Capítulo 1: La bruja y el ángel

65 11 5
                                    

Ciudad de Beli, Saturno

El aire olía a sangre, el sonido metálico de espadas y escudos chocando se mezclaba con los gritos de guerra de los 70 caballeros de Neptuno luchando contra los más de 150 rebeldes del ejército de Tártaro, quien intentaba tomar por la fuerza el reinado de Saturno, reduciendo una a una las ciudades cercanas a la capital, la cual ya estaba bajo su control.

Los minutos parecían eternos, el ejército extranjero que se suponía llegaría allí como la última esperanza de los habitantes, estaba cayendo rápidamente. No sólo los sobrepasaban en número, también en experiencia, pues muchos de los rebeldes habían pertenecido al ejercito de su reino, mientras que los enviados por el rey de Neptuno, eran demasiado jóvenes y carecían de experiencia en batalla.

En medio de la lucha un destello de color aguamarina llamó la atención de todos los presentes. Aquel resplandor provenía de uno de los soldados, quien dejó caer la espada de su mano herida y de inmediato se quitó el casco, dejando caer como una cascada su largo y ondulado cabello turquesa que le llegaba a la cintura.

—¡Todos, protejan a la princesa si quieren vivir! —ordenó el joven capitán de aquel ejercito suicida.

Ella se quitó una a una las piezas de su armadura y sólo se dejó puestas las hombreras y el peto que recubría tanto su pecho como su espalda. Dado que su mano hábil se encontraba lesionada y no podía sostener la espada, se cubrió con el escudo que llevaba en su mano izquierda.

La princesa arrancó la pulsera que contenía un dije de cristal negro, la cual llevaba colgando en su muñeca izquierda—Aqua elementi —pronunció mientras llevaba su mano derecha ensangrentada con la pulsera en dirección al enemigo. Inmediatamente, la luz verdosa que emanaba de su cuerpo se dirigió a su mano y junto a ella comenzó a materializarse una enorme medusa formada por agua, en cuyo interior brillaba un pequeño cristal negro. El monstruo, que media cerca de dos metros de alto y flotaba en el aire como si estuviese nadando. Pronto comenzó a atacar con sus tentáculos al ejército rival, dándoles descargas eléctricas y cubriendo a sus aliados.

—¡Es una bruja! —gritó un soldado enemigo.

—¡Maten a la bruja! —ordenó otro.

Enseguida se vio rodeada por enemigos, ya que había enviado a la medusa para que sirviera como refuerzo para sus hombres.

Un hombre casi tan joven como ella se acercó y se quedó a su lado— No resistiremos mucho tiempo, aún si seguimos tu plan, es demasiado arriesgado. Debe salir de este lugar, princesa.

Una leve sonrisa, casi imperceptible se dibujó en los labios de la princesa por un momento mientras estudiaba con la mirada la formación cautelosa que el enemigo estaba armando para cerrarle el paso— Capitán, si escapo me acusarán de desertora y traidora, me ejecutarán. No puedo rendirme, voy a demostrarle a todos de lo que soy capaz para que jamás vuelvan a subestimarme —declaró y comenzó a realizar suaves movimientos con su mano derecha, la cual empezó a ser envuelta por finos y brillantes hilos etéreos de color turquesa como su cabello. Ella avanzó cubriendo su cuerpo con el escudo y con su mano hábil hacia adelante, mientras el capitán luchaba con los enemigos a su espalda.

Mortiferum mare pugionem —recitó y los finos hilos que envolvían su mano se volvieron rígidos de pronto y fueron proyectados en diferentes direcciones hacia los enemigos que tenía frente a ella. Uno a uno fueron cayendo al suelo, dónde se quedaban inmóviles.

Todo marchaba según lo planeado para la inexperta princesa, no es que no supiera el motivo por el cuál fue enviada allí con tan pocos hombres, pero estaba preparada para aquello y pensó que era una buena ocasión para demostrar su poder y ganarse la aprobación de su padre. Sin embargo, la confianza en si misma le duró poco, pues desde detrás del límite dónde comenzaba el bosque que rodeaba la ciudad, se escucharon los cascos de caballos y segundos después, un batallón con alrededor de 70 hombres salieron de entre los arboles y se lanzaron a la lucha.

Lazos lunares de plata y cristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora