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24 de Marzo 1988
Primavera.

El ruido del ventilador lo adormecía. El poco aire que entraba desde la puerta corrediza del balcón no era suficiente. Acostado en el suelo en busca de quitarse el calor se sentía más como fundirse con este. Aún con solo la ropa interior puesta sentía que estaba demasiado cubierto. Se había terminado los hielos y ya se había bañado dos veces ese día. Quería gritar de frustración. Pero solo el esfuerzo de hacerlo lo haría sudar más y ya estaba harto.

Cabe destacar que la situación del clima llevaba así desde principios de marzo. Una vez que febrero terminó el planeta decidió volverse loco. Asumiendo por los últimos días; el verano sería el mismísimo infierno.

Podría ahogarse en su miseria y en su sudor para variar. Pero el teléfono resonó en su departamento obligándolo a no aferrarse al sufrimiento eterno.

Obviamente no quería levantarse pero si no lo hacía el ruido ensordecedor de aquella máquina acabaría con sus tímpanos.

Se arrastró hasta llegar a la mesa donde estaba conectado aquel aparato infernal. Tomó aire antes de impulsarse hacia arriba. El tono volvió a reventar y lo tomó a mitad de camino.

—Hola. —su voz salió con fuerza después de todo el rato que no había emitido sonido.

—Voy para allá. Llego en veinte. —del otro lado de la línea se quedaron en silencio, medio segundo después el pitido regulado anunció el fin de la llamada.

—Idiota.

Jung Hoseok era muchas cosas, sorpresivo por ejemplo, por no decir impertinente.

Su mejor amigo por supuesto.

Miró a su al rededor. No se veía tan mal, había algunas cosas fuera de lugar pero nada que lo hiciera parecer un vago. Holgazán tal vez.

Salió al balcón para esperarlo, con una cajetilla en mano y el encendedor en la otra, desde el sexto piso podía ver el estacionamiento, sabría exactamente cuando llegara. Encendió un cigarrillo y dejo que el humo se extendiera frente a él. Seguramente Hoseok se quedaría a dormir.

El sol ya estaba ocultándose si tenía suerte la noche sería amable para dormir sin temor a amanecer convertidos en líquidos.

Hubiera estado entretenido con el humo y la imagen del atardecer. Pero quitó su vista del estacionamiento cuando escuchó un ruido proveniente del departamento de a lado. Su nuevo vecino estaba ajetreado con su mudanza claramente.

Desde donde se encontraba no era posible ver mucho. A penas y el ventanal era visible.

El sonido de un claxon se robó su atención nuevamente unos minutos después. La camioneta de Hoseok tan estridente como él estaba tomando su lugar en el estacionamiento. Su cigarrillo ya era cenizas y no había disfrutado ni de la mitad.

Su mejor amigo saltó de su vehículo y agitó animadamente sus brazos por todo lo alto. Le regreso el saludo antes de meterse en el horno que era el departamento.

La puerta resonó por los golpes más rápido de lo que imaginó. Agarro la primera camisa que encontró camino a la entrada.

—Voy. —arrastró sus pies hasta la puerta y abrió .

Thirsty || Jinsu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora