Capítulo 15: Contratos

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Gabriel Steven

Tengo en mente el rubro en el que se pueden encontrar vacantes de trabajo, hablo de la gastronomía, de lo que conozco, ya que visito varias veces restaurantes y vi carteles en algunos. Aunque su defecto es saber diferentes idiomas por la demanda de turistas en París, ojalá eso no nos sea un obstáculo.

— Sabes, eres una buena compañía para mí, agradezco al universo por haberte conocido — Se sinceró Sara.

— Me alegro por eso y también pienso lo mismo — Le dije, no me esperaba esas palabras de ella en este momento.

Ambos sonreímos uno al otro y seguimos nuestro camino.

Visitamos tres restaurantes, en ninguno de esos buscan gente para trabajar, tenemos que seguir recorriendo la cuidad.

— Mira, aquí dice que alquilan un departamento ¿preguntamos? — Comentó Sara al ver en una casa el cartel. La casa es super moderna y está al lado de un departamento, seguro es el que quieren alquilar.

— Claro — Le respondí y fuimos hacia la casa.

Toco la puerta, esperamos unos minutos y finalmente atendió una señora de unos 50 años.

—  Bonjour Madame — Di los buenos días a la señora en francés y le pregunté si aún sigue disponible el alquiler.

Me dijo que sí, cobra un precio no tan alto y como lo pedíamos, es mensual, así que nos conviene esta oferta.

Le comenté a Sara y sin dudar me respondió que tenemos que aceptar.
Entonces la dueña del departamento quiso mostrar el lugar antes de firmar los papeles, así que caminamos con ella al lugar de al lado.

— Es muy lindo — Se expresó mi compañera al entrar al hogar, también me gusta su interior, tiene lo necesario para vivir cómodamente en él.

Después de dar un recorrido por la casa, la señora nos pregunta si nos gustó, Sara asintió con su cabeza que sí y yo le respondí en francés lo mismo.

Antes de firmar el contrato por tres meses, es lo mínimo por el comienzo del alquiler que nos propone la dueña del departamento, ella pide una entrega mínima para comenzar a vivir allí, cosa que no podemos pagar, le comenté que ahora no tenemos para dar el pago, le podríamos darle en dos semanas, ella no entendió la situación y no hubo acuerdo, así que con desilusión nos retiramos del lugar.

— Tendremos que buscar primero un trabajo para ver si así logramos hacer un trato con los propietarios — Dijo Sara al salir del departamento.

— Sí, aunque no te pongas mal que encontrar un trabajo será más fácil que alquilar un lugar y alguna idea pensaré para que tengamos un acuerdo con los dueños que visitemos luego —  Trato de que no pierda la buena energía que tenía cuando vio la casa.

— Siento que debo aprender francés o no estaré cómoda en esta ciudad, no me gustaría que tengas que hablar por mí siempre — Comentó Sara cuando pregunté en uno lugar que ofrecen un departamento.

— Tranquila, lo que haremos es buscar un lugar donde trabajar y luego de cumplir las horas, podremos practicar el idioma ya que descansaremos un rato y en eso te enseño lo más básico ¿te parece? — Quiero que se sienta bien aquí, entiendo sus preocupaciones y que no debe ser fácil adaptarse a una nueva cuidad, con nuevas cosas por saber, el idioma, las calles principales y las leyes correspondientes.

— Me parece bien, gracias por ayudarme — Me respondió ella con una sonrisa y ambos seguimos caminando para encontrar un trabajo.

Recorrimos unas dos cuadras más y vimos un restaurante que tiene un cartel en su entrada, buscan dos meseros, lo justo para nosotros.

— Sí, por fin — Se alegra Sara.

— Vamos, ojalá sigan los puestos disponibles —  Dije y entramos al lugar.

Es grande, lujoso y con mucha gente en su interior, tiene dos pisos, ya entiendo el porqué del cartel, necesitan más gente para atender.

— Hablaré con la persona que se encarga del restaurante y te traduciré lo que me digan — Le comenté a mi compañía.

Caminamos hasta la recepción, pregunté por los puestos de trabajo y me dijo una chica que aún están libres, eso es una buena noticia, nos dirigió hacia la oficina del dueño y comentó que había un currículum que teníamos que llenar cada uno para ver si hay contrato o no.

El dueño es bastante elegante, nos saludó con un apretón de manos y cada uno se sentó en las sillas de su oficina.

Él preguntó si sabemos solo francés o otro idioma, le respondí que de hecho hablamos más español que francés y al escuchar esto sonrió, comenzando a hablar en castellano.

— Abrimos hace poco y necesitamos gente que hable español para atender a los clientes porque vienen turistas de varios países que usan ese idioma, así que nos vendrá de diez que trabajen aquí —  Habló el señor cómodamente.

— Esta es una oportunidad que no podemos perder, le agradecería mucho si al final contrata a los dos   — Se expresó Sara, el hombre nos entregó los currículums para completarlos.

En éstos hay preguntas sobre nuestros datos de trabajo, hay que poner los datos personales y si tenemos experiencia en este labor. Por supuesto que yo nunca pude trabajar en estos lugares, aunque de igual manera puedo aprender a hacerlo, no debe ser difícil.

Respondimos todo y le damos los papeles al señor, nos dice que esperemos a fuera de su oficina y que en unos minutos avisará  si hay empleo para nosotros o no, tengo fe que va a ser un sí. 

— ¿Ansiosa? — Le pregunté a ella, mi compañía.

— Un poco, pero sé que nos aceptará, lo pude notar — Me respondió Sara.

Pasaron unos minutos y el hombre sale tras la puerta, viene serio hacia nosotros.

— Felicidades chicos, están contratados — Dijo el dueño y saludó de nuevo con un apretón de manos.

— Muchas gracias señor —  Le agradecí feliz.

— Va a ver que seremos buenos en nuestro trabajo, espero no defraudarlo — Comentó Sara sonriente, ambos estamos contentos.

El dueño del restaurante hizo que firmemos el contrato de trabajo y luego nos invitó a ir hacia la cocina porque ahí se encuentra el jefe principal que va a darnos las indicaciones de el labor, caminamos felices y con responsabilidad de nuestro empleo.

Tenemos uno de los contratos que necesitábamos, queda encontrar un lugar para vivir, ojalá lo obtengamos antes de la noche.

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