4.- Lindo.

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- Huelo a demasiado polvo y el viento está agitado... – le gritó a Bakugo en medio del vuelo, sus manos y pies dolían por el esfuerzo de levantarse por el aire, el retroceso sobre sus hombros y rodillas le perlaba los ojos de dolor, pero no iba a quedarse atras - Kirishima tendrá que intentar seguirnos el paso – tragó duro al percibir un olor a hierro que se filtraba en el aire, olor a sangre, la pelea iba en serio. 

El chillido de Midoriya resonó a lo lejos, y las explosiones de Bakugo hicieron que Ishibashi perdiera un poco su equilibrio. A pesar de la dificultad para alcanzar su velocidad, estaba decidida a no dejar que el rubio se llevara todo el crédito, o al menos, evitar que lo mataran por su imprudencia. No importaba si la piel de sus brazos se caía para el final del día, si esa cosa podía matar al número uno, hacerlos puré a ellos, debía ser un juego de niños.

- ¡Quítate de mi camino, maldito Deku! – aterrizó junto con el rubio en una sincronía casi perfecta, encerrando el peto de metal contra el suelo e inmovilizándolo por las partes físicas de su cuerpo, todo ocurría de manera vertiginosa. El hielo de Todoroki se extendía como un manto gélido sobre la mitad de la grotesca figura que aprisionaba a un All Migth dividido en dos por los portales. Comenzó a apretar la bruma, si bien no era capaz de manipularla, si podía manipular el aire en los contornos de su figura, lo suficiente como para compactarla a un nivel más cómodo – esta vez te atrape, humo de mierda – Ishibashi levantó sus ojos hasta los del rubio frente a ella. Si, eran tan rojos como la sangre fresca, en serio, lindos – tan solo intenta moverte y te volaré en pedazos. Limpiarán el lugar por semanas...

Un grito de furia desgarradora surgió del pecho del hombre de cabellos blancos frente a ellos. Era él, sin duda alguna, tenía que ser Shigaraki, las manos disecadas se aferraban a su cuerpo como espantoso manto de carne y huesos. A su lado, la enorme bestia oscura avanzaba lentamente, era una aberración desagradable y morbosa a la vista, de ojos desorbitados fuera de sus cuencas, su cerebro húmedo estaba expuesto sobre su cabeza. Su piel era de un morado enfermizo y sus colmillos amarillos goteantes de saliva.

- Nomu... - la tonelada de músculos comenzó a moverse lenta pero constantemente, poco a poco salía por uno de los extremos del portal. Se sentía paralizada. – Nomu fue diseñado para derrotarte, es por eso que necesitaba varios dones. ¡Recupera nuestra salida!

Lo único que logró captar fue la estela negra que se abalanzaba hacia ellos. Un suspiro habría durado demasiado tiempo; aún no había logrado cerrar los ojos cuando el golpe retumbó, el aire se agitó con furia y sintió el impacto en el pecho del chico en su espalda. Estaba tibio y suave.

- ¡Lograste sacar a la señorita Ishibashi de ahí! – la voz de Midoriya resonó a su alrededor. Kaida se apartó lentamente del cuerpo del rubio, poniéndose de pie mientras trataba de recuperar el aliento.

- Cállate, eso no fue lo que pasó –

- Entonces... - los cinco voltearon hasta el origen de las nubes de polvo. La pelinegra podía verlos hablar, pero, nada entraba por sus oídos. Podía sentir todo, el aire violento, el polvo chocar con su piel, la mezcla de olores y el sonido moverse por el lugar.

- Niños... váyanse.

Con que eso era una lucha de un héroe profesional.

Los embates sucedían con una velocidad vertiginosa, como ráfagas de luz en una tormenta eléctrica. Sus ojos apenas podían seguir el frenesí de movimientos, todo se desdibujaba en un borrón caótico, en violencia cruda. Esa fuerza era fantástica. 

El viento ululaba entre los muchachos, cada paso que intentaban dar hacia adelante era contrarrestado por una fuerza invisible, un viento que les recordaba que estaban en un terreno donde solo los titanes luchaban. Kaida sentía la fuerza en sus huesos, la presión la empujaba hacia atrás como a una ligera pluma.

Taste of Gale ||Katsuki Bakugou||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora