Capitulo I: Salvación

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En una parte alejada del centro de la galaxia, había un planeta llamado Boot que estaba siendo invadido por las fuerzas del Caos, específicamente los demonios sedientos de sangre de Khorne. Desafortunadamente, el planeta quedó casi completamente destruido y consumido por las fuerzas del caos. Sin embargo, gracias a las escasas fuerzas de la Guardia Imperial, bajo el liderazgo de un un talentoso estratega, una última ciudad pudo mantenerse en pie. En el corazón de aquella ciudad había una estructura parecida a un castillo donde se encontraba el gobernante del planeta, Konstantin Nikolay. Es impresionante que este gobernante no se haya suicidado durante esos meses debido a la invasión. Agotado, se levantó de su silla y se arrodilló ante un cuadro del Emperador en la búsqueda de luz y esperanza a través de sus oraciones, pero no recibió ninguna respuesta. Mientras pronunciaba santas palabras  en voz baja, un anciano encapuchado y con el rostro desfigurado entró en su oficina.

– ¿Quién eres? – Preguntó Konstantin mientras se levantaba del suelo – ¿Quién te dejó entrar?

– Lamento interrumpir tus oraciones, pero es hora de compartir algo que podría salvar este planeta.

–¿Salvar el planeta? No creo que haya esperanza en este... mundo abandonado.

– La esperanza se extinguió hace mucho tiempo, lo sé. Pero es hora de encender la chispa de aquella palabra olvidada.

Konstantin no tuvo otra opción y siguió al anciano, consciente de los peligros. Se preguntó si este anciano podría ser uno de los cultistas del caos responsables de la invasión demoníaca de Boot. Aunque no quería seguirlo, algo inexplicable se lo impidia. Tal vez porque no tenía nada mejor que hacer. Al salir, descubrió que sus guardias habían desaparecido. Mientras miraba a ambos lados del pasillo, dijo lo siguiente:

– Parece que han decidido escapar. 

Sin embargo, siguió al anciano sin notar que sus guardias estaban inconscientes y atados al techo con innumerables cables. Ambos llegaron a un pasillo sin salida, donde Konstantin preguntó con cansancio:

– ¿Estás planeando matarme?

– No cometeré tal acto.

El encapuchado buscó algo en la pared y reveló un pasadizo secreto. Ambos descendieron a las profundidades del castillo y llegaron a un templo iluminado por miles de luces doradas.

– ¿Que tipo de lugar es éste? – Preguntó Konstantin sorprendido – ¿Cuánto tiempo lleva esto bajo mis pies?

– Templo del Antiguo Dios Emperador. El propio emperador lo visitó durante la Gran Cruzada.

– ¿El Emperador estuvo aquí?

Llegaron ante un portal, con miles de runas en un idioma antiguo grabadas en el. El anciano levantó las manos en el aire y exclamó:

– ¡La salvación está más allá de este portal! 

Konstantin ya estaba agotado y decidió encontrar cierto líquido para acabar con su vida. Básicamente quería aplicar la técnica de cierto hijo de Sanguinius. 

– Mira, no tengo tiempo para esto.

Antes que pudiera irse, el anciano se acercó al gobernador y pidió una daga sagrada, una reliquia de la familia de Konstantin. Aunque su cabeza estaba llena de preguntas y dudas, Konstantin se rindió. Para su sorpresa, el anciano se apuñaló en el pecho a sí mismo y pronunció sus últimas palabras mientras se acercaba al portal:

– La salvación está en el Ángel que... destrozará y desgarrará a los enemigos de la humanidad...

La estructura comenzó a temblar y el portal brilló con una potente luz dorada. Antes de caer sin vida, el anciano clavó la daga en el suelo. A través del portal, un gran hombre con una armadura similar a la de un Marine Espacial comenzó a salir. El Slayer había llegado a esa dimensión.

Doom Slayer vs Warhammer 40kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora