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—El Sol me lastima —dijo Felix arrastrando los pies. Minho iba caminando aún enojado, que pareciera el Sol no le afectara—. Hay que parar, tengo calor y sed.

Minho se detuvo y lo miró con ceño a causa de la luz del Sol.

—No podemos detenernos. Ni siquiera hay árboles por aquí.

La vida se estaba burlando de ambos, eran las doce en punto y el Sol estaba justo sobre ellos. Además de que el lugar estaba hecho un desierto y Minho se negaba a pedir un aventón.

—Minho, no quiero seguir, estoy cansado —se quejó. Mucho más adelante logró observar un lugar parecido a una tienda o lo que fuera, pero seguro allí había gente que pudiera ayudarles. A menos que fuera un espejismo—. Creo que ya me volví loco.

—Veo algo por allá —dijo Minho esperanzado y salió corriendo.

—¡E-espérame! —gritó.

[...]

Tomaron sombra por detrás de la tienda, ambos estaban más tranquilos y tumbados en el suelo fresco, al menos ya no tenían que estar en el Sol.

—Lo amenazamos con la pistola. Esperemos que quiera cooperar, sino tendremos que improvisar.

—Con improvisar te refieres a... ¿disparar? —preguntó incrédulo—. Podríamos matarlo con eso. Es una locura

Minho se echó a reír, se subió arriba del cuerpo cansado de su novio y se frotó sobre él.

—Hay que coger, quiero que cojamos aquí, detrás de esta tienda y después entramos y la robamos —dijo haciendo su cara de cachorrito.

—Ah~ p-pero estoy muy cansado.

—Por eso tú estarás arriba.

Minho lo abrazó y se giró haciendo que Felix quedara arriba. Felix iba a decir algo, pero Minho metió su mano en su pantalón y lo masturbó.

—E-eres un idiota —dijo aguantando las ganas de soltar algún gémido.

—Así me amas, ¿verdad? —dijo esperando una respuesta. Felix lo miró preocupado y se levantó masturbándose volteando hacia la pared—. ¡¿Qué mierda haces?! —se levantó y lo giró mirando como el pene de Felix goteaba semen—. ¿Cómo te atreves?

—Sí te amo —dijo—. Pero no por ser un idiota, eres muy especial Minho, pero eres muy idiota.

—Chupámela —se bajó la bragueta y sacó su miembro. Felix lo miró sorprendido y negó con la cabeza—. ¡Chúpala!

—¡¿Estás loco?! Estás sudado y seguro sabrá mal, no te has bañado y no hemos comido bien.

—Si me amas, lo harás.

Felix quisó mentalizarse de que no estaban sucios, que estaban aseados y no estaba haciendo calor, estaba nublado con probabilidades de lluvia, aunque fuera lo contrario.

—Sólo lo haré por lo que pasó con Becky, pero esto me da mucho asco y si vomito yo te golpearé —Minho asintió alzando su pulgar—. En verdad eres muy idiota

Se hincó y cerró sus ojos metiéndose el miembro salado a su boca, comenzó mamando lento para que su boca se acostumbrara y no fuera a vomitar, poco a poco iba metiéndolo más profundo. Y cuando sintió que ya estaba en el tope, movió su cabeza haciendo un vaivén.

—Ah~ —gimió Minho agarrando a Felix de sus cabellos—. N-no uses los d-dientes.

Felix asintió y siguió mamando hasta que Minho le detuvo tomando su barbilla. Felix abrió los ojos y lo miró esperando alguna indicación.

—Mírame, no cierres los ojos.

Asintió de nuevo y prosiguió chupando, incluso ver a Minho gimiendo y suplicando por más, le hizo sentir que estaba a punto de que se le volviera a parar.

—Ah... ah... ¡ah! —Minho se corrió en la boca de Felix y este se separó escupiendo todo.

—¡Eres un idiota! —gritó.

—Un idiota al que amas —agregó Minho sonriendo victorioso.

—Cierra la boca.

Después de una hora, la sombra se había acabado y ahora deberían buscar una nueva. O mejor, seguir con el plan.

Después de insistir mucho, Felix no tuvo opción, además de que seguirían igual que siempre sino lo hacían.

—Esto es una mala idea —murmuró Felix.

—No te acerques mucho, sólo cuida que no vaya a intentar algo, ¿de acuerdo?

—Sí —respondió. Él estaba muy asustado, no quería que fuera a ocurrir una desgracia.

Ambos con sus mejillas coloradas y sus brazos quemados entraron a la tienda. Minho se acercó hasta la caja y le apuntó al señor con la pistola.

—Por favor entreguenos el efectivo o sino, alguien morirá aquí.

—Quisiera que no fuera así —dijo el cajero, un señor de la tercera edad. Todo esto le dio un mal sabor a Felix, se acercó un poco más sin bajar la guardia.

Observó los movimientos del hombre, con una mano en la caja y otra debajo del mostrador. Lo sabía, tenía algo allí para defenderse. El hombre sacó un arma y le disparó con la intención de matarlo, pero la bala sólo pasó por un lado dándole justo en su oreja.

Minho actuó rápido y le disparó en la cabeza y se metió dentro del mostrador golpeándole con su arma en el rostro.

Después de terminar miró todas sus manos cubiertas de sangre y el rostro del hombre casi irreconocible.

Por otro lado, Felix estaba aturdido, el ardor le estaba dejando ciego y de ver la sangre que escurría desde su oreja a su camisa, sentía que se iba a desmayar.

Minho fue hasta con él y le revisó.

—¿E-es muy grave? —preguntó llorando del dolor. Minho no podía ver bien debido a la sangre, pero sí faltaba una extremidad allí.

—No —mintió, pero eso hizo que Felix se calmara un poco, sorbió su nariz y volvió a soltar el llanto sin atreverse a tocar—. Agarra hielo para dormir esa parte yo buscaré vendas y algo para el dolor. También hay que tomar comida y el dinero.

Felix asintió.

—Creo que tiene un auto.

—Entonces lo robaremos —dijo Minho tomando varias cajas de vendas y pastillas para el dolor—. Tranquilo, tú estarás bien.




𝐼𝒟𝒦 << 𝑀𝒾𝓃𝓁𝒾𝓍 ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora