, yo estaba completamente inconsciente, así que solo puedo especular, y bueno, ahora correr.

De todas formas, todavía no me recupero del todo, así que me siento un tanto aletargado, por lo que rápidamente me quedo sin aire, mi respiración es errática y, a pesar de que el oxígeno llega bien a mis pulmones, mis músculos se resienten y me cuesta avanzar. Se siente como si hubiera corrido ya una maratón y hubiera decidido volver a correr con muy poco tiempo de descanso. En pocas palabras, si no se me ocurre algo para escapar pronto, en cualquier momento van a atraparme.

Y con eso en mente, decido que, si no puedo correr, al menos voy a intentar ocultarme en algún sitio. Si me separo lo suficiente como para que no noten por dónde me voy, tengo una posibilidad real de conseguir encontrar algún tipo de formación o quizás una cueva donde pueda ocultarme hasta que se vayan. De igual manera, no sé si se irán rápido y, como buen curioso que soy, me intriga el saber por qué están realmente tras de mí, las hipótesis requieren una confirmación, sustento, y yo no lo tengo.

Un par de disparos se escuchan cerca y, recordando lo que le ocurrió a la roca con el impacto de uno solo, mi cerebro es espoleado a que salga de su estado letárgico y active mi cuerpo cansado, la adrenalina haciendo que siga adelante por más que me sienta como una gelatina en las piernas.

No estoy realmente seguro de cómo, sin embargo, en un momento parece que conseguí mi objetivo y me alejé lo suficiente como para intentar despistar a mis perseguidores, no obstante, doy una vuelta equivocada y termino directo contra una pared de roca, la cual me impide el paso. Cansado, pero con toda la intención de escapar, me volteo para volver a correr, mas no puedo, pues un grupo de cañones de arma están directamente apuntando hacia mí, haciéndome tragar con dificultad al ver que, desde las negras bocas, se nota un resplandor azul, como si de energía pura se tratara.

¿Eso es lo que provocó esos destrozos antes en esos impactos? Es fascinante, aunque no es momento para ponerme a analizar las cosas que veo, lo más probables es que, si no hago algo pronto, yo mismo terminaré como esa primera roca.

Así que, intentando parecer inofensivo con la idea de evitar que me hieran o maten, alzo las manos lentamente, mostrando que no llevo ningún tipo de arma; espero que, como en la Tierra (en su mayoría), no ataquen a alguien desarmado.

Un gruñido fuerte se escucha y las armas, si bien no dejan completamente de apuntarme, sí que bajan un poco, dejándome ver cuerpos enfundados en cuero y metal, aunque no lo que esperaba en absoluto: son mujeres... O eso creo.

Desde mi posición, puedo notar que todas son altas, diferentes alturas, sin embargo, no hay ninguna que pueda considerarse baja, calculo que la más pequeña debe medir cerca de metro setenta. Sus cuerpos son grandes, trabajados, puedo ver perfectamente las líneas de los músculos de sus brazos, piernas e, incluso, algunas zonas del abdomen, ya que llevan tops que tapan casi todo su torso, y pantalones ajustados a sus piernas, de un material que parece neopreno, aunque no estoy seguro de que lo sea, con placas metálicas por encima, separadas imagino para ayudar a la movilidad.

AMAZONIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora