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Finalmente se había llegado el día de la fiesta de antifaces, las familias reales se preparaban para entrar. En algunas ocasiones así, aprovechaban algunos reyes para presentar a sus hijos y que estos pudieran conseguir pareja, algo a la antigua.

Por el lado de los británicos, William junto con Kate terminaban de preparar a los niños, los cuales eran un tanto difíciles de controlar, menos George, el se encontraba alistándose con su hermano mayor, Christian.

— Listo pequeño, ahora solo falta la corbata y quedarás mejor que nunca — comentaba el principe mientras que le hacía el nudo de la corbata a su hermano. — Ya quedó.

— Gracias, principito — respondió el rubio, dándose así después la media vuelta para ir a verse en el espejo.

Al castaño le pareció extraño que su hermano le hablara con tal apodo, ya que jamás se lo había escuchado a nadie más, solo a Leonor.

— ¿Principito? — se acercaba poco a poco a George. — ¿De dónde sacaste eso?

— Escuché que Leonor te dice así, supuse que te gusta el apodo. Así que yo también te intenté llamar de esa manera — respondía inocentemente el pequeño — También escuché al abuelo y a papá hablar sobre una propuesta...tuya.

— ¿Papá habló con el abuelo?

El pequeño británico asintió con su cabeza.

Christian se quedó pensando en lo que dijo su hermano, no paso por su mente que su padre le reclamara al rey sobre la decisión que había tomado. Aunque le agradaba saber que William también hacía lo posible por defenderlo.

— ¿De qué propuesta hablaban?

El castaño se sentó en su cama para quedar a la altura de su hermano. — digamos que el abuelo hizo un trato con los familiares de...de otra princesa, para que yo me case con ella. Pero esto fue sin mi consentimiento...del todo.

— ¿Y me hará lo mismo a mi?

— No — negaba con su cabeza — el no te hará eso a ti, te lo prometo.

George le sonrió a su hermano para después lanzarse sobre el y abrazarlo, lo cual fue correspondido por el mayor.

— ¿Y si te vas a casar?

— Yo supongo que si — no estaba tan seguro de si mismo.

— Con Leonor.

— No, con ella no...esta destinada a ser la futura reina de España, y yo también soy el heredero. Tendría que renunciar para estar con ella. — respondía a su pequeño hermano.

— Y el abuelo eso no lo quiere.

— Exacto. Aunque si te soy sincero, yo no me veo como rey, y no logro entender porque — comentaba para después levantarse de dónde estaba e ir hacia donde tenía el resto de su traje.

— Y...¿no crees que si no te ves con rey, es porque tal vez ese no es tu destino?

La pregunta del rubio hizo que Christian se quedará nuevamente pensando, al parecer su hermano era bastante listo, al punto de comprender mejor las cosas que el.
Continuaba abrochando su camisa, para después así contestarle a su hermano.

— Eres muy listo, jamás habría pasado eso por mi mente. — terminaba de abrochar su camisa. — Pero, creo que después hablaremos de esto.

Despeinó un poco a George y después se dirigió hacia su baño para peinar su cabello, humectar su piel y después aplicar su loción. Al salir del baño se paró enfrente del espejo junto con el pequeño George, ambos se miraron mutuamente y se sonrieron.

Fall In Love With YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora