𝐼𝒟𝒦 << 𝑀𝒾𝓃𝓁𝒾𝓍 ♡

8✔️

No era la forma más romántica de ver a su pareja. Minho con el estómago lleno de semen y con la saliva colgando y sin olvidar las numerosas lagañas que se acumularon en sus ojos.

Sí, Minho era un desastre en las mañanas, él también lo era, pero Minho era un caso especial.

Felix buscó entre las cosas de Minho un cigarro. Encontró sólo uno, esperaba que a su novio no le molestara que tomara el último.

Minho abrió sus ojos debido al olor, bostezó estirándose y se limpió las lagañas y la saliva.

—Mi amor —dijo sonriendo—, ¿desayunando?

—Sí —respondió Felix mirando su cigarro.—, es algo ligero a mi parecer.

Minho suspiró rascándose la cabeza.

—Me odias, ¿cierto?

—Sólo creo que sería bueno comer algún día en un restaurante sin tener que huir.

—Y lo haremos —dijo acariciando su rodilla—. Tendremos mucho dinero. Estaba pensando en utilizar tu encanto femenino.

Dijo acomodando su asiento para poder seguir su camino.

—¿Femenino? —preguntó ofendido.

—Una peluca —sugirió—, también necesitamos un vestido o traje que haga resaltar tu trasero y maquillaje.

Felix se cruzó de brazos.

—No me acuesto con cualquiera.

—Te acostaste conmigo, la primera vez de conocernos. Además no te acostarás con ellos. Estamos a pocos kilometros de un pueblo y he escuchado que hay un buen bar.

—¿Cómo demonios escuchaste eso si he ido a todos lados contigo?

—Bueno, yo inventé lo del bar, pero en todos los pueblos hay bares —dijo obvio—. Entrarás allí, bailarás como tú sabes hacerlo y pedirás dinero.

Felix estaba furioso, sentía que Minho sólo lo miraba como mercancía, quizás el sacarlo de aquel bar, sólo fue para beneficio propio.

—No lo haré, esta vez, seré yo quién decida.

[...]

Felix miró los camerinos de las chicas, Minho iba detrás de él como su representante.

—Buenas tardes señor —habló Minho al ver al dueño del lugar—. Me presento, soy Lee Kimchi y el joven Guk Mandu —dijo haciendo una reverencia a excepción de Felix quien miraba el lugar con desagrado, metiéndose en su papel de bailarín engreído.

—Un gusto —dijo no muy convencido—. ¿Qué se les ofrece?

—Tengo una propuesta —dijo Minho—. El joven Guk Mandu es un bailarín profesional. Justo ahora nos dirigimos a la capital, pero no contamos con el efectivo. Le explico. —Veníamos en un auto de primera clase, pero se nos atravesó un lugar de pobres e indefensos niños. Estoy en desacuerdo con la decisión de Mandu, pero él es el profesional aquí.

—Lo lamento, siempre me ha gustado ayudar a los demás. Tengo un corazón frágil —dijo Felix despreocupado—. Por eso decidí donar casi todo mi dinero.

—¿Me están pidiendo dinero? —preguntó el hombre con clara molestia

—No, sólo queremos que esta estrella, tenga un momento en el escenario y recaudar un poco de lo que donamos.

—¿Y qué gano yo?

—Tener en su escenario a Guk Mandu es más que suficiente —declaró Minho.

—¿Y de efectivo?