Cuando más te necesite - Adaptación (Minayeon)

Capítulo 4: Tu secreto parte 2

Me incorporé volviendo a poner la manta sobre ella y salí del lugar sintiendo mi corazón retumbar en mi cabeza y como la adrenalina corría por todo mi cuerpo.

Nayeon tenía un pene, uno real o eso creo, y lo toqué, lo sentí y no es nada pequeño. Mierda sentí lo caliente y palpitante que es en mi mano. Termine en mi cocina con las manos recarga en el lavabo mientras trataba de recuperar la respiración. No había corrido ni nada, pero la adrenalina del momento me había dejado sin aliento. No sé cuánto tiempo estuve allí tratando de recuperar mi respiración normal hasta que al final lo logré. Me separé del lavabo y decidí ir hacer el desayuno para todos.

- ¡Buenos días! - la voz áspera y ronca de Nayeon me sobresalto y casi tiro los huevos - Lo siento no pretendía asustarte-

- ¡Dios! - tenía una mano en mi pecho, me giré a verla abrí mi boca para decir algo pero mis traicioneros ojos bajaron a sus pantalones. Cuando me di cuenta lo que hacía me giré rápidamente avergonzada - ya... ya casi está el desayuno... si quieres siéntate - sentía la vergüenza en mi voz-

- Iré al cobertizo para usar el baño - me informo comenzado a caminar hacia la puerta de la terraza-

- Puedes usar el baño de adentro - le dije rápidamente - mira esta por el pasillo, la primera puerta a la izquierda - La vi dudar un momento, pero al final termino caminado hacia el baño-

Dicen la curiosidad mato al gato, pues a mí hoy me mato. ¿Por qué tuve que ver bajo la manta? ¿Por qué tenía que tocarlo? ¿por qué tenía que saber que Nayeon tenía un pene?. Ahora no sabía cómo mirarla.

- Huele delicioso - había salido del baño-

- Ammm si siéntate - le indique para continuar preparando el desayuno no podía mirarla sin sentir mis mejillas rojas-

- Y que está preparando esta vez la chef- sentí que Nayeon bromeaba-

- Ammm - me gire extendiendo los platos aun vacíos - Huevos y sal....sal...salchichas - por dios sentí como mis mejillas era rojo carmesí como se me ocurrió hacer eso exactamente hoy-

- ¿Estás bien Mina? - Nayeon se miraba preocupada y yo solo estaba avergonzada - está muy roja - se levantó y camino hacia mí, no pude evitar que mi ojos bajaran a sus pantalones que ahora todo parecía estar tranquilo en esa área - dios estas calientes Mina - su mano en mi piel solo lograba que esta ardiera más-

- Yo...yo...

- Seguro con el frio que hace ayer te enfermaste - sentí con deslizo su dedo pulgar por mis mejillas acaloradas en una sueva caricia. No pude evitar cerrar mis ojos con la delicada caricia -siéntate yo terminare de hacer el desayuno -abrí rápidamente mis ojos-

- No, yo puedo, estoy bien - intente girarme para terminar lo poco que faltaba-

- Nada Mina, si estas mal yo lo hare, eso de tener citas tan tarde en la noche es mala idea con esta clima - me fascinaba escuchar ese tono de molestia cuando decía "cita". Me hizo un lado y comenzó hacer el desayuno-

- Iré por Leah - realmente no me concentraba después de lo que supe de ella.

Leah recién comenzaba a abrí sus ojos cuando entre al cuarto de mi hija.- Hola mi vida - dije cuento la tome en mis manos levantándola y poniendo sobre mí hombro Leah comenzó a frotarse los ojos aun con sueño. Respire profundo mientras trataba de sacar la sensación que causa la oji-café en mi mano, mi mente y sobre todo de mi cuerpo entero.

- Desayuno listo - escuché la voz de Nayeon desde la cocina. Sentí el estremecimiento por todo mi cuerpo.

- Ya bajamos - Grite y una vez que tuve a Leah cambiada y mis hormonas controladas baje las escaleras.