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Jimin se despertó sintiéndose de nuevo algo cercano a lo humano y suspiró al no encontrarse con el dolor palpitante de la necesidad que había sido su compañero constante durante la última semana. Se sintió... lleno y seguro. Seguía cobijado en los brazos de su alfa, rodeado del olor a chocolate negro y café. Podía sentir el calor de Jungkook irradiando hacia su cuerpo. Estaba tan contento y feliz en ese momento que no quería moverse, no quería dejar la cama y enfrentarse al mundo. Estas almohadas y mantas eran su refugio seguro y no quería abandonarlo. Estaba cansado, dolorido y necesitado. Quería que lo perfumaran, lo abrazaran y lo elogiaran todo el día, pero era la víspera de Nochebuena y se acercaba el final de su visita.

Jimin tarareó suavemente cuando sintió que la nariz de Jungkook se deslizaba contra la sensible piel detrás de su oreja, y luego sintió una pequeña aspiración de aire allí, como si el Alfa estuviera probando su aroma. Los brazos de Jungkook lo rodearon con fuerza y Jimin ronroneó suavemente, retornando al abrazo de Jungkook mientras el calor del alfa lo empapaba. Sintió un suave beso contra la misma piel que Jungkook acababa de husmear y se estremeció.

"Buenos días, pequeño. Hueles bien". Dijo Jungkook, con la voz ronca por el sueño.

"¿Ah, sí? ¿A qué huelo?"

Aquella nariz se apretó de nuevo contra su piel y volvió a inhalar antes de que el alfa lo dejara salir en un suspiro.

"Dulce. Hueles como si tu celo estuviera cerca, bonito".

Jungkook arrastró sus labios por el cuello de Jimin chupando y mordiendo suavemente. Deseando que estuvieran solos para poder atar las manos de su pequeño sobre su cabeza y darle una buena y dura ronda de sexo para pasar el resto del día. Pero Jimin no parecía sentir dolor, más bien lo contrario, ya que empujaba su culo contra él y susurraba suaves gemidos. La mano de Jungkook se deslizó por la piel expuesta del vientre de Jimin y se alisó sobre la pequeña hinchazón de su vientre, todavía lleno de la noche anterior.

"Ya estás lleno, bebé... Mm... tan lleno... todo por mí. ¿Quieres que te haga correr, cariño?" Preguntó Jungkook, arrastrando su mano hacia abajo para acariciar la polla de Jimin a través del algodón de sus bragas. "¿Quieres que daddy te haga sentir bien antes de ir a la ducha?"

La implicación no se le escapó a Jimin. Ducharse significaba quitarse el tapón, dejarse llevar por su plenitud. Lo odiaba y la idea lo hacía retorcerse, pero trató de concentrarse en el momento, en los suaves dedos que lo frotaban, la boca en su cuello y la calidez y la fuerza del cuerpo acurrucado detrás de él, que lentamente empujaba su polla contra el culo de Jimin. Se dejó llevar por lo que se sentía tan parecido a esas mañanas lentas y suaves que pasaban en casa, en las que se despertaba y se corrían juntos de esa manera suave y lenta que era perfecta para las horas del amanecer en una cama agradable y cálida. Durante un rato, ¿no podían olvidarse del resto del mundo y dejarse perder en este calor lento y ardiente?

"Nnm... ¿daddy?" Susurró Jimin, girando su cara para trazar sus labios sobre la mandíbula y la barbilla de Jungkook.

"¿Qué pasa, bebé? ¿Qué necesitas?"

"Quiero chupártela... no lo he hecho en tanto tiempo... quiero que me folles la boca".

Jungkook sonrió contra la suave piel con aroma a vainilla bajo sus labios. Su adorable chico, su pequeño bebé de vainilla, tan necesitado y a la vez tan dadivoso. Sabía que a Jimin le gustaba chupársela. Eso nunca había sido un secreto. Lo había sabido desde aquella primera noche en la que Jimin se había arrodillado con tanta naturalidad y le había mirado con sus bonitos ojos grises llenos de tanta desesperación. A Jimin le gustaba ser dominado, y eso no siempre significaba atarlo. A veces, la dominación era tan simple como una mano enredada en el pelo rubio, guiándolo hacia arriba y hacia abajo en la longitud de su polla, o una sucia promesa susurrada en sus oídos que enviaba escalofríos por su cuerpo, o incluso una mano en su nuca, guiando y controlando. Éstas eran las señas de identidad de su lenguaje amoroso.

Bebé Vainilla - KookMin OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora