Holding Your Hands

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El adolescente Lee Minho de 12 años va corriendo desde un extremo de la secundaria al otro ya que no encontro a su amigo, ni en el aula de matemáticas -que era su favorita- ni tampoco en la pequeñas bancas del patio trasero donde iba a hacer tarea...

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El adolescente Lee Minho de 12 años va corriendo desde un extremo de la secundaria al otro ya que no encontro a su amigo, ni en el aula de matemáticas -que era su favorita- ni tampoco en la pequeñas bancas del patio trasero donde iba a hacer tareas, por lo cual solo quedaba un último lugar por revisar.

Minho atravesó rápidamente la puerta de la solitaria biblioteca viendo la única mesa ocupada por un sola persona.

—¡Seo Changbin!—El pelirrojo sonríe apresurando sus pasos par llegar junto a su amigo.

La pobre mujer que cuida la pequeña biblioteca se resigna antes de querer pedir silencio al chiquillo por que sabe que se trata de Lee, un chico incontrolable.

—Minho guarda silencio—Le dice el pelinegro con el seño fruncido debajo de sus grandes gafas.

—Lo siento—Dice Minho susurrando sentándose a un lado de Changbin.—¿Que estás haciendo?—El pelirrojo toma el libro que tiene el otro.—Changbinnie ¿de verdad? no vino el profesor y vas a leer un libro de geografia—Lee bufa.

—Dejame en paz—Seo arrebata el libro de las manos de Minho teniendo una pequeña pelea en la solitaria biblioteca por quién tomaba el libro.

Hasta que el mayor se pone de pie alzando el libro en su mano con una sonrisa mientras Changbin lucia más molesto sin siquiera intentar alcanzar el libro por mantener su propia dignidad.

—Dame el libro—El pequeño Changbin de once años dice con un semblante serio intentado intimidar a un Minho quien solo piensa que luce adorable.

—Ven conmigo—Dice el pelirrojo, no tienen que especificar por que Changbin sabe que se refiere a salir de la secundaria.

Changbin un poco preocupado mira detrás de ellos, el escritorio de la mujer que cuidaba el aula viendo como está no estaba.

—No voy a huir contigo Lee, aún hay clases—Changbin empuja sus lentes con su dedo índice sobre el puente de su nariz.

—Vamos solo son dos horas de clases aburridas, no seas aburrido—El mayor sonríe y regresa el libro a Changbin—No eres muy bueno en inglés...—Changbin le da una mala mirada— Y odias a la profesora Im.

—Yo no la odio, ella me odia a mi—Changbin regresa a su asiento dispuesto a no escuchar a Lee.

—Por favor Changbinnie—Minho rogaba haciendo un pequeño berrinche—La secundaria es muy aburrida.—Minho pataleo un poco antes de recargar su cabeza en el hombro del otro que leía desinteresado.—Changbinnie por favor, por favor, te comprare un helado, jamás te pediré algo más, solo hoy acompáñame, por favor.

Después de varias súplicas Changbin suspira antes de seder ante el berrinche de Minho.—Esta bien—Minho festeja y se pone de pie listo para salir—Debo estar de vuelta a la una cuando mi madre venga a buscarme—Lee asintió sonriendo mientras se ponía su mochila.

—Vamos, vamos Changbinnie—Minho se apresuró llevando a Changbin con sigo hasta el patio trasero detras de un par de canchas para saltar la pared sin ser descubiertos.

Minho volte hacia los lados asegurándose que esten solos y que no haya nadie que los descubra. Luego, con un gesto de complicidad, Minho toma la mano de Changbin con suavidad y lo impulsa a saltar la pared.

—¿Y si me caigo?—Changbin duda por un momento.

—Te atrapare, vamos changbinnie tu puedes solo sostente, saldremos de esta aburrida cárcel y nos divertiremos—Minho lo alienta con palabras de ánimo y lo tranquiliza, recordándole lo emocionante que será la aventura que les espera al otro lado.

Finalmente, con el apoyo y la determinación de Minho, Changbin reúne el coraje necesario y salta la pared, superando sus miedos. Una vez del otro lado, ambos jóvenes se miran con complicidad y celebran su hazaña, compartiendo una sensación de libertad y emoción por haber superado juntos un pequeño desafío.

—¿Lo ves? fue facil—Dice Lee con una pequeña sonrisa y mirada divertida.

Changbin solo rueda los ojos, es cuando sus ojos prestan atención a la pequeña calle que había que cruzar, su madre todos los dias iba por el y siempre lo tomaba de la mano, recordándole los peligros que tenia la callé para un niño pequeño como el que nunca salía sin compañía de un adulto.

Minho nota el temor de Changbin y en vez de molestarlo –como siempre– se acercó a tomar la mano de Changbin con seguridad, entrelazando sus dedos. Changbin sintió el cálido contacto de la mano de Minho y su corazón comenzó a latir con fuerza.

—Tranquilo, Changbinnie. Yo te cuidaré— aseguró Minho, con una sonrisa tranquilizadora, antes de comenzar a correr, llevando a Changbin de la mano.

 Yo te cuidaré— aseguró Minho, con una sonrisa tranquilizadora, antes de comenzar a correr, llevando a Changbin de la mano

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𝙮𝙤𝙪 + 𝙢𝙚= 𝙪𝙨  | ᵐⁱⁿᵇⁱⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora