6 Fede

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En el hogar donde reina la discordia y el dolor,
donde las risas se apagan y el amor parece huir,
se esconden secretos y rencores sin solución,
y el corazón familiar se siente a punto de sucumbir.

Los lazos que unían a padres e hijos se rompen,
las palabras hirientes hieren como afiladas dagas.
El silencio pesado se cierne como un manto sombrío,
y la tristeza se instala en cada rincón, en cada esquina vaga.

Pero en medio de la tormenta, hay una luz de esperanza,
un rayo de amor que puede iluminar el camino.
El perdón y la comprensión pueden sanar cualquier distancia,
y unidos como familia, podemos encontrar el destino.

Es hora de dejar atrás el orgullo y la amargura,
de tender la mano y abrir el corazón sin temor.
Porque la familia es un tesoro, una joya pura,
que merece ser cuidada con amor y con fervor.

Así que levantemos juntos el puente de la reconciliación,
dejemos atrás los problemas y abracemos la unidad.
Que el amor sea nuestra guía, nuestra salvación,
y que en medio de las dificultades, encontremos la felicidad.

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