Escena del crimen

1 0 0
                                    


{Narra Félix}

Es miércoles, había sido un buen día en el colegio, no muy atareado y tuvimos una hora libre. Me dirigía camino a las clases de repostería, hoy Minho nos enseñaría una de sus famosas recetas, se rumoreaba que sería algo con café ya que el pelinegro adora el café, huele a el y últimamente se le ha visto distraído en las clases cuando escucha la palabra "Café".

Llegando al lugar, tomé mi respectivo delantal y me coloqué en mi puesto correspondiente para escuchar la clase con atención.

– Buenas tardes clase – saludó con una sonrisa – hoy les voy a enseñar a como preparar adecuadamente una gelatina de café, tienen que tener en cuenta las medidas, la textura, el sabor y la presentación – explicaba mientras se paseaba por el lugar – vamos a durar un rato bastante largo aquí, así que espero que no tengan planes para más tarde – comentó tomando una olla, leche, maizena, azúcar y café soluble– Pero relajense ya que solo lleva 4 ingredientes – aseguró con una sonrisa

– Profesor Minho – levantó la mano para pedir la palabra

– Adelante, ¿Qué ocurre? – permitió que continuará

– ¿Le gusta mucho el café? – preguntó con una sonrisa landina y una de sus cejas levantadas el joven aprendiz

– La verdad es lo que más me gusta en el mundo. Es delicioso tomar una taza de café todos los días y poder disfrutarlo en un postre es glorioso – confesó mirándolo directamente – pero también quiero que lo hagamos hoy para incluirlo en el mundo de la repostería, el café ayuda a intensificar el sabor del chocolate, pero también funciona a la perfección como ingrediente principal – informó poniendo la olla en la estufa, encendiendola y agregando los ingredientes antes mencionados

– ¿Podemos agregarle vainilla, Profesor?  – dijo una chica levantando su mano

– Háganlo y les tírate el plato en la cara – habló serio para luego comenzar a reírse – es broma, claro que pueden hacerlo, aunque preferiría que no lo hagan ya que le quita protagonismo al intenso sabor del café – recomendó revolviendo la mezcla – sientanse libres de experimentar con las diferentes formas y sabores pero sin alterar de más la estructura fija que les pienso dar, sigan mis pasos al pie de la letra, les aseguro un exquisito postre. Ahora observen bien, por favor – pidió mostrando como levantaba la mezcla – Las cantidades son las siguientes: 500 mililitros de leche; 60 gramos de maizena, una cucharada del café soluble y azúcar al gusto...aunque pensándolo bien, mejor pongan 100 gramos y si les falta, agregarlo poco a poco. – dictó

Yo miraba hipnotizado sus movimientos, cómo mezclaba y dictaba las instrucciones; Su forma de hacerlo eran tan angelical y delicada, se notaban sus años de práctica y experiencia. En un momento de su explicación nuestras miradas se cruzaron provocando que yo apartará la mía casi al instante, mis mejillas comenzaron a arder intensamente, mis manos me temblaban, hasta el punto de que se me cayera el lápiz con el que hacía mis anotaciones y tips para las recetas.

Me agaché para recogerlo, al reincorporarme y levantar mi mirada pegué un pequeño brinco al tener al causante de mis nervios frente de mi.

– ¿Ocurre algo, Félix? – preguntó con la mezcla en sus manos

Yo solo pude centrar mi atención en sus brazos, ¿Desde cuándo eran tan fuertes? ¿Sus manos siempre fueron tan venosas? Negué volviendo en mi.

Balas de amor🔫🔫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora