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Jungkook se despertó bien descansado y sonriente ya que lo primero que olió fue el bonito aroma a vainilla de Jimin que le recordaba a la noche anterior. No se había dado cuenta de lo mucho que el sexo afectaba a su estado de ánimo pero se sintió mucho más como él mismo de lo que solía ser mientras se levantaba y se preparaba para el trabajo. Era como si la nube que se cernía constantemente sobre él hubiera desaparecido y se sintiera mejor por ello. Sonrió al entrar en la oficina, una sonrisa de verdad, con dientes y todo. La gente volvía a mirarlo con perplejidad, pero algunos le devolvían la sonrisa y hacían pequeños saludos o asentimientos con la cabeza, incluso algunos "Buenos días, señor Jeon" aquí y allá.

Se quitó el abrigo y lo colgó, sentándose en su escritorio y revisando los correos electrónicos, contando los minutos que faltaban para que Yoongi apareciera. El otro alfa siempre parecía saber cuando le pasaba algo. Era su extraño superpoder y estaba en lo cierto cuando en menos de quince minutos apareció en su despacho y se sentó en su asiento habitual al otro lado del escritorio, con su aspecto serio de siempre.

"Te has echado un polvo". Era una afirmación. No una pregunta.

"Yoongi... en serio". Jungkook puso los ojos en blanco pero su amigo lo ignoró como sabía que lo haría.

"Pensé que quizás lo habías hecho el otro día pero no. Definitivamente esta vez has echado un polvo. Apestas a vainilla y no has dejado de sonreír".

"Vale, me has pillado. He echado un polvo. ¿Puedo trabajar en paz ahora?"

"¿Quién fue? ¿Has encontrado un novio?"

Jungkook suspiró. "No, no tengo novio. No es de tu incumbencia. ¿No acabamos de tener esta conversación?"

"Sí, la tuvimos. No te creí entonces y no te creo ahora, creo que me estás ocultando algo".

"Soy un adulto, si no quiero contarte todos los detalles de mi vida, sabes que está bien, ¿no? el mundo no se va a acabar si tengo algunos secretos para ti".

Yoongi se limitó a mirarle con los ojos entrecerrados y los labios fruncidos durante unos instantes antes de parecer rendirse.

"Está bien, de acuerdo, no me lo digas, de todos modos, lo descubriré en algún momento, siempre lo hago".

"Bien por ti". Dijo Jungkook distraídamente mientras volvía a concentrarse en el trabajo, leyendo el correo electrónico que acababa de llegar.

Jungkook llevaba un total de dos horas en el trabajo cuando se dio cuenta de que iba a tener que quedarse los próximos días hasta muy tarde. Lo que significaba que no iba a poder follar con Jimin de nuevo hasta al menos el viernes o el sábado. Estaba sentado bajo montones y montones de papeles con el que realmente no debería lidiar personalmente. Cogió su teléfono y marcó el departamento de Recursos Humanos. Le contestó el jefe Kim Myungjun.

"Sr. Jeon, ¿cómo puedo ayudarle hoy?"

"¿Podría recibirlo en mi oficina esta mañana cuando esté disponible?"

"Por supuesto. Tengo una reunión en una hora, pero estoy libre hasta entonces si ahora es un buen momento..."

"Perfecto, sube".

Jungkook volvió a su trabajo mientras esperaba a que llegara el Director de Recursos Humanos. Al oír un golpe después de unos minutos y llamar para que entraran era Kim Myungjun.

"Sr. Kim. Por favor, tome asiento".

"Gracias, señor. ¿Qué puedo hacer por usted hoy?"

"Necesito un asistente".

Las cejas del Sr. Kim se levantaron ligeramente, pero por lo demás su rostro era estático.

"Estaré encantado de encontrarle un asistente. ¿Qué busca exactamente? ¿Sólo alguien que haga trabajos administrativos y de introducción de datos, o busca a alguien que asuma más responsabilidades?"
"Lo ideal es que busque a alguien que acabe asumiendo la mayor parte de mis tareas de contabilidad y finanzas para que yo pueda empezar a centrarme más en la ingeniería y el desarrollo. Pero eso no será hasta dentro de un tiempo. Quiero lo mejor de lo mejor, no voy a ceder nada a alguien que no pueda manejarlo".

Bebé Vainilla - KookMin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora