17

2.9K 315 34
                                    

—JUANI Y LA PUTA MADRE, ¿POR QUÉ TWITTEAS TODO?

El castaño de ojos claros solo alzó sus hombros, los fanáticos de Micaela enloquecían en Twitter después de aquel Tweet por parte de Juani, querían saber con quién estaba de pareja su bailarina favorita.

—Y pero es solo un tweet, además ya confirmen relación, ustedes son mis papis.

Micaela soltó una risa ante lo dicho por Juani.

—No hay nada que confirmar.—le dijo ella.—Aún.

—Epa, bueno, me quedo con la esperanza de que en un tiempo confirmen.

Mica no quería apurar nada, sentía algo de miedo de las relaciones, las experiencias pasadas aún la torturaban, ahora solamente quería disfrutar de la compañía de aquel chico. Cuando estaba a su lado olvidaba todo el miedo que sentía de las relaciones, del amor.
Todavía no hablaban sobre tener una relación y eso la mantenía tranquila, podía sentir que a Pipe también le asustaba el amor, ambos la habían pasado mal en el amor antes de conocerse.

Dejo su celular a un lado, se levantó de su asiento cuando sintió que el agua del mate ya estaba fría, aviso a Juani que iba a buscar más agua mientras él estaba siendo maquillado, los demás y Pipe aún no aparecían por el set.

Fue hacia la pequeña cocina que había para poner el agua en la pava, mientras tanto se quedó apoyada sobre una pared mientras usaba su celular y miraba tiktoks.

—¡Bu!—salto de su lugar cuando sintió unos dedos pinchar sus costillas, se dio media vuelta encontrándose a Matías.

—La re puta madre, Matías, no hagas eso.—dijo enojada dándole un manotazo en la cabeza a él.

—Bue, era una bromita nada más.

Diego se acercó a ellos con unas bolsas en su mano, sonrió al verlo llegar con Pipe a su lado.

—¿Algún día vas a sonreír sin que esté pirulo sea la razón?—se le burló Diego, ella arrugó su frente.—Joda, boba.

—¿Donde estaban?—pregunto.—Los de producción los estaban buscando.

—Fuimos a buscar algo para comer, tenemos hambre.—le contesto.—Pero lamentablemente tuvimos que traer galletitas de avena, un asco.

Ellos caminaron al lugar donde estaban los demás para comer entre todos mientras tomaban mates. Micaela espero unos segundos para poner el agua caliente en el termo, se dio cuenta de la presencia de Pipe aún a su lado, esperándola.

—Toma, te traje esto.—saco un chocolate de su bolsillo y se lo extendió.—Pero vas a tener que comerlo acá porque estos huelen  la comida, Diego casi me arranca un brazo hasta que le dije que era para vos.

Ella soltó una risa y tomo el chocolate.

—Gracias Feli, pero...no voy a comerlo con vos ahí sin poder comer tampoco.

—Vos no te preocupes, no me molesta.—le dijo.—Dale, come antes de que vengan.

Ella iba a protestar una vez más pero Pipe le volvió a apurar, le dio un mordisco al chocolate, suspiro de lo rico que estaba, recordó a Pipe frente suyo y se dio vuelta dándole la espalda para que no la viera, se sentía más culpable si él la veía comer, cuando terminó tiro el papelito en el tacho de basura.

—Listo.—se dio vuelta para mirarlo.—Ahora si, vamos.

Ella agarro el equipo de mate pero la mano de Pipe en su mano la detuvo.

—¿Que?—pregunto, él solo se acercó a ella sin decir nada.

La cercanía de él volvía a ponerla nerviosa, creyó que iba a besarla pero el solo limpio el resto de chocolate de sus labios con su pulgar, mirando fijamente a los labios de esta, Micaela ya se encontraba rezando a todos los santos para no morirse ahí mismo.
Él pareció darse cuenta de lo nerviosa que estaba así que sonrió de lado y se acercó más a ella, poniendo sus manos sobre las mejillas de está para poder volver a besarla, ya habían perdido la cuenta de cuántos besos se habían dado aquel día.
Para besarlo con más comodidad tuvo que pararse de puntas, la diferencia de altura era notable, Pipe se agachó un poco más, sus manos bajaron un poco hasta la cintura de ella sintiéndose aliviado al no ver qué ella estuviera incómoda.
Segundos después se separaron buscando aire y con una sonrisa boba en los labios.

—Estaba rico el chocolate.—le dijo él con burla lamiendo sus propios labios.

—Dale Feli, vamos que nos deben estar esperando.—ella aún tenía su cara algo roja, el sonrió adorando verla así.

Él agarró el equipo de mates para llevarlo mientras ella caminaba al lado suyo, ambos ignoraban el latido de sus pechos, aún los hacia sentir como adolescentes el compartir besos.

Cuando llegaron con los demás ellos le miraban con burla, Esteban fue el primero en hablar

—¿Y ustedes por qué tardaron tanto?

—Eh...—no habían pensando en ninguna excusa.

Sus amigos ya conocían su situación así que verlos titubear y pensar en una mentira les hizo soltar una carcajada.










Muchas gracias amiguibbys por comentar, lxs amo🤍

𝗜𝗡𝗩𝗜𝗦𝗜𝗕𝗟𝗘 𝗦𝗧𝗥𝗜𝗡𝗚, felipe otañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora