al patrulea capitol

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Harry estacionó con elegancia su coche en el espacioso estacionamiento de la majestuosa mansión Sainz.

Perteneciente al padre del novio de Charles, Carlos.

Louis, quien se había quedado profundamente dormido durante el viaje, despertó lentamente al sentir las caricias reconfortantes de Harry en su rostro.

"Finalmente hemos llegado, prețios/precioso," anunció Harry con una sonrisa, acariciando suavemente la frente de Louis.

Los ojos preciosos de Louis se abrieron, revelando un tono de azul que aún fascinaba a Harry como el primer día que lo vio caminar por los pasillos del instituto.

"Ciao," saludó Louis de manera adormilada.

"Hola, ¿tuviste un buen descanso?" Harry sonrió mientras Louis se acurrucaba en busca de mimos. "Al parecer, alguien despertó mimado, băiatul perfect/chico perfecto," murmuró Harry, llenando la frente de Louis de besos y provocando risas juguetonas.

"Me gusta dormir cuando viajo, ¿espero que no te moleste?" preguntó Louis con una sonrisa.

"Me molestaría más si estás cansado. ¿Estás seguro de que quieres entrar? Puedo llevarte a casa y volver a salir mañana," sugirió Harry, acariciando la mejilla de Louis. "Tú importas más que la fiesta."

"Estoy bien," aseguró Louis, sonriendo mientras Harry besaba su nariz.

A pesar de la evidente fatiga de Louis, ambos compartieron un entendimiento, Louis no pensaba ceder tan fácil.

Era terco como la mierda.

Y Harry le gustaba tanto eso de él.

Harry salió del auto y abrió la puerta para Louis, quien extendió sus brazos, pidiendo ser cargado.

"¿Estás cansado o solo estoy mimándote mucho?" bromeó Harry mientras levantaba a Louis por los muslos con cuidado.

Jamás cruzaría los límites con Louis sin su consentimiento; para Harry, la sensualidad reside en el respeto mutuo.

"Nunca me canso de los mimos," declaró Louis, acomodándose en el cuello de Harry y soltando un bostezo.

Harry negó. "La fiesta puede esperar. Estás cansado, mi hermosa criatura."

"Cállate y cómprame helado", murmuró Louis con aparente molestia, aunque su sonrojo delataba el deleite que sentía.

"Como desees." Harry aceptó alegremente y los subió al auto, condujo hacia un lugar pintoresco con tonos azules suaves, conocido por sus increíbles helados en una variedad de sabores.

Era la heladería favorita de Louis. Y Harry lo sabía.

..........

Harry sostiene la puerta abierta, y Louis le agradece con un beso en la mejilla al cruzarla, revelándose ante la impresionante exhibición de helados que se despliega ante ellos.

Los ojos de Louis se iluminan con alegría infantil al ver la pared de sabores.

La satisfacción que Harry siente al observar el asombro puro en el rostro de Louis es indescriptible.

Louis, lleno de emoción, se dirige directamente hacia la vitrina, donde se encuentran sus sabores favoritos que ha memorizado desde que se mudó a Mónaco hace seis meses.

Con una determinación evidente, Louis se encamina hacia la sección de chocolate.

"¿Puedo probar el chocolate espresso y el chocolate amargo con menta?" le pregunta a la chica detrás del mostrador, quien le ofrece dos cucharitas. Louis los prueba, emitiendo un pequeño gemido de placer.

Sky Fall Where stories live. Discover now