Capítulo 14

4.3K 422 59
                                    


MAIKEL (P.D.V) 

Después de varios intentos pude finalmente abrir los ojos y ver bien. 

 Me encontraba en una habitación de hospital, o al menos, eso parecía. Me dolía muchísimo la espalda y el estómago, pero era normal, había recibido un balazo justo cuando Nikki se estaba acercando a aquella persona que nos había estado siguiendo. Nisiquiera recordaba con claridad que había pasado después, solamente recordaba ser arrastrado por el suelo y gritos, pero nada más. 

- Vaya, estás despierto. ¿Cómo te encuentras? -Preguntó una chica vestida con una bata al entrar a la habitación. 

 - Perfectamente -Respondí seco- me gustaría ver a la persona que me trajo hasta aquí. 

Necesitaba ver a Nikki, necesitaba hablar con ella y que me contase que había pasado, como habíamos escapado de allí. 

- ¿La persona que te trajo hasta aquí? -Preguntó frunciendo el ceño. Era una chica rubia y de profundos ojos azules y tenía un acento que no conseguía diferenciar bien, pero no era rusa. 

- Si, recibí un balazo y mi amiga me trajo hasta aquí, ¿podrías ir a buscarla? -Pregunté irritante. 

Necesitaba verla, necesitaba saber que estaba bien. La persona que me había disparado había aparecido por sorpresa, nisiquiera sabía como había llegado hasta a mi y nisiquiera pude verle la puta cara. No me dio tiempo a hacer nada, me disparó por la puta espalda y caí desplomado al momento. 

 La chica, ignorando mi pregunta, sacó una especie de linterna y comenzó a alumbrarme los ojos.

 - ¿Se puede saber qué haces? estoy bien, no tengo ningún trauma, ¿podrías hacer lo que te dije?

 Estaba comenzando a enfadarme, tenía que ver a Nikki ya. 

- Te dispararon, tienes que estar en revisión, no te creas que mucha gente sobrevive a este tipo de cosas. Tuviste suerte, te dispararon en un lugar que a pesar de ser peligroso, no fue mortal. Unos centímentros más a la izquierda y podrías haber quedado minusválido. 

La respiración comenzó a acelerárseme, me daba igual lo que me estaba contando, necesitaba ver a Nikki, necesitaba saber que ella estaba bien. 

- Vale, parece que estás ignorando todo lo que te digo y estoy comenzando a irritarme bastante. ¿Está mi amiga bien?¿está viva? porque entonces, no entiendo por qué cojones no estás respondiendo a mis preguntas -Grité. 

La máquina que marcaba mis pulsaciones empezó a pitar debido a que mis pulsaciones se habían acelerado. 

- Relájate, en un momento responderan a todas tus preguntas, pero ahora necesito saber que estás bien. 

- ¡Estoy bien,maldita sea! Pero te aseguro que la que no va a estar bien vas a ser tu como no me digas donde está mi amiga. 

La enfermera o doctora o lo que coño fuera, sonrió y negó divertida con la cabeza. 

- ¿Se puede saber que te hace tanta gracia?Si ya estaba enfadado, que se riese de mi enfado, me enfadaba aún más. 

- Pareces un niño pequeño con una rabieta. 

- Y tu pareces una puta gilipollas, ¿me quieres decir de una jodida vez donde está mi amiga? soy un enfermo y lo único que estás haciendo es hacerme coger nervios, algo que no es nada bueno para la salud. Recibí un disparo y aquí estás tú, haciendome enfadar. ¿Podrías de una maldita vez responder a mis jodidas preguntas y dejarme tranquilo? ¿o quieres que llame al jefe del puto hospital? -Grité- y desconéctame de esta puta máquina porque si me sigues haciendo enfadar, esta mierda va a estallar.

Los Romanov #2: TraiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora