capítulo 11

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Clay despertó un viernes como de costumbre, arregló su traje y salió de su cuarto. Al abrir su puerta escuchó unas cuantas risas en el comedor, al bajar miró como a un lado de la entrada a la cocina estaba Oliver.

Clay podía jurar que su hijo lo hacia con intención de esconderse pero al acercarse un poco más, divisó en el rostro de Oliver una sonrisa mientras escuchaba la conversación en el comedor.

— ¡Entonces Oliver salió corriendo enojado mientras Grace lo perseguía con un bate de goma! — se escuchó a Alexander.

— Él estaba enojado por haber tirado su computadora, ¡pero no le paso nada, en cambio a mis zapatos sí! — dijo Grace ofendida.

— Oliver parece cuidar bien de ustedes, me alegra que lo tengan para protegerlos — dijo George alimentando a Lily.

— No es tan malo, solo intenta cuidarnos — Grace le sonrió a George y él le regreso el gesto.

— Oliver a veces toma mucha responsabilidad, no suele decirlo pero yo sé que él a veces no sale de casa para estar con nosotros — habló Gian con seguridad y tranquilidad.

George asintió colocando el lunch de los niños en sus loncheras. — Y lo entiendo. Creo que haría lo mismo... Al menos conozco a alguien que lo ha hecho todo el tiempo por mi y es algo muy lindo saber que tienes con quien contar.

Riley hizo un movimiento con sus manos. "¿Amigo?" dudó recordando a Karl.

Y George asintió con una sonrisa. — Bueno vamos que es tarde, me sorprende que Oliver aún...

Oliver apareció con un gesto serio y habló. — Muévanse o llegaremos tarde.

George le sonrió y le entregó una lonchera azul con negro, por lo que había preguntado eran los colores favoritos de Oliver. — Debes comer bien durante un largo día de universidad. Creo que llegaras tarde hoy, supe que tus horarios eran pesados.

El alfa lo miró con rudeza, quería intimidarlo y lo logró ya que George apartó la mirada al suelo y disminuyó su sonrisa.

— Oliver — Grace le habló con advertencia.

— No quiero nada que venga de ti — respondió el hijo mayor y salió de la cocina.

Entonces George volvió a recobrar el aire en sus pulmones que ni siquiera se dio cuenta que faltaba.

Clay entró suspirando. — Hablaré con él, no te preocupes — tomó la lonchera entre las manos de George —, gracias por esto, no debiste hacerlo — sonrió amable.

Pues George no solo le había comprado lonchera de su color favorito para el almuerzo a Oliver, sino también al resto de los cachorros de Clay, desde hace días se había encargado de ponerles algo de comer antes de ir a la escuela.

— No me molesta — negó rápidamente y le entregó las demás al resto de los niños — Oh por cierto... — se giró a la mesa y le entregó una lonchera negra a Clay — Creo que es algo sencillo pero suficiente para aguantar el día en su trabajo — rio un poco, sintiendo sus mejillas calientes, no quería sonrojarse frente al alfa, pero estaba fallando.

Entonces el corazón de Clay latió un poco, muy, fuerte. — Gracias, George — su sonrisa se ancho más.

Los cachorros pequeños miraban la escena con risas y Grace sonrió apurando a sus hermanitos. — Nos vemos más tarde George, gracias por el almuerzo — salió apresurada con los menores gritando una despedida y agradecimiento al omega.

— Ah... — miró la puerta del comedor y sonrió — Que tenga buen día, señor Wastaken — se inclinó y volvió a tener en sus brazos a la pequeña Lily que le miraba con brazos extendido en su pequeña silla mecedora.

heart sounds [dnf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora