Capítulo 4

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El taller de carpintería estaba como siempre: divertido y ruidoso. El compañero de mesa de Christopher es Gus, y juntos están dándole los últimos retoques a su guillotina para ratas.

—Lija un poco por acá, Gus —le dice Christopher, quien está mirando con los ojos entrecerrados una pequeña esquina.

—Ni siquiera se ve, no seas exagerado, no pasa nada si...

Pero el grito del profesor Cornejo los hace dar un salto. El profesor es el típico mexicano: regordete y peludo; aunque él no quiera admitir que su nacionalidad no es americana.

—¿A alguien le hace falta un miembro en su equipo? Integren a Nathan, es nuevo en el taller.

Nathan, Nathan... A Christopher le suena ese nombre. No, no... No puede ser el de la fiesta de fin de curso, desea. Sin embargo, cuando el profesor abre la puerta y deja pasar a un chico de baja estatura y mirada tímida...

No puede ser cierto.

—Puede integrarse aquí —dice Gus rápidamente y la clase lo mira con ojos como platos, incluyendo a Christopher—. O como sea...

El profesor Cornejo no le da importancia e invita a Nathan, o más bien Nate, a ir con su nuevo equipo.

—¿Qué carajo hiciste? —le suelta Christopher al pelirrojo, Gustavo. Este no contesta y lo mira confundido—. Acabas de regalar una jodida calificación que nos costó todas las vacaciones.

—¿Qué? —murmura Gus y mira atrás para asegurarse de que Nathan no está lo suficientemente cerca todavía como para escucharlos—. Te vi con él en la fiesta, pensé que se habían agradado.

Tiene razón y Christopher lo sabe, pero aun así niega con la cabeza y se va al otro lado de la mesa. Nathan ya está ahí. Está mirándolo, su cabello negro, su barba y bigote (que se ha dejado crecer en las vacaciones), sus ojos verdes...

—Bienvenido al equipo... Nathan, ¿verdad? —le pregunta Gus, intentando ser amigable aunque todavía le confunde la actitud de su amigo.

—Nathan, Nate... —murmura él y Christopher rueda los ojos, Gus le sonríe al chaparro.

—Nate, ¿quieres ayudarnos? ¿Sabes algo de carpintería?

Él niega con la cabeza. Gustavo sonríe y le pasa un brazo por los hombros.

—Estamos haciendo una guillotina...

—Terminando, en realidad, le faltan los últimos toques —lo interrumpe Christopher. Nate siente una apuñalada en el pecho... Esperaba que lo saludara, pero ni siquiera eso ha hecho, se ha portado como si le molestara su presencia, como si jamás le hubiera dicho las cosas que le dijo en aquella fiesta.

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⏰ Última actualización: Jun 28, 2015 ⏰

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