5.- Primavera en la mirada.

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El sol de la mañana se filtraba a través de las amplias ventanas del salón, las suaves sombras bailaban sobre los pupitres mientras la mayoría de sus compañeros fingían estar despiertos y atentos a la clase. 

Tan falsos que a Mina le daban ganas de reír.

Se acomodó mejor sobre la palma de su mano, como siempre - y después de que cierto rubio hubiera robado su lugar el primer día y causado una discusión en clases- estaba dormitando en su lugar, con la melena negra y brillante de Ishibashi frente a ella cubriéndola de la mirada asesina de su profesor. Seguramente Ishibashi ya estaba resignada a que su cabello terminara lleno de nudos y trencitas gracias a ella.

Pero, de verdad, no podía tener las manos quietas cuando estaba tan ansiosa todo el día. Había intentado de todo, chicles, té, meditación. Y nada funcionaba.

Porque, aún podían sentir los restos del terror correrle en la sangre por el ataque a las USJ una semana atrás, incluso el timbre para cambiar de clase le había sacado varios sustos. Sin embargo, la vida escolar, las tareas y los proyectos, seguían... Todo avanzaba. Le hubiera encantado desentenderse de los deberes aun que sea un par de fines de semana.

Acomodó uno de sus risos con gesto de sueño en los ojos, pero siempre mirando a su alrededor con ojo curioso.

Sí.

Era una entrometida y chismosa de lo peor. Al igual que varias personas dentro de su aula, no era la unica pecadora de su clase. Como Hagakure, Aoyama o el molesto de Mineta y los que seguro se lo gurdaban mejor que ella. Quizá por eso se llevaban tan bien.

Así que, para sus ojos dorados bien entrenados, no era la primera vez que notaba algo raro entre Bakugo e Ishibashi, eran dos fieras mal entrenadas –una más que la otra -, pero últimamente, esos pequeños momentos se habían vuelto más frecuentes... y extraños.

A Mina le gustaba llamarlos tensos.

Estaban todos sentados, algunos charlando en voz baja, otros revisando apuntes. Kaida estaba justo frente a ella, con la cabeza inclinada hacia un cuaderno, no sabía si repasando o luchando por no dormirse.

Bakugo, para su mala suerte y por acomodo del profesor, estaba más atrás, pero cerca, justo en la fila de al lado, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, aparentemente ignorando todo a su alrededor. Solo, aparentemente. Si bien, ella no conocía a sus compañeros como la palma de su mano - aun -, si sabía lo suficiente para darse cuenta de que algo no cuadraba desde hace algunos días.

- ¡Ishibashi! —gritó el profesor, haciendo que todos se giraran hacia la joven, Kaida levantó la cabeza de golpe. Así que dedujo que estaba durmiendo – dime, si mezclan 10 moles de nitrógeno, con 15 moles de hidrógeno, y una molécula de nitrógeno gaseoso, reacciona con tres moléculas de hidrógeno gaseoso, para formar dos moléculas de amoníaco gaseoso ¿Cuántos moles de amoníaco se formarán, y cuál es el reactivo limitante?

- Haaa... – contestó con una sonrisa nerviosa. Rápidamente avanzó a la pizarra, moviendo su mano con rapidez y firmeza - ¿Se formarían 10 moles de amoníaco, y el hidrógeno es el reactivo limitante?

- ¿Me lo estas preguntando? – ella negó con la cabeza suavemente.

- No, esa es mi respuesta... Lo siento, no volveré a dormitar...

- Bien, regresa a tu lugar.

Mina notó al instante cómo Bakugo, que nunca prestaba atención a nadie, rápidamente enderezó la postura. Siempre parecía estar desinteresado cuando los demás hablaban, pero cuando Kaida abría su bocota, aunque fuera para responder algo sencillo, ahí estaba él, mirándola, como si estuviera evaluando cada una de sus palabras. Quizá solo estaba esperando a que cometiera un error.

Taste of Gale ||Katsuki Bakugou||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora