* Una tregua*

19 6 2
                                    

Capitulo 4


Me viste con un traje sastre color marfil y unos zapatos de tacón, siempre me ha gustado vestirme de esta manera. Me suelto el cabello me subo al auto y me dirijo al despacho del abogado que lleva los asuntos de mi papá, no es que tenga mucho dinero pero en las últimas conversaciones me menciono que había hecho varias cosas legales en cuanto a sus bienes, no es que tenga muchos, pero mi padre era una persona muy precavida y muy ahorradora, honestamente no sé que esperar. Llegó al despacho estoy en camino y escucho que mi celular suena, me distraigo para ver quién es pero mi cuerpo choca con otra persona, mis cosas caen al piso y cuando alzó la mirada para perdir disculpas mi alma se cae al piso mi corazón empieza a latir a mil por hora y mis recuerdos pasan por mi cabeza como una película. Doy un paso atrás por qué el que está enfrente justamente de mi es y nada menos que Victor. El arquea la ceja y pone una media sonrisa en su rostro.

—Vaya.. vaya.. mira a quien tenemos aquí,nada más y nada menos que a mi hermosa y prófuga mujer. No cabe duda que los años te han hecho justicia mi amor... Tú y yo tenemos mucho de que hablar. ¿En dónde está mi hija? Por qué hasta donde sabía era una niña!—

Escucho su voz y los escalofríos recorren mi cuerpo, tiene el cinismo dibujado en la cara, el maldito infeliz, como se atreve a preguntarme por mi hija cuando el nunca la ha querido.

—Tu y yo no tenemos nada de que hablar Victor, absolutamente nada. No soy ni tu mujer y ¿cuál hija?, no se puede llamar de esa manera a alguien que negaste desde que estaba en mi vientre. No tienes ese derecho ni ahora ni nunca. Por qué esa palabra te queda muy grande y Nari es mucho amor, y esa palabra no está en tu vocabulario.—

— Así que se llama Nari nuestra hija, tiene un nombre muy  hermoso...  Pero te fuiste sin decir una sola palabra— su mirada era gélida y sombría.

Su mirada me causa las mismas sensaciones de siempre. No ha cambiado nada sigue igual de frío he incapaz de  sentir empatía por alguien.  No sé si estoy haciendo bien en decirle que la niña que tanto desprecio si nació. Pero creo que tiene derecho a saberlo, y así, salir de una vez por todas  de este maldito infierno en el  cuál he vivido todos estos años.

—Brenda te exijo que me dejes conocer a mi hija! Porque tengo derecho a verla. Tiene derecho a tener mi apellido y todo lo que se merece. — exclama victor ahora con un tono de voz más gemido y exigente.

—Ahora si quieres conocerla y darle todo? Eso no lo decías cuando me golpeabas y me humillabas verdad. En ese momento no te importaba nada, llegaste a dudar de que fuera tu hija. No tienes derecho de pedirme eso y mucho menos exigirme nada Victor, por qué no vas a jugar a la familia feliz con Cristal... Me enteré que tienes una familia ya hecha...

— Veo que no haz cambiado en lo absoluto mujer, vamos hacer una tregua que te parece? Vamos hablar como la gente como la civilizada, ¿Que te parece la idea?

Miro con cautela a victor por qué toda la frialdad de sus ojos han desaparecido ahora está diferente.  Pero siento que está actitud no traera nada bueno.

Junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora