4. Mi sueño ideal.

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Jungkook y Jimin se adentraban en el bosque, sus pasos resonaban en el sendero de tierra bajo la sombra de árboles centenarios. El cansancio se reflejaba en su caminar, como si el peso de la travesía se hiciera más evidente con cada paso. A medida que avanzaban, el sol ascendía con fuerza en el cielo, derramando su luz entre las ramas, revelando la textura rugosa de los troncos y las hojas crujientes en el suelo. La densidad del bosque disminuía, permitiendo que los rayos dorados del sol acariciaran suavemente el camino.

— Estoy seguro de que está cerca. — Murmuraba Jungkook, escudriñando su entorno con atención. De repente, su mirada capturó un cartel peculiar en forma de pato que se balanceaba en el camino, suspendido en una cerca —. Ah, justo allí. El patito acurrucado. — Giró el rostro, para mirar a Jimin con una sonrisa maliciosa —. No te preocupes, es un lugar muy pintoresco, perfecto para ti. No queremos que te asustes y te vayas lejos, ¿verdad?

Jimin iluminó su rostro con una sonrisa radiante, expresando entusiasmo con un gesto animado. Sus ojos se encontraron con los de Jungkook, quien respondió imitando la misma expresión de alegría.

— Bueno, me gustan los patitos.

— ¡Sí!

Ambos se dirigieron al sitio, Jungkook tomó la delantera, cuidadoso al abrir la puerta del lugar, permitiendo que sus bisagras crujieran suavemente. Su expresión irradiaba alegría, sus labios curvados en una sonrisa que alcanzaba sus ojos. Con un gesto decidido, abrió la puerta de par en par, revelando el interior con un amplio gesto de los brazos. Su entusiasmo se tradujo en un anuncio alegre de su llegada.

— ¡Por favor, garzón, la mejor mesa que tengas!

Al adentrarse, el ambiente interior se sumía en una oscuridad casi tangible, acentuada por la presencia de individuos de aspecto rudo. Hombres vestidos a la usanza vikinga ocupaban el espacio, observando con ceños fruncidos a los recién llegados. Entre ellos, destacaba un personaje rodeado de ratas, su rostro presagiando problemas inminentes, mientras que otro individuo exhibía un gancho en lugar de mano. La mayoría compartía la característica de sombreros adornados con cuernos, añadiendo un toque de ferocidad a sus miradas desafiantes.

Jimin dio un respingo, alzando su sartén, en un intento de defensa contra la horda de individuos de aspecto tosco que lo rodeaban.

— ¿Hueles eso? Respira profundamente por la nariz. — Decía Jungkook en el oído de Jimin mientras avanzaban entremedio de la multitud —. De verdad, deja que eso se filtre. ¿Qué sientes? Porque para mí, es en parte olor a hombre y la otra parte es realmente mal olor a hombre. Ya sabes, hombre sudado y asqueroso. ¿Qué opinas?

De pronto, Jimin percibió un tirón sutil en su melena mientras avanzaba. Un hombre corpulento, con una prominente barriga cervecera, agarró su cabello, sosteniendo con cuidado los largos mechones de Jimin.

— Vaya, esto es un montón de pelo. — Exclamó el hombre, asombrado por la extensa cabellera de Jimin. No obstante, éste último reaccionó rápidamente, recogiendo su melena y dejándola arrastrar por el suelo, atrayéndola hacia él con destreza, chocando torpemente con otro gran tipo que se encontraba sentado en una pequeña banqueta.

Jungkook se detuvo en seco frente al hombre, exhibiendo esa sonrisa perezosa y carismática que siempre adornaba su rostro, como si llevara consigo una burla sutil en cada curva de sus labios.

— Se lo está dejando crecer. — Dijo Jungkook, señalando el bigote puntiagudo del hombre — ¿Tienes sangre en el bigote? Rubio, mira esto, mira toda la sangre en su bigote. Buen señor, ¡eso es mucha sangre! — Decía con una obvia intención en su tono.

Jimin elevó su sartén como un escudo improvisado, mientras abrazaba con temor su propia melena. Rodeado por esos hombres, cuyas características en parte encajaban con la descripción que Gothel había dado sobre los habitantes del exterior, experimentaba una mezcla intensa de ansiedad y miedo.

UN CUENTO PERSA 物語 KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora