III

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La hora del almuerzo se podía volver un caos entre todos los alumnos. Para la buena suerte de los profesores les habían acondicionado un espacio para poder pasar a comer sin tener que meterse en la batalla por conseguir una buena porción de arroz.

—Buenas tardes. —Seokjin tomó asiento justo frente a Yoongi. —Espero no se moleste, no hay otro lugar libre.

—No se preocupes. —le quitó importancia y siguió comiendo. —Podemos dejar de ser tan formales, somos colegas ahora. ¿Si? —Seokjin asintió.

Fingió que no le emocionaba tenerlo cerca, después de todo le daba una excusa para observarlo un poco más. Ahora con sus lentes puestos se veía incluso mejor y con el largo de su cabello podría ocultar que lo miraba, así pudo notar que sus labios eran incluso más gruesos, tenía pestañas tupidas y su cabello también estaba un poco más largo de lo habitual en un maestro. Era castaño.

Sus manos eran grandes y tomaban con fuerza los palillos. Yoongi se comenzaba a preguntar si así tomaba todo...

Agitó su cabeza para quitar ese pensamiento. Últimamente le estaban ocurriendo con facilidad, imaginarse en brazos de alguien más, ser besado con fuerza, ser tomado...

Nuevamente tuvo que dar un paso atrás en su propia mente que parecía ir en su contra.

—¿Todo bien? —la voz de Seokjin le hizo enfocarse otra vez en el. —Te ves un poco sonrojado.

Yoongi maldijo mentalmente.

—No es nada, creo que tome algo muy picante. —fingió demencia.

Siguieron comiendo en silencio y después dejaron que el día terminara. Volvió a encontrarlo a la hora de salida, era claro que tomarían el mismo camino de regreso, ahora por lo menos podrían hablar casualmente.

—¿Qué tal tu primer día? —preguntó una vez que tomaron asiento en el autobús.

—Ha sido interesante, es viernes entonces muchos no estaban completamente en clase. —sonrió un poquito.

—¿Hace cuánto que enseñas? —preguntó genuinamente curioso. No se veía tan mayor. Quizás en sus treinta.

—Seis años.

—¿Siempre en preparatoria?

—Di clases en una primaria los primeros años, luego en una secundaria hasta hace un mes, se presentó esta oportunidad y bueno, quise probarlo. —se veía orgulloso, su voz era dulce a los oídos, Yoongi creyó que podría escucharlo hablar por mucho tiempo. —¿Qué hay de ti?

—Cuatro años aquí mismo, no creo que pueda con los de secundaria sin querer abalanzarme sobre ellos para hacerles entender que las matemáticas no son el fin del mundo. —se rio solo de imaginarlo.

El camino fue más ameno y se volvió cómodo.

—Nos vemos luego. —Seokjin se despidió cuando ya estuvo frente a su puerta.

Yoongi agitó su mano antes de girarse e ir a la suya.

Dejó su maletín en el suelo en cuanto entró. Se quitó los zapatos y los calcetines antes de correr al baño para darse un baño rápido. Aún podía sentir el sudor en su espalda y no pensaba ir así al concierto. Sus amigos no llegarían hasta las siete pero no soportaría otro segundo sin meterse debajo del chorro de agua fría.

Salió con una toalla atada a la cadera para buscar que ponerse. Con el calor que aún seguía optó por unos jeans y una camiseta, tal vez agregaría una camisa antes de irse.

Pero para esperar solo cogio unos shorts, solo para no estar desnudo.

Una vez cambiado se dispuso a esperar a sus amigos, otra vez frente a su ventilador. Abrió las ventanas antes de sentarse en el suelo y encender un cigarrillo.

Podía escuchar como su vecino aún movía cosas en su departamento, Yoongi recordaba cuando recién se mudó y el tiempo que tardó en sentir que su departamento estaba listo. Mucho trabajo, muchas cajas y muchos movimientos.

Dio una calada recostándose en el suelo. Cerró los ojos y la imagen de Seokjin cubrió todo. Yoongi no se negó entonces. En su lugar repasó cada detalle que había tenido el placer de observar. Le dio unos segundos a sus ojos pero su subconsciente se volcó en sus labios. Soltó el humo mientras los imaginaba.

Era raro ver unos labios así. Tan carnosos y cuidados. Yoongi solo pudo soñar con cómo se sentirían contra los suyos. Una nueva calada y suspiro con la imaginación de besar los labios de Seokjin. Iba a toda prisa, lo sabía. Pero no era común ver a alguien tan atractivo de la nada y a tan solo unos metros.

Se había interesado por chicos antes, así que el sentimiento no era extraño. Aunque con otros, no los tenía tan cerca.

Su mano por instinto se movió hasta su pecho, sus pezones estaban sensibles y se retorció ante la caricia. Tomo otra calada de su cigarro antes de mover su mano hasta la cinturilla de sus shorts y soltó el humo al mismo tiempo que metía su mano hasta tocarse. Estaba duro.

Maldijo porque su toque lo hizo sentir bien.

La imagen de los labios de Seokjin se intensificó en sus párpados cerrados. El movimiento de su boca cuando hablaba, sus manos aparecían en intervalos, con las venas marcadas por su fuerza y Yoongi no pudo detenerse de acelerar sus movimientos.

De fondo solo estaba el ruido de su ventilador y las cajas que Seokjin al otro lado de su pared estaba cambiando de lugar.

Se permitió gemir con fuerza cuando supo que estaba cerca.

Y se detuvo en seco cuando su ventilador se apagado y el ruido de su vecino se detuvo.

Se había ido la luz.

Las paredes del edificio no eran conocidas por ser a prueba de sonido. ¿Y si lo había escuchado?

Al principio se asustó, pero entonces una parte de él se emocionó un poquito. Y si Seokjin lo escuchaba...le gustó la ensoñación de que lo interrumpiera. Dando algún golpe a la pared o mejor, caminando los pocos metros que lo separaban y entrando por él.

Soñar no costaba nada.

Gimió con fuerza una vez más cuando terminó en su mano.

Acabó su cigarro.

La luz regresó, su ventilador cobró vida.

Y él se levantó para tomar otro baño.






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Hola, hola. Cherry aquí con otro capítulo jaja se me hizo un poquito tarde para subirlo 😂 pero aquí andamos.

Ojalá les guste.

Nos leemos pronto.

—Cherry 🍒
Fighting

Thirsty || Jinsu ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora