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-¿Cómo te fue hoy en clases, lindo?- cuestionó, aún con su mano en el muslo del otro, de vez en cuando quitándola de allí sólo para mover la palanca de cambios.

-Em... bien, supongo, el día fue aburrido... demasiado.- dijo simple, alzándose de hombros y tratando de ignorar el apodo por el que fue llamado, -¿Cómo estuvo tu día, hyung?- devolvió la pregunta y con algo de timidez llevó su mano hasta la del otro, entrelazando sus dedos con cuidado.

-Me desperté, trabajé terminando un proyecto de la oficina desde casa, entrené un poco y ya. Un día normal, ahora tengo toda mi tarde libre para estar con mi chico lindo.- dijo con una sonrisa, sin poder voltear a ver al pequeño ya que iba manejando.

-¿Tu chico lindo? De esas tres cosas sólo le atinaste al sustantivo.- dijo divertido, con sus mejillas rosadas, ahora sus manos unidas estaban sobre la palanca de cambios.

-Una es cuestión de tiempo, pronto, Innie. Y chico lindo; eso eres, sólo tienes que reflejarte en los ojos correctos, cariño.- como hacía unos días atrás acercó la mano del otro a su rostro y dejó un beso en el dorso de la misma.

-Sabe cómo convencer a la gente, eh. ¿Usted no vende líneas móviles o seguros?- cuestionó divertido. Changbin rio porque por fin el menor se había soltado un poco con él, empezaba a ser risueño y confiado, a Seo le encantaba eso.

-No estoy tratando de convencerte, Jeong. Quiero que te des cuenta de lo hermoso que eres, que lo sepas y nunca más se te olvide, no sólo "convencerte".- dijo simple, el menor sonrió, recostándose del asiento, tratando de salir del rango de visión del hombre, no quería que viera la leve sonrisa en su rostro.

-Lindo acto, pero es algo difícil. No pierdas tu tiempo, hyung.- pidió, Changbin frunció el ceño.

-No... no estaría perdiendo el tiempo, In.- estacionó, ya habían llegado y el menor no sabía qué decirle, Seo se dio cuenta por lo que cambió el tema. -Espero te guste la comida picante.- dijo con una sonrisa, el menor hizo una mueca.

-No es mi favorita, pero no me desagrada.- dijo simple, con una sonrisa y ambos bajaron del coche, como antes había pasado muchas veces, Jeongin sintió una de las manos de Changbin hacerse en su cintura, acompañándolo con su toque a sentirse más cómodo.

Al entrar les asignaron una mesa, se sentaron, ordenaron y tras haber escrito su pedido, el camarero de elegante porte se retiró diciendo que pronto volvería con la orden.

Sobre la mesa, Changbin tomó la mano del más pequeño, le sonrió de forma tierna y el más pequeño no pudo evitar devolver el gesto, mostrando sus dientes con tratamiento odontológico.

-Tienes una sonrisa preciosa, ¿Te lo he dicho?- le cuestionó, sus ojos parecían brillar al cruzar con Jeongin, pero parecía el aludido el único que no se daba cuenta de eso.

-Sí, ya me lo habías dicho... pero no sé cómo me dices eso cuando la tuya es tan hermosa...- dijo simple, no queriendo sonar aquello como un coqueteo.

-No compares, Innie.- regañó sin sonar brusco, ya que ese era uno de las cosas que ya se había dado cuenta que hacía inseguro al más pequeño. -Mi sonrisa sea linda o fea, la tuya me va a gustar.- se alzó de hombros, el más pequeño bajó la mirada.

-No me regañes...- dijo con un pequeño mohín en sus labios, el mayor suspiró.

-No te estoy regañando, Innie... no quiero que te sientas mal, es todo... compararse con los demás no está bien, no todos somos iguales...- dijo simple.

-Pero...- iba a hablar, pero Changbin se lo impidió, tomando antes el turno de palabra.

-A ti te gusta mi sonrisa... a mí no me gusta tanto, ¿Sabes?- cuestionó y el pequeño frunció sus cejas.

Mirror [ChangIn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora