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La música era alta, pero el ambiente estaba bien. No era su primera vez en ese lugar, pero la gente lo observaba con curiosidad.

Se sentó en una silla de la barra.

-Dame una margarita -pidió.

El barman lo miró dos veces y después sonrió.

-¡Minho!, qué bien te ves. ¿Te dejaste crecer el cabello?

Minho rio.

-Sí, un poco -respondió peinándolo hacia atrás.

-¿Dónde estabas? Te perdiste por semanas.

-Estuve haciendo cambios en mi nueva casa.

-¿Ya no vives en tu auto? -preguntó el hombre sorprendido.

-Ya no, conseguí un pequeño departamento. Es pequeño. Muy pequeñito -dijo. La cama se mete en la pared, y sólo hay un cuarto de baño y un espacio para la cocina. En verdad era muy pequeño.

-Me alegro, ¿de dónde conseguiste el dinero?

-Hice un pequeño trabajo -dijo frotando sus manos-. Sólo entregué varios paquetes, no me gusta hacer esas cosas, pero lo necesitaba.

El hombre asintió mirándolo un poco preocupado.

Minho volteó a ver el show, recibiendo su margarita. Ese lugar era un bar para adultos, normalmente habían mujeres bailando en el tubo, pero esta vez apareció un chico vestido de bombero sin su camiseta. Bailaba disfrutando del baile sensual, movió la pelvis en el tubo recibiendo gritos de varias personas.

-¿Quién es él? -preguntó Minho con curiosidad-. No trabajaba aquí.

-Es nuevo, pero hace vibrar a todos, incluso hombres.

-Sí- Minho se llevó su margarita a los labios-. Parece que hoy estrenaré mi departamento.

-Es un chico duro -dijo sirviendo whisky a otro hombre-. Parece que no le gusta socializar.

-Yo también soy alguien duro -dijo guiñando un ojo-. Además, no vamos a socializar. Sólo tendremos un polvo.

El show del chico terminó. Minho se bebió toda la margarita de un trago y fue detrás del escenario. Había mucho movimiento. Podía ver a mujeres con las tetas de fuera caminar por ahí y hombres en tanga.

-¡Minho! -Minho se detuvo.

<<No, ella no, por favor>>

-¡Ross! -dijo con una falsa sonrisa y sorpresa.

-Te he extrañado -dijo abrazándolo-. ¿Dónde estabas?

-Con mi novio -dijo encogiéndose de hombros.

-¿Novio? -preguntó la rubia preocupada -, pero tú no eres de parejas, me dijiste que no querías.

Minho sacó un cigarrillo de su bolsillo y lo encendió sin quitar su rostro indiferente.

-Este chico, me gustó -dijo-. No sólo para coger.

Siguió caminando dejando a Ross atrás. No le gustaba romper corazones, pero él mismo le había dicho que no sentía nada por ella, sus noches juntos no significaban nada. Al menos para Minho no.

Seguía buscando entre las personas que estaban dentro, era imposible que ya no estuviera dentro, a menos que se haya salido. Minho corrió hacia la puerta trasera y salió lentamente encontrándose con un chico que llevaba una bata ajustada a su cuerpo.

El clima era bastante frío para estar ahí.

Minho se paró a su lado sin mirarlo. Le dio una calada a su cigarro y después exhaló todo el humo, pudo ver de reojo que el chico se miraba triste, sus ojos brillosos mostraban que había llorado. Normalmente en esos lugares no había gente feliz. Las chicas bailaban semidesnudas y los hombres les metían el dinero en su ropa interior. Ross muchas veces le había dicho que odiaba trabajar ahí, no le gustaba que la vieran de la forma en la que la miraban.

-Sólo quiero ser vista así por una persona -había dicho eso, después del sexo. Lástima que Minho no la miraba así.

Le dio otra calada a su cigarro y se lo pasó al chico. Él lo miró dudoso, pero lo aceptó. Le dio una calada y volteó a ver al chico que estaba a su lado, Minho hizo lo mismo.

-¿No tendrás algo más fuerte? -preguntó.

-No aquí, pero en mi casa sí -Felix asintió volviendo a fumar-. ¿Por qué estás acá afuera?

-¿Viste el show? -preguntó. Minho asintió. -La gente suele ir a buscarme. No saben que hay puerta trasera -miró con curiosidad a Minho-. Conoces bien este lugar, ¿cierto? -Felix sonrió levemente.

-Sí, soy cliente frecuente. Y... en ocasiones salgo con las chicas de aquí -suspiró-. Es algo que ya no quería hacer, hay una chica que se ilusionó conmigo, es bastante molesta, pero le acabo de decir que tengo una noche con mi novio.

Felix rio, él mismo creía saber qué chica, ella siempre hablaba de lo deseable que era, pero sólo tenía corazón para un hombre, aunque siempre tenía sexo con otros hombres.

Felix observaba la facilidad del sexo en ese lugar, a él le llegaban mujeres o hombres pidiendo tener un trio con su mujer.

Todo era tan extraño para él.

-Me parece que ella ha estado con varios hombres en este tiempo -mencionó-. Aunque así son todos aquí.

-¿También tú? -preguntó con curiosidad.

-Han habido ofertas, pero yo no soy hetero. Este no es un antro gay por eso no he salido con alguien.

Minho sonrió para sus adentros.

-Soy bisexual, más del lado homosexual.

Felix lo miró sorprendido. Le dio una calada más al cigarro, lo soltó y después lo piso. Exhaló todo el humo de sus pulmones y lo miró asintiendo.

-Dijiste que tenías algo más fuerte en tu casa -Minho asintió-. ¿Podrías llevarme?

-Por supuesto, mi auto está detrás de aquí.

-Deja voy por mis cosas -Felix se metió al lugar y caminó rápidamente a su casillero. Sabía a qué iría a su casa, pero sería capaz de hacerlo, ¿y si lo hacía mal?

No era virgen, pero tampoco tenía experiencia y no era muy bueno en la cama o eso pensaba él. Tomó su ropa con la que había llegado y se fue a los vestidores a quitarse el traje y colgarlo en dónde va.

Salió vestido con unos jeans y una sudadera roja.

-¿Listo? -preguntó Minho al verlo salir con una mochila.

-Sí.

𝐼𝒟𝒦 &lt;&lt; 𝑀𝒾𝓃𝓁𝒾𝓍 ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora