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—¿LA DE CONFIRMAR SE LA SABEN?—preguntó Juani mirando a ambos.

—No nos apures, pibe.—dijeron los dos, hace unos días habían salido formalmente.

Aquel día fue como un sueño para ella, salieron a comer, a ninguno de los dos le gustaba las citas elegantes y aburridas, los restaurantes no eran los favoritos de ambos.
Habían cenado en un McDonald's, si.
No era de lo más romántico para todos, pero para ellos tenerse frente a frente mientras reían y hablaban cómodamente, eso era romántico, ningún restaurante de lujo podría compararse a ese lugar donde llenaron de risas y coqueteos. Pipe siempre se mostraba atento a lo que decía, la escuchaba hablar sobre películas, canciones, lo que fuera, pero la escuchaba sin apartar su mirada celeste de los ojos de ella. Ella se mostraba igual con él, lo oía hablar sobre fútbol, video juegos, películas y sobre castings, aunque Mica fuera media colgada y se perdiera, siempre centraba su atención en él y lo oía atentamente.

Micaela estaba recostada sobre el hombro de Pipe pensando en todo, en como hace unos pocos meses había viajado solo con la intención de acompañar a su amigo en el rodaje de la película además que necesitaba unas minis vacaciones y ahora estaba ahí, apoyada sobre el hombro de un chico que comenzaba a robar su corazón, cuando lo último que quería saber eran sobre los hombres, ¿que loco, no?

Pipe estaba igual, su mirada seguía a la castaña donde sea que fuera, su atención principal era el rodaje pero poco a poco su atención fue robada por aquella bailarina de sonrisa deslumbrante, Pipe nunca fue un pibe arriesgado, para nada, pero últimamente sentía que podría arriesgar todo por Mica y eso lo estaba matando, sentía tanto por una chica que conoció hace unos meses, los sentimientos aquellos eran nuevos para él.

Aquella tarde habían decidido ir en grupo a la playa cercana de allí, no hacía tanto calor para meterse a nadar por al brisa de aire pero estaba lindo para jugar un buen vóley o caminar por ahí.
Micaela estaba sentada en una pequeña manta sobre la arena, mirando al grupo jugar, aunque claro, solo miraba a Pipe, ella había decidido no jugar porque el voley no era lo suyo a pesar de amar tanto aquel deporte. Diego llego para sentarse a su lado, el chico sonrió y comenzaron a tomar mates.

—Quien diría que estarías hasta las manos por un pibe, te juro Mica, yo nunca te vi así por alguien.

—Ya se, y yo nunca sentí algo así por alguien.—Diego hizo el amague de reírse.—Reíte y minga te voy a contar.

—Bue, dale boba.

—Me sigue asustando un poco pero después se me olvida el miedo cuando lo veo.—confesó volviendo su mirada a el chico festejando a lo lejos.—Ya parezco boluda.

—No parece, sos.—se burló su amigo.

—Si para amigos así, para qué enemigos, ¿no?

Diego se rió.

—Vos te estás enamorando, se te ve en la mirada.

Micaela hizo una mueca y un montoncito con su mano, está bien que Pipe le gustará y la tuviera a mal traer pero...¿enamorarse? Ni ahí.

—No digas que no te lo dije.

Volteo los ojos negándose a aquello, siguió tomando mates y sonriendo cada vez que veía a Pipe jugar y festejar. Después de un rato, Diego se unió a jugar y salió Pipe como descanso a pedido para poder estar con la chica después de unos abucheos por pollerudo lo largaron de una patada.

Pipe sonrió cuando vio a la chica recostada en la manta con tranquilidad, se acercó y se acostó a un lado suyo.

—¿Que paso?¿Ya te cansaste?

—Quería estar con vos, además ya me querían rajar de una patada.

Mica rió, soltó un bostezo llena de sueño, la brisa ligera tocando en su piel y el ruido del mar hacia que tuvieras mucho más sueño del que ya tenía.

—¿Te puedo abrazar?—pregunto Pipe sintiéndose un poco avergonzado.

—Ni tenés que preguntar, Feli.

El castaño sonrió y se acercó más a ella rodeándola con su brazo, Micaela sonrió sintiéndose reconfortada, podría incluso sentir los latidos del corazón de Pipe, su corazón latía con la misma fuerza sintiendo felicidad por estar entre los brazos de él, sus párpados poco a poco fueron cayendo y termino dormida.
Pipe tenía su mirada pérdida en ella, su pequeña nariz, sus pestañas, su expresión completamente relajada.
De su pecho floreció una calidez extraña, jamás sentida. Entendía que poco a poco estaba cayendo más profundo por ella, solo basto una sonrisa para estar caer rendido.

Poco a poco fue cayendo dormido abrazado de Mica, sus amigos finalmente terminando su partido de vóley se acercaron a ellos, en cuento los vieron dormidos mantuvieron silencio lo más que pudieron.

—Yo les dije que iba a haber parejita.—hablo Francisco mirándolos.

—Si, pero hasta ahora nada formal.—Juani ya quería que confirmarán.

—Pero no hay que presionarlos, total no tienen apuro y se pueden ir conociendo más a fondo antes de mandarse a una relación sería.—dijo Enzo.

Juani fue cagado a pedos para que dejara de presionarlos, después de todo tenían tiempo para estar juntos, conocerse, además de que era sabido de ambas partes el miedo al compromiso y ahí estaban intentándolo dejando ese miedo atrás, lo último que necesitaban era presión para ponerse de novios.

Cuando despertaron fue cuestión de segundos para que sus amigos comenzarán a descansarlos, Matías seguía cargando a Pipe de pollerudo y Diego se le burlaba a Micaela por la misma razón.
Después de que el sol comenzará a descender decidieron volver al hotel para descansar después de un día tan agotador, ya que después la mayoría retomaba el rodaje.

Micaela fue acompañada por Pipe hasta la puerta de su pequeño departamento, la ayudo a guardar la conservadora y limpiar un poco.
Mientras limpiaban seguían hablando sobre lo descanseros que andaban sus amigos con ellos, aunque razón tenían pero no lo iban a admitir.

Cuando terminaron, él se acerco a ella para darle un beso y después volver a su departamento, dejando a la chica ahí en el comedor sintiendo su corazón latir con tanta fuerza y emoción.

—Creo que Diego tiene razón...

¿Y cómo no enamorarse de un pibe tan lindo, dulce y atento?







He vuelto🖐🏻

𝗜𝗡𝗩𝗜𝗦𝗜𝗕𝗟𝗘 𝗦𝗧𝗥𝗜𝗡𝗚, felipe otañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora