|En Los Brazos De La Muerte|

II

〔Capítulo〕
2

|Lisianthus|

(🪻. . .🪻)

No, no, no.

¿¡Como sucedió esto!?
DEBE DE HABER UN ERROR.

Yo no puedo. . . Yo debo.

Por favor no. . .

Aun quiero hacer tantas cosas, él miente. Por favor no. . .

Que sea un mal sueño, aun no. . .

No.

No

NO

-¡Noooo!- Grito de forma dramática el erizo callendo "desmayado" al ver como en su refrigerador no había ningún rastro de helado. Se había terminado por completo y podía sentir como moriría en aquel momento.

-¿Terminaste?- pregunto su amigo el zorro que había ido a su casa por la mañana a visitarlo observando a su mejor amigo "el rey del drama" haciendo una de sus tantas escenas.

-Era mi helado favorito, nunca entenderás mi dolor- dijo el cobalto que portaba una pijama algo infantil mientras que se encontraba aún en el suelo haciendo un leve puchero.

El zorro amarillento de prendas sencillas simplemente solto una carcajada mientras que observaba a su mejor amigo -Ya levántate y ven a desayunar algo saludable- Decía mientras que ponía una bolsa llena de comida en la mesa -Se que aún no funciona tu estufa, así que te prepare algo-

-No tenias que hacerlo- El cobalto se levanto y se acercó al pequeño zorrito despeinandolo -Se supone que yo soy el hermano mayor ¡Yo debía conseguir la comida!-

-Consideralo como un regalo- Sonrio el amarillento mientras que se volvía a peinar -Ademas siempre se te quema todo lo que haces-

-¡Solo por que se me quemo el agua, significa que soy un mal cocinero!- Dijo el cobalto mientras que tomaba asiento junto con su mejor amigo que empezó a soltar unas risillas de burla.

-Ajá. Ahora calla y come-

De inmediato el azulado comenzó a comer realmente hambriento. Lo que su mejor amigo le había preparado era todo un manjar para él en esos momentos, su mejor amigo no era solo inteligente, era astuto, divertido, adorable, amable, simpático y lo mas importante un buen cocinero.

Pero su delicioso desayuno fue interrumpido por pasos de alguien que bajaba por las escaleras, rápidamente el azulado sabía de quién se trataba así que oculto la comida dejando confundido a su amigo amarillento pero al notar de quien se trataba él zorro cambio su rostro amigable a uno de disgusto y despreció.

-Ya me voy, se me hace tarde y ya debo de reunirme con mi banda- Decía un pajarraco verdoso que miraba su teléfono sin desviar la mirada de este, así que simplemente se acerco al ojos esmeraldas y beso su cabeza como despedida para después irse de aquel hogar sin ni siquiera dirigirle una mirada a su pareja o al zorro por que ni siquiera había notado su presencia del menor. De ser así, seguramente el pequeño zorro empezaría a insultarlo fuertemente como siempre.