Nombrar la habilidad

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Los días empezaron a convertirse en semanas y las semanas en meses. Yuri tenía un progreso notable en su entrenamiento, sobretodo en la parte física, mientras en las cuestiones estratégicas no le iba muy bien.

Mas no era su culpa, tenía unos zapatos muy grandes que llenar. En la Port Mafia solo habían dos niños.

Yuri de seis años y Osamu de once.

Dazai Osamu era un genio en absolutamente todo, cualquier cosa que le pusieran a hacerlo, él lo hacía con excelencia.

A diferencia del pequeño Yuri, quien tenía mayores problemas para solucionar las solicitudes que le daban. Era mucho más torpe y menos perspicaz que Dazai, pero lejos de sentir una especie de envidia por el mayor, Yuri lo admiraba y lo veía como un amigo.

Aunque Yuri no fuera aún prodigio como lo era Dazai, Kouyo y Mori tenían mucha confianza en su utilidad. Su habilidad, si era como ellos sospechaban tenía una potencia muy alta.

– Debes darle un nombre a tu habilidad. – Le dijo Kouyo.

– ¿Un nombre? – Cuestionó.

– Si, darle un nombre a tu habilidad no solo te ayudará a identificarla más fácilmente, sino que también te permitirá personalizarla y entenderla mejor. – Empezó la explicación bajando su abanico. – Cuando le das un nombre, le estás otorgando una identidad propia, una parte de ti mismo que puedes controlar y dominar. Además, al crear un vínculo emocional con tu habilidad, generarás una mayor confianza en ti mismo durante su uso. – Se acercó un poco al pequeño para captar mejor su atención. – En un mundo en donde las habilidades son fundamentales en el combate, es crucial que puedas controlar y utilizar tu poder de manera efectiva. Así que ¿Qué nombre le darás a tu habilidad?

Yuri se quedó en silencio un tiempo mientras pensaba en que nombre ponerle a su habilidad.

Recordó una vez que acompañó a Kouyo por unos libros en la ciudad y en el lugar vio un libro que le llamo la atención, como apenas estaba aprendiendo a leer y escribir, ese libro que parecía tener dibujitos le llamo la atención. Una amable chica le explicó que ese libro se llamaba manga y que era algo que le gustaba mucho a los niños de su edad.

Leyó con dificultad el título del manga "Katekyo Hitman reborn" no sabía que significaba Hitman, pero sabía que Katekyo significaba tutor, así que pensó que sería de algo así.

En la portada veía el número diez y no entendía a qué se refería, abrió una página al azar y se encontró con el dibujo de un extraño bebé que hablaba de unos anillos, muchas palabras fueron desconocidas para él, pero recordaba las palabras de guardianes del cielo y sus nombres específicos; Guardian del sol, guardian de la tormenta, guardian del rayo, guardian de la lluvia, guardian de la nube y guardian de la niebla.

Volvió en si cuando Kouyo le dió un pequeño golpe con el abanico.

– ¿Cuál será el nombre, Yuri-chan? – Cuestionó.

– Guardian de... La lluvia. – Decidió.

Kouyo sonrió asintiendo, pensando en los posibles significados tras ese nombre. Lastima que el niño solo había robado el nombre de un manga que vio por ahí.

La lección continuo con normalidad, mientras Kouyo le explicaba a Yuri las formas de mejorar el manejo de su habilidad, en la mente del pelirrojo se había formado una duda ¿Dazai tenía una habilidad también?

Yuri continuó con sus clases diarias en la Port Mafia, dedicando tiempo tanto al entrenamiento físico como al desarrollo de su habilidad. Bajo la tutela de Kouyo, se esforzaba por dominar el control de los líquidos a su disposición, principalmente agua, practicando diferentes técnicas y experimentando con su poder.

Bungo stray dogs: El guardián de la lluvia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora