Capitulo 3: Remembranza (1/2)

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El restaurante tenia las mesas bien arregladas, de manera lujosa con sus manteles, acompañadas junto a las sillas de madera, una buena iluminación y música instrumental de fondo, era un ambiente tibio y cómodo, las paredes tenían cuadros de postres y malteadas, pero una zona en particular tenia enmarcadas las buenas reseñas de los críticos gastronómicos sobre la comida del lugar, al parecer era un restaurante famoso de la ciudad. Lo extraño es que a pesar de eso, de la gran calidad del lugar, casi no habían personas, si, era algo tarde, pero realmente casi no habían personas, únicamente una joven pareja que acababa de llegar, ambos jóvenes vestían de forma elegante, el chico con corbata y la chica con un vestido rojo, parecía que celebraban aniversario o alguna ocasión especial, un señor en la otra esquina, vestía de traje, quizás venía saliendo del trabajo, y una linda chica a unas mesas de mi puesto, vestía de forma ordinaria, si eramos pocos, cuando en realidad el lugar podría meter a unas treinta personas mas, es que incluso hasta el personal era pobre, solamente había visto un mesero atendiendo, y por alguna razón este tenia puesto un tapabocas. ¿Que sucede en esta ciudad? Desde que llegué a estado desierta y extraña.

Estaba terminando de comer mi plato, una sabrosa pasta, sin duda había probado mejores, pero no está no había estado mal, todo iba bien.

De pronto y de la nada, se comenzaron a escuchar las sirenas de un conjunto de coches policiales pasar cada vez mas cerca del local, eran muchos vehículos, dirección a donde hace tan solo unos minutos había pasado una ambulancia. En las grandes ventanas del lugar se reflejaban los colores de las sirenas, mas no se podían ver los coches, pasaban justo por la calle de al lado, y dichas ventanas solo dejaban ver hacia el frente del local.

Se escucharon los frenos en seco de los vehículos, para dar comienzo a gritos, que poco a poco se volvían cada vez más espeluznantes, del mismo lugar donde se había detenido la policía, se escuchaban a estos mismos dar ordenes y civiles alborotar, hombres, mujeres, y hasta niños. -¡Auxilio, ayúdenme!- -¡Mi esposo me ha atacado!- -¿¡Que diablos sucede!?- -¡No le hagan daño, no!- -¡Mamá! ¿¡Que le sucede a Papá!?- -¿¡Que son esas cosas!?- Eran algunas de las cosas que podíamos escuchar en el restaurante, era aterrador, sucedía algo muy grave allá afuera. Fue entonces cuando las armas comenzaron a ser detonadas, se escuchaban una y otra vez, de diferentes tipos de armas, hacían un ruido muy fuerte cada vez que jalaban el gatillo, dejando un eco en toda la calle.

Me encontraba en shock, ¿¡Que sucede!? Los sonidos venían de tan solo unos metros del restaurante, era muy cerca. Apenas me pude fijar en las demás personas que se estaban conmigo, todos impactados por lo sucedido, sus gestos de impresión y de miedo mientras se veían unos a los otros, incrédulos, nadie sabia lo que sucedía, de la nada una guerra se estaba desatando al lado nuestro, a unos edificios de donde nos encontramos, en tan solo minutos.

Mi corazón se aceleró, me levanté de la silla con las piernas temblando y con cuidado fui caminando hacia una de las ventanas, pegado a la pared, me fui asomando lentamente, intentaba ver algo que me pudiese ayudar a entender porque tanto desorden, pero solo se veía una calle desolada y algunos destellos de luz de los disparos, de ahí en adelante no se podía ver nada mas de lo que ocurría, y las ventanas no eran de las que se abrían. Tenia los puños presionados, sentí el miedo fluir y la adrenalina corría por mis venas, recorriendo mi cuerpo en instantes, estaba sudando frío mientras temblaba, estremecido por lo que sucedía.

-¡Escondanse debajo de las mesas!- gritó la chica que estaba sola en su mesa, la pareja y el señor del otro lado del restaurante le hicieron caso inmediatamente. El mesero salio de la puerta de la cocina corriendo con unas llaves en sus manos hacia la puerta principal cruzando por las mesas, temblando intentaba introducir la llave en el cilindro sin efectividad. -¡Apresúrate!- Ordenó el que parecía ser el chef por como estaba vestido, un señor algo mayor con un delantal puesto, desde la puerta de la cocina. El mesero la logró cerrar y junto al chef comenzaron a apagar las luces del restaurante, hasta finalmente quedar a oscuras.

Diario de un Mercenario.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora